EL REY Y YO (King and I)
Yul Brynner en el papel que le catapultó a la fama en teatro y en cine. La historia de la institutriz Anna Leonowens, viuda, que viaja a Siam para educar a los hijos del Rey fue todo un éxito. Deborah Kerr fue doblada en las canciones por Marni Nixon, que también doblaría a Natalie Wood en “West Side Story” y a Audrey Hepburn en “My Fair Lady”.
El músico y el letrista Richard Rodgers y Oscar Hammerstein repetirían años más tarde con otro musical con varios puntos en común (institutriz, padre autoritario con muchos hijos, pareja joven enamorada….) en “Sonrisas y lágrimas” que sería su último musical juntos al morir Hammerstein en 1960.
El choque de culturas entre Oriente y Occidente se refleja en los dos protagonistas que sienten una admiración hacia el otro, pero que en manos de dos personalidades tan férreas plantea más de un problema que el Rey siempre resuelve aprovechándose del cariño que siente la institutriz por los hijos del rey.
La grandiosidad del cine y la utilización de unos medios con un tratamiento del sonido y orquesta hasta entonces no utilizado hicieron brillar la excelente partitura que reúne un buen puñado de canciones como el “Getting to know you”, “Hello young lovers”, “I have dreamed” o el “Shall we dance” que en teatro acababa con el público acompañando con las palmas el baile de los protagonistas.
Curiosamente Brynner en 1952 ganó el Tony al mejor actor de reparto (?) por su interpretación en el musical, ya que al no ser conocido, la protagonista era Gertrud Lawrence y él a pesar de ser protagonista absoluto lo propusieron como “actor de reparto”. Cuando se hizo la película Brynner ganaría el Oscar al mejor actor principal. La película ganó 5 Oscars incluido el de mejor adaptación musical para Alfred Newman, que dirigió la orquesta y coros. También es famosa la coreografía de Jerome Robbins para la escenificación de “La cabaña del tío Tom”.
Tuve la suerte de verla con Yul Brynner en Londres, en los últimos años de su carrera y leí que ya estaba muy enfermo y los momentos de la función que no estaba en escena, tenía un masajista para sus piernas, que le ayudaba a terminar la función, pero en escena era el vigoroso y enérgico monarca, que encandilaba al público y no daba ninguna muestra de cansancio.
He vuelto a ver la obra en varias ocasiones y por distintos intérpretes, pero la de Yul Brynner, otra en el Albert Hall con Maria Friedman y Daniel Dae Kim o la espectacular del Lincoln Center con Kelli O’Hara y Ken Watanabe quedarán en mi memoria para siempre. La de O’Hara y Watanabe se grabó y proyectó en cines y está disponible en alguna página de pago por Internet.
Tuve la suerte de verla con Yul Brynner en Londres, en los últimos años de su carrera y leí que ya estaba muy enfermo y los momentos de la función que no estaba en escena, tenía un masajista para sus piernas, que le ayudaba a terminar la función, pero en escena era el vigoroso y enérgico monarca, que encandilaba al público y no daba ninguna muestra de cansancio.
He vuelto a ver la obra en varias ocasiones y por distintos intérpretes, pero la de Yul Brynner, otra en el Albert Hall con Maria Friedman y Daniel Dae Kim o la espectacular del Lincoln Center con Kelli O’Hara y Ken Watanabe quedarán en mi memoria para siempre. La de O’Hara y Watanabe se grabó y proyectó en cines y está disponible en alguna página de pago por Internet.
