Rostro surcado por los años y luminoso carisma, Maurice Garrel deja un recuerdo imborrable en las películas de su hijo, Philippe Garrel, de 'Anémone' (1967) a la magistral 'Les amants réguliers' (2005). Se estableció como un hombre de teatro después de haber luchado en la Resistencia, y en 1959 debutó con un pequeño papel en 'Du Rififi chez les femmes' de Alex Joffé a la que siguieron unas 80 películas y medio centenar de series de televisión, una lista en la que encontramos realizadores tan significativos como Jacques Rozier ('Adieu Philippine'), François Truffaut ('La piel suave', 'La novia vestía de negro'), Alain Cavalier ('L’Insoumis'), Claude Chabrol ('Nada'), Claude Sautet ('Un corazón en inviernor') o Patrice Chéreau ('Su hermano'). Fue nominado al César al Mejor Secundario en dos ocasiones, por 'La discreta', de Christian Vincent (1990), y por 'Rois et Reines', de Arnaud Desplechin (2004), otro de los títulos más importantes de los últimos años. Discreto y talentoso a partes iguales, Maurice Garrel fue un resistente en toda regla del cine francés. No se nos ocurre mejor forma de recordarlo que con este pasaje de 'Les amants réguliers' en el bromea sobre su edad. Inolvidable.

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