Por otro lado tenemos la relación tan tierna e interesante que acaban manteniendo los personajes de Dave, con el personaje de su abuela materna (interpretada por Yuh-jung Youn); a mi parecer, lo más interesante que acaba teniendo este filme. Esa confrontación o choque cultural lo vemos a través de estos personajes, que acaban siendo el reflejo de las diferencias abismales que existen entre sus dos mundos. La abuela materna acaba de llegar a Estados Unidos, por lo que no se parece en nada a la idea de abuela que Dave tiene en su cabeza. Dave choca en un primer momento con ella, porque la ve como algo extraño y desconocido. Esa relación de esta abuela y su nieto, viene a contarnos el renacer o la vuelta a las raíces de uno mismo. Es con su abuela materna, con la que Dave consigue conectar con sus raíces coreanas. 

Si hay una escena que marca un poco el espíritu de Minari, es precisamente aquella en la que la abuela lleva a Dave a plantar Minari; una hierba que se cultiva en varios países asiáticos, para su uso culinario.  Es una forma de plantar una semilla, tanto literal como figuradamente entre ambas partes de la vida de Dave; la parte estadounidense y la parte coreana. Minari. Historia del una familia es una película muy interesante pero que a mi modo de ver, intenta abarcar demasiadas cosas al mismo tiempo; a veces el camino más sencillo, es el más efectivo. 

Aun así, presenta una historia muy enternecedora y emotiva, que acaba ganándote por completo. Esa confrontación de identidades, se acaba dando también a través de la fe en distintos niveles; tanto la fe religiosa, como la fe por la consecución de una prosperidad económica, como la fe por un buen porvenir familiar. En definitiva, tenemos que tener en cuenta esta película de Lee Isaac Chung, que seguro que será un título importante en la próxima edición de los Oscar.