Maria Callas vivi� la tragedia dentro y fuera de los escenarios. Drogada, maltratada y sometida sexualmente por su amante, Aristotle Onassis, que la abandon� por Jackie Kennedy, chantajeada econ�micamente por sus padres y estafada por su marido, Giovanni Battista Meneghini, la Divina pas� una vida repleta de penurias causadas por quienes m�s deb�an quererla. Adorada, eso s�, por el p�blico, la diosa del bel canto tuvo una relaci�n tormentosa con el amor que, 44 a�os despu�s de su muerte, sale a la luz de la mano de la historiadora norirlandesa Lyndsy Spence.
A trav�s de una nueva biograf�a titulada Cast a diva: The hidden life of Maria Callas, Spence, que ha tenido acceso durante