La añoranza de un exiliado

La historia de Sinuhé: el best seller del Antiguo Egipto

Fotograma de "Sinuhé el egipcio," película de 1954.

Fotograma de "Sinuhé el egipcio," película de 1954.

Fotograma de "Sinuhé el egipcio," película de 1954.

Cordon Press

La mayoría de historiadores considera que la literatura egipcia alcanzó su apogeo durante el Reino Medio (1980-1760 a.C.), y su obra cumbre es, sin duda, la conocida como La historia de Sinuhé. Esta verdadera novela –que adopta la forma de una autobiografía– se usó como texto escolar para los aprendices de escriba y ha llegado hasta hoy gracias a diversos papiros que se han conservado, como los dos Papiros de Berlín, así como otros y diversos óstracos.

La trama de la Historia de Sinuhé es totalmente ficticia, pero la obra parte de un hecho real: el asesinato del faraón Amenemes I mientras su hijo Sesostris I se encontraba comandando las tropas egipcias en Libia. 

Morir lejos de egipto

El argumento es el que sigue: Sinuhé, un destacado miembro de la corte, huye del campamento real cuando escucha por casualidad a los traidores que hablan del asesinato del faraón. Para no ser acusado marcha al país de Retenu (Siria-Palestina), donde su pericia militar le granjea una elevada posición social, e incluso se casa y tiene hijos, y allí vivirá en paz y prosperidad durante muchos años. Pero Sinuhé pasa toda su vida añorando Egipto, adonde finalmente regresa cuando el faraón Sesostris I lo reclama.

Cuando el exiliado llega a su país natal es recibido con todos los honores. "No morirás en tierra extranjera, los asiáticos no te enterrarán; no se te colocará en la piel de un carnero y no se te hará un (simple) túmulo. Es un vagabundeo demasiado largo por la tierra. Piensa en la enfermedad y ven", le dice el faraón.

"No morirás en tierra extranjera, los asiáticos no te enterrarán", le dice el faraón Sesostris I a Sinuhé.

Estela funeraria del noble Intef que lleva inscritos los nombres de Amenemat I y su hijo Sesostris I. Museo Egipcio, El Cairo.

Estela funeraria del noble Intef que lleva inscritos los nombres de Amenemat I y su hijo Sesostris I. Museo Egipcio, El Cairo.

Estela funeraria del noble Intef que lleva inscritos los nombres de Amenemat I y su hijo Sesostris I. Museo Egipcio, El Cairo.

PD

De hecho, para un egipcio el hecho de morir fuera de su tierra era lo peor que le podía ocurrir. Así que al regresar, Sinuhé logra la paz y puede aspirar a una vida eterna feliz. Porque el faraón le proporcionará una sepultura adecuada y le asegurará los ritos funerarios necesarios para el bienestar de su alma. "Se me construyó una pirámide de piedra en medio de las pirámides. Los canteros que construían tumbas la edificaron [...]. Me fueron asignados sacerdotes funerarios. Se constituyó para mí un dominio funerario, como ha de hacerse para un amigo de primer rango [...]. Estuve en el favor del rey hasta que llegó el día del tránsito".  

Esta obra literaria inspiró una novela de gran éxito escrita por el finlandés Mika Waltari en 1945: Sinuhé, el egipcio. Aunque ambientada en el antiguo Egipto, no guarda ninguna relación con la antigua Historia de Sinuhé. La historia también se llevó al cine en 1954.