Situada entre los ríos Cher y Loira, Tours es, además de la entrada habitual para recorrer los castillos del Valle del Loira —y el lugar donde se celebró la Gala Michelin Francia 2024 —, un destino indispensable en esta ruta por la zona. Antiguo asentamiento galo-romano, esta ciudad de aires universitarios tiene mucho que ofrecer a los visitantes, especialmente a los que adoran viajar al pasado.
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Suscríbete Visita obligada Y es que, pasear por sus calles, es un auténtico retroceso en el tiempo donde el medievo se presiente especialmente en su casco antiguo . Nombrada Ciudad de Arte e Historia e inscrita en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO en el año 2000, Tours es una ciudad maravillosa que mezcla cultura, historia, patrimonio y gastronomía. Además, es conocida por ser la cuna del escritor francés Honoré de Balzac.
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La seña de identidad Para recorrer Tours hay que comenzar por su ciudad vieja. El entramado de callejuelas combinado con una de las grandes insignias de esta urbe, las casas de entramado de madera , la convierten en una ciudad prácticamente de cuento. La plaza Plumereau es visita indispensable. Votada como la plaza más bella de Francia, sus casas históricas rodean y convierten este lugar en uno de los más turísticos y fotogénicos de la ciudad. Es el centro social y de la vida de esta villa, y el lugar donde locales, universitarios y turistas se reúnen al atardecer para tomar y picar algo.
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Templo imponente Uno de los monumentos más llamativos de la ciudad de Tours es la catedral de San Gaciano , también llamada catedral de Tours. Construido entre el siglo XIII y el siglo XVI, este templo de estilo gótico sorprende desde cualquier ángulo . Su fachada impone al visitante e invita a quedarse admirando cada uno de los detalles que la pueblan. Como curiosidad, este edificio ha visto pasar tras sus puertas a todos los reyes de Francia desde Luis VII . En el interior vale la pena acercarse a ver la tumba de los hijos de Ana de Bretaña y Charles VII, sorprendentes por sus increíbles esculturas del siglo XVI.
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Santo de santos La Basílica de San Martín de Tours y la Torre Carlomagno también merecen una visita en la ciudad. La primera, construida para reemplazar a la antigua colegiata construida en el siglo XII, es famosa por albergar en su interior la tumba de Martín de Tours (316-397), uno de los santos más importantes del cristianismo. La segunda hace referencia a una de las dos torres contiguas a esta nueva basílica; dos construcciones se conservan dando fe de la importancia de este antiguo emplazamiento. No hay que olvidarse de observar la monumental estatua de bronce de San Martín instalada en la cúpula.
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Vida de reyes Convertido en uno de los châteaus más reconocibles del mundo, el Castillo de Chambord es una de las visitas obligadas si se está en la zona de Tours. Símbolo de poderío del rey Francisco I, quien hizo de este pabellón de caza uno de los más bellos castillos del Renacimiento, el castillo sorprende a sus visitantes especialmente por la magnificencia de su arquitectura renacentista francesa, que mezcla formas tradicionales medievales con estructuras clásicas italianas . La visita desde Tours requiere un poquito de tiempo, pues el castillo se encuentra en los alrededores, pero desde luego, el viaje merece la pena.