12 diciembre, 2022
Valeria Martínez, CDMX.- Compitió en cuatro juegos olímpicos, obteniendo medalla en dos de ellos, tiene una trayectoria de 28 años en las que sumó 13 medallas en Juegos Panamericanos, 9 en Centroamericanos y fue la primera clavadista mexicana en obtener un título mundial en la disciplina.
Paola Espinosa Sánchez, ha sido una de las mujeres más influyentes en el deporte mexicano. Nació en la Ciudad de México pero desde la corta edad de nueve meses su familia la llevó a vivir a La Paz, Baja California Sur en donde comenzó a practicar diferentes deportes hasta que uno robó por completo su interés, los clavados. Los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, se convirtieron en su inspiración para un día llegar a representar a México en esa justa.
Con solo 11 años, Paola fue llamada para concentrarse en la Ciudad de México y comenzar a entrenar como atleta de alto rendimiento junto al equipo nacional. En 2001, participó en el Grand Prix de Canadá, logrando el treceavo lugar en trampolín de 3 metros, ese año asistió al Campeonato Mundial de Japón, donde logró el sexto lugar en trampolín sincronizado y un año después en marzo de 2002 ganó su primera medalla a nivel mundial, plata en el Grand Prix de Rusia.
Paola fue precursora de la nueva generación de clavadistas mexicanas. Un deporte que por muchos tiempo solo había tenido hombres en sus filas, poco a poco veía crecer a una de las atletas más importantes en la historia del deporte mexicana. A sus 18 años, llegó a los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, en los que participó en la plataforma de 10 metros y quedó en el duodécimo lugar en la modalidad individual y en quinto en saltos sincronizados.
Espinosa fue abanderada de la delegación mexicana para los Olímpicos de Beijing 2008, en donde obtuvo la medalla de bronce en clavados sincronizados en plataforma de 10 metros, al lado de Tatiana Ortiz, en la prueba individual fue el cuarto lugar.
En Londres 2012 logró la medalla de plata en clavado sincronizado desde la plataforma de 10 metros, junto a Alejandra Orozco, convirtiéndose en la primera deportista mexicana en obtener dos medallas en distintas justas olímpicas. En la prueba individual quedó en sexto lugar. Durante los Juegos olímpicos de Río 2016, repitió la dupla con Orozco, quedaron en sexta posición, mientras que individualmente quedó cuarta.
Su desempeño en la vigésima primera edición de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, la identificó como la primera deportista con el mayor número de medallas entre todos los participantes del evento, con un total de 3 medallas de oro en plataforma de 1, 3 y 10 metros. Ante su sobresaliente carrera deportiva en el 2019 le fue entregada la medalla Premio Nacional del Deporte en la categoría trayectoria deportiva.
Además consiguió con su compañera Melany Hernández la plaza para Tokio 2020 en el Mundial de Gwangju 2019, perdieron su lugar olímpico en junio pasado, después de quedar en tercer lugar dentro del Control Técnico organizado por la Federación Mexicana de Natación, lo que la dejó fuera de sus quintos juegos olímpicos.
Pese a ello Paola ha forjado un camino lleno de logros, que ha inspirado a diversas generaciones, que hoy siguen su ejemplo. A través de una entrevista al Comité Olímpico Internacional declaró; “Atrévete a soñar, visualiza una meta, un objetivo, algo que te apasione. No dudes y ten confianza en cada paso, bueno o malo. Si es malo, aprende y vuélvelo a intentar.” En mayo de este año anunció oficialmente su retiro no sin antes desear lo mejor a los jóvenes atletas que reconocen el arduo trabajo de la mexicana.
