Ferrara: Qué ver y hacer en un día

Tengo que reconocer que Italia es mi debilidad, creo que no hay ciudad que haya visitado que no me haya gustado, algunas más que otras pero todas tienen algo que me pierde, por no hablar de su gastronomía, se me hace la boca agua solo de pensar en ella.

Nuestro último viaje al país fue a la zona de Emilia romaña y un sitio que no quería perderme era Ferrara, me habían hablado maravillas de ella y lo mejor, me habían dicho que pasa desapercibida para la horda de guiris que viaja a esa zona principalmente porque todos se van hacia Venecia o Bolonia, así que, en cuanto pusimos el pie en tierras italianas y cogimos nuestro coche de alquiler allá que nos fuimos.

Ferrara está situada a tan sólo una hora y cuarto del Aeropuerto de Bolonia y a orillas del Río Po, uno de los más largos de Italia. La ciudad se fundó entre los siglos VII y VIII aunque sus orígenes son inciertos pero todo apunta al año 753 como centro de poder del imperio bizantino. Sin lugar a dudas, la época de mayor importancia fue desde el siglo XIII hasta el siglo XVI cuando la familia Estense dominaron la zona dotándola de un gran desarrollo tanto a nivel urbanístico como político, llegando a ser una de las ciudades mejor valoradas por las cortes europeas. Desde el año 1995 está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Nuestra visita empezó en la Puerta Paola que formaba parte de las antiguas murallas de la ciudad, Ferrara estaba rodeado por un muro de ladrillo de aproximadamente 9 kilómetros que tenían integrados torreones, fosos, baluartes y algunas troneras destinadas para las armas de fuego pesadas. La parte más antigua es la de la zona norte que se construyó en el año 1493 para defender la ciudad de los ataques venecianos, hoy en día todavía están en pie y es posible recorrerlas en un agradable paseo por los numerosos jardines que se han construido a los pies de las mismas.

Puerta Paula

Murallas Ferrara

La Puerta Paola fue edificada en el año 1612 en honor al Papa Paolo V aunque hoy en día poco tiene que ver con la grandiosidad que tuvo en el pasado, está un poco destartalada, dejada y sucia por lo que no nos detuvimos mucho tiempo allí.

Continuamos nuestra ruta por la Via San Romano y descubrimos una de las grandes aficiones y peligros de los ferrarenses, las bicicletas!!!! Había de todos los colores, tamaños y formas, pasaban por la derecha, por la izquierda y por encima porque no podían. Reconozco que es una buena y saludable forma de moverse por la ciudad pero para los que vamos caminando, bajo mi punto de vista, es un gran peligro ya que tienes que ir con 500 ojos para que no te atropellen o para no estamparte contra alguna de ellas.

Al llegar a la altura de la Via delle Volte nos desviamos, por suerte como el pavimento era de piedras gordas y no es muy cómodo para caminar en bicicleta no había muchas. Esta calle tuvo gran importancia durante la Edad media ya que era una de las más comerciales de Ferrara, es estrecha, con poca luz y alberga varios pasadizos sobrealzados que antiguamente unían las casas de los mercaderes (en el lado sur) con sus almacenes (en el lado norte).

Vía delle Volte

Vía delle Volte

Seguimos callejeando hasta llegar a la Plaza Trento e Trieste donde durante siglos se encontraba el principal mercado de la ciudad y se concentraban todos los estamentos de poder. Nos topamos de frente con uno de los laterales de la catedral y su campanario y ya pudimos ver lo espectacular de este templo y la antigua "Loggia dei Merciai" situada en los porches del mismo, este lugar fue durante mucho tiempo el sitio donde se concentraban todas las actividades comerciales y a pesar de los años transcurridos todavía sigue desempeñando las mismas funciones.

Piazza Trente e Trieste

Era ya casi la hora de comer y la mayoría de los monumentos y lugares de interés estaban cerrados por lo que nos adentramos por una pequeña callejuela en el lado izquierdo de la catedral en busca de algún restaurante, pizzería o lo que se terciara, más que nada porque era el único callejón que estaba a la sombra. Al final acabamos en Pizzería & Osteria Adelardi situada en el número 27 de la Vía Adelardi, un lugar escondido, barato y con una comida de primera, nos pusimos las botas e incluso tuvimos que dejar algo en el plato porque no podíamos más, menudas pizzas más grandes!

Una vez con las pilas cargadas nos dirigimos hacia la Catedral de San Jorge, la entrada es gratuita. Este templo fue construido a finales del siglo XII y es el edificio religioso más grande de la ciudad. En su fachada podemos admirar una mezcla entre gótico y románico, destaca por encima de todo la portada principal donde se puede apreciar la figura de San Jorge y escenas del nuevo testamento.

Catedral Ferrara

Catedral Ferrara

El interior no es menos espectacular, de estilo barroco y con numerosas decoraciones, cabe destacar el fresco de la bóveda del ábside, inspirado en el juicio final de la Capilla Sixtina y que fue pintado por Bastianino entre 1577 - 1581.

Interior Catedral Ferrara

Justo enfrente de la catedral encontramos el Palazzo Municipale o el antiguo Palacio Ducal, antigua residencia de los Estense hasta el siglo XVI, fecha en la que se trasladaron al castillo. Este edificio fue construido en el año 1243 aunque a lo largo de la historia ha sufrido varias remodelaciones, principalmente por los numerosos terremotos que asolaron Ferrara. Es posible visitar las antiguas estancias de las duquesas y el actual ayuntamiento mediante una visita guiada aunque desconozco los horarios y precio de la misma.

