Difícilmente haya una mejor manera de retornar a los verdes. Toni Villa, 363 días después de su lesión, retornó a los terrenos de juego tras un año muy duro, lleno de trabas en el camino por la grave lesión que sufrió en su vuelta a Pucela, aunque con la elástica ‘gironina’.
Lo hizo con cuatro minutos por delante, más los cinco que acabó añadiendo Alberola Rojas, en el partido ante el Cádiz del sábado, para volver a sentirse futbolista. La afición, consciente de la situación y contenta por volver a verle, reaccionó con una gran ovación en la primera carrera de Toni que significó su entrada al césped para volver a ocupar su antiguo lugar en el extremo.
Los altibajos fueron la parte más delicada del proceso. “Es una situación rara porque los primeros días es todo muy nuevo e incluso tienes ilusión por volver a empezar y a recuperarte, pero con el tiempo se va haciendo largo y se ve diferente”, confesó. “Esto es una montaña rusa y parece que mejoras, pero hay momentos muy duros en los que piensas que no vas a volver y se te pasan mil cosas por la cabeza”, lamentó sobre la situación pasada en algunos tramos.
Aún así, su vuelta culminó con una noche mágica que pudo celebrar junto a sus compañeros tras la clasificación matemática para Europa, donde se le vio de nuevo con la sonrisa que siempre caracterizó al jugador.