�lvaro de Menda�a, un berciano tras el sue�o del oro del rey Salom�n

�lvaro de Menda�a, un berciano tras el sue�o del oro del rey Salom�n

H.J. Porto REDACCI�N / LA VOZ

CULTURA

Durante m�s de cien a�os se crey� que �lvaro de Menda�a era de origen gallego
Durante m�s de cien a�os se crey� que �lvaro de Menda�a era de origen gallego

Editan las cr�nicas de las expediciones de este navegante en el Pac�fico

21 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La justificada fama de los viajes de Col�n, las traves�as atl�nticas y las aventuras caribe�as eclipsa a menudo el papel desarrollado por los navegantes espa�oles en el oc�ano Pac�fico, donde en el siglo XVI y parte del XVII tuvieron una posici�n absolutamente hegem�nica, desplegada desde Nueva Espa�a y Per�. Con raz�n lo denomin� el historiador ingl�s Oskar Spate �el lago espa�ol�, una idea que dio t�tulo a su gran ensayo hist�rico The Spanish Lake: The Pacific Since Magellan, a cuya escritura dedic� buena parte de su vida desde su retiro en 1976.

Tras los primeros avances de Vasco N��ez de Balboa (primer europeo que divis� en 1513, desde tierras paname�as, las aguas del Pac�fico, a las que denomin� mar del Sur) y los definitivos de Magallanes, que en 1520 dobl� las tierras de la Patagonia, el protagonismo lo tom� un navegante berciano al que se tuvo por gallego durante m�s de cien a�os: �lvaro de Menda�a y Neira (Congosto, Le�n, 1541-isla de Santa Cruz, 1595).

Su papel fue en origen un tanto fortuito, ya que se hizo con el mando de una expedici�n gracias a las ventajas que le dieron los lazos familiares con don Lope Garc�a de Castro -hermano de su madre-, quien tambi�n de una forma circunstancial -y como presidente de la Real Audiencia de Lima- acab� por ejercer las funciones de virrey del Per� debido al asesinato de Diego L�pez de Z��iga y Velasco, cuyos desmanes y excesos deb�a corregir.

Hacia Am�rica parti� con �l su sobrino, �lvaro de Menda�a, como criado, pero el asumido nepotismo lo elev� enseguida en su condici�n. Su t�o el licenciado Lope Garc�a de Castro le concedi� la capitan�a general de la expedici�n que organiz� -arm� dos nav�os, llamados Los Reyes y Todos los Santos, y los provey� de mantenimientos por un a�o- y la gobernaci�n de la tierra por descubrir. Si no fuera por la arbitrariedad familiar, la responsabilidad, probablemente, hubiera reca�do en Pedro Sarmiento de Gamboa (nacido en Alcal� de Henares pero de padre pontevedr�s). El objetivo, en todo caso, era descubrir �las islas que ac� llaman de Salom�n�. Lo recuerda el acad�mico de la RAE Juan Gil en el pr�logo que escribi� para la exquisita edici�n que prepar� de las cr�nicas que de aquellas aventuras escribieron el piloto Hern�n Gallego (al que se atribuye origen gallego) y el luso Pedro Fern�ndez de Quir�s, que es el narrador principal y que adem�s complet� la segunda expedici�n a la muerte de Menda�a -alcanz� Filipinas- y realiz� una m�s acompa�ado de Diego de Prado.

En demanda de la isla del rey Salom�n. Navegantes olvidados por el Pac�fico sur, que edita la Biblioteca Castro, relata la audacia de quienes se embarcaron en la empresa de hallar el oro del rey Salom�n, las m�ticas tierras de Ofir, que en alg�n momento de la Edad Media incluso se relacionaron con el lugar del que los Reyes Magos extra�an sus minerales preciosos.

Y lo curioso es que, en su primera expedici�n, partiendo del puerto del Callao en 1567, descubri� las islas Salom�n, y hasta vivi� varios meses en ellas, pero cuando en la segunda empresa -en 1595, con cuatro buques, San Jer�nimo, Santa Isabel, San Felipe y Santa Catalina- quiso afrontar la tarea de la colonizaci�n no las volvi� a encontrar, lo que habla de las dificultades y penalidades de la navegaci�n mar�tima de entonces (por no mencionar el mot�n desatado). En esa deriva descubri� las Marquesas.

Fue en el transcurso de ese segundo viaje cuando Menda�a, ya muy enfermo, falleci� a los 54 a�os, en Santa Cruz. Iron�as del destino, esta isla forma hoy parte del archipi�lago de Salom�n.