Palazzo Municipale

En el palacio destaca la majestuosa escalinata construida en 1481 por Pietro Benvenuto y la Bóveda del caballo flanqueada por dos columnas con las estatuas del Marqués Niccolo III a caballo y del Duque Borso di Estense, situada justo enfrente de la catedral.

Escalinata Palazzo Municipale

Bóveda del caballo

Caminamos por el Corso Martin della Libertà hasta llegar a la Plaza Savonarola donde encontramos una estatua de este famoso reformador nacido en Ferrara, a mí personalmente me recordó a Darth Vader, solo le faltaba la máscara, jejejeje.

Estatua Savonarola

Justo al lado ya se puede apreciar una bonita panorámica del Castillo Estense, uno de los lugares más importantes de la ciudad. Lo mandó construir Niccolo II en el año 1345 para defender a la Familia Estense de las insurrecciones populares y más tarde, en el siglo XVI se convirtió en la nueva residencia de la corte por lo que se reformaron algunas partes de la fortaleza para adecuarla a la nueva situación.

Castillo Estense

Castillo Estense

El castillo está rodeado por un foso y tiene tres accesos con puentes levadizos. La entrada al mismo cuesta 8 € y la visita comienza en una pequeña sala donde hay una gran maqueta de la fortaleza en sus primeros años, le siguen otras tres estancias con techo abovedado y dedicadas a los marqueses Borso, Niccolo III, Alberto y Leonello con paneles informativos y algunas réplicas de libros antiguos.

Entrada Castillo Estense

Réplica libro antiguo en Castillo Estense

Continuamos nuestra ruta en la cocina donde podemos apreciar cómo eran los hornos gracias a una reconstrucción de los mismos, esta estancia se construyó cuando el castillo se convirtió en residencia de los Estense. Por un estrecho y oscuro pasillo se llega a la Prisión de Don Guiulio, uno de los lugares que más me gustó.

Prisión Castillo Estense

Prisión Castillo Estense

Prisión Castillo Estense

Esta cárcel no estaba destinada a presos comunes sino a personajes de alto rango, entre los prisioneros más destacados están Ugo y Parisina, segunda esposa de Niccolo III. Parisina se enamoró de su hijastro Ugo, ambos fueron descubiertos y fueron condenados a muerte, en 1425 los dos jóvenes fueron decapitados en las mazmorras del castillo.

Prisión Castillo Estense

Por una rampa por la que antiguamente se subía la artillería llegamos al piso noble del castillo donde podemos admirar varias estancias, el atractivo principal de esta planta no es el mobiliario, del que no queda nada, sino los espectaculares frescos del techo que fueron pintados por diferentes artistas de la época. Entre los lugares más destacados se encuentra el patio de naranjos, la capilla ducal, la sala de los escudos, la sala de geografía o las diferentes alcobas de la familia Estense.

Estancias Castillo Estense

Estancias Castillo Estense

Estancias Castillo Estense

Estancias Castillo Estense

Salón de los escudos Castillo Estense

Patio de los naranjos - Castillo Estense

Una vez fuera empezamos a caminar por la Vía Ercole I d'Este en busca del Palazzo Diamanti, actual Pinacoteca Nacional. Este edificio fue construido en el año 1493 por orden de Sigismondo Estense y lo más curioso de él es su fachada, decorada con 8500 "diamantes" representados por piedras triangulares que simulan este preciado mineral.

Palazzo Diamanti

Palazzo Diamanti

Continuamos caminando por esta pintoresca calle empedrada, éramos los únicos mortales que paseaban más allá del Palacio de diamante, ni las bicicletas osan cruzar esta frontera imaginaria hacia los barrios menos conocidos de Ferrara ya que el pavimento no es el más adecuado para la circulación de estos vehículos de dos ruedas. Llegamos hasta las murallas del norte de la ciudad y la Puerta degli Angeli, otro de los antiguos accesos a la ciudad.

Puerta degli Angeli

Regresamos al centro pasando por el Cementerio de Certosa, digamos que no es el lugar ideal para pasear pero sí uno de los más tranquilos, no llegamos a entrar porque como bien sabéis estos sitios me dan bastante yuyu así que nos limitamos a caminar al lado de la pared y os puedo asegurar que no fue un plato de buen gusto.

Después del mal trago decidimos hacer un alto en el camino para disfrutar de uno de los mayores placeres de Italia, los helados y seguimos nuestra ruta hasta el antiguo Guetto judío situado en las actuales Vía Mazzini, Vía Vitoria y Vía Vignatagliata. La gran comunidad judía ferrarense se asentó en la ciudad alrededor del siglo XV proveniente de países donde habían sido previamente expulsados como España, Alemania o Portugal. Hoy en día tan sólo se conserva en el número 95 de la Vía Mazzini el antiguo edificio de las Sinagogas.

Guetto judío

Ghetto judío

Estaba empezando a atardecer y la mayoría de los lugares que teníamos en mente visitar ya los habíamos visto o habían cerrado ya por lo que dedicamos el resto de la tarde a callejear por las zonas menos conocidas de Ferrara. Pasamos por el Palazzo Schifanoia, el Museo arqueológico y regresamos nuevamente por la  Via delle Volte, una de las que más nos gustó. Así acabamos nuestro paseo por Ferrara, una ciudad preciosa y cargada de historia.

Palazzo Schifanoia

Callejeando por Ferrara

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