Biografia de Salomón

Salomón

(Jerusal�n, actual Israel, h. 1000 a.C. - id., 931 a.C.) Rey de Israel (hacia 970-931 a.C.). Hijo del rey David y de Betsab�, Salomón fue ungido como soberano de los hebreos e instruido acerca de sus obligaciones por su padre, en detrimento de Adon�as, su hermanastro mayor, quien aspiraba a la sucesi�n al trono de Israel.


El rey Salomón (óleo de Pedro Berruguete)

A la muerte del rey David, y contando con el apoyo de su madre, del profeta Nat�n, del general Bana�as y del sumo sacerdote Sadoc, Salomón eliminó a sus adversarios pol�ticos (su hermanastro Adon�as y el general Joab) e inici� un reinado caracterizado por un largo per�odo de paz y unas buenas relaciones con los pueblos vecinos (Egipto, Arabia, Fenicia, Edom y Damasco), durante el cual el pa�s experiment� un gran desarrollo econ�mico y cultural.

La seguridad interna y el control de las v�as de comunicaci�n facilitaron una amplia expansi�n del comercio hebreo, especialmente el de los caballos, que desde Cilicia eran transportados a Egipto. Adem�s, a fin de fomentar la actividad comercial, Salom�n orden� construir una flota que ten�a su base en el puerto de Esiongu�ber, junto a Elat, a orillas del mar Rojo, y consolid� el poder pol�tico de Israel en la regi�n despos�ndose con una de las hijas del fara�n de Egipto y estrechando los lazos de amistad con Hiram I, rey de la ciudad de Tiro.

La prosperidad econ�mica, por otra parte, permiti� al monarca levantar en Jerusal�n el gran templo que David hab�a proyectado para cobijar el Arca de la Alianza y un suntuoso palacio real, construcciones en las cuales particip� un gran n�mero de t�cnicos extranjeros, como alba�iles y broncistas de Tiro o carpinteros de Gebal, y para las que se importaron lujosos materiales procedentes de Fenicia.

�stas y otras muchas obras p�blicas, as� como los gastos de la corte, fueron sufragados mediante un pesado r�gimen tributario, sustentado en una reforma administrativa que divid�a el pa�s en doce distritos, cuya extensi�n variaba en funci�n de la mayor o menor fertilidad del suelo y de la facilidad de comunicaciones.

Hacia el final de la vida de Salom�n, no obstante, la elevada presi�n fiscal y la proliferaci�n de cultos a divinidades for�neas (Astart�, Camos, Milcom o Moloc), introducidos por las numerosas mujeres extranjeras del monarca, crearon un creciente malestar popular que estallaría durante el reinado de Roboam, su hijo y sucesor, quien no pudo evitar la rebeli�n de diez de las doce tribus hebreas (todas excepto las de Jud� y Benjam�n) y la posterior escisi�n del pa�s en dos reinos: el de Israel, al norte, con capital en Siquem, y el de Jud�, al sur, con capital en Jerusal�n (929 a.C.), que siguieron luego una evoluci�n independiente, cuando no hostil.

A pesar de reprobar con dureza la permisividad del rey Salom�n para con las pr�cticas paganas de buena parte de sus mujeres y de considerar la divisi�n de Israel como un castigo divino por su idolatr�a, la tradici�n b�blica ha idealizado la figura del soberano, presentado como un hombre de gran sabidur�a, paradigma de ponderaci�n y justicia, en diversos pasajes de las Sagradas Escrituras, entre ellos el famoso Juicio de Salom�n o la visita de la reina de Saba.

Tambi�n se ha atribuido a Salomón la autor�a de diferentes libros sapienciales del Antiguo Testamento, como el Cantar de los Cantares, el Eclesiast�s, el Libro de la Sabidur�a, los Proverbios y los Salmos de Salom�n, algunos de los cuales, sin embargo, parece que fueron compuestos con bastante posterioridad a la �poca salom�nica.

C�mo citar este art�culo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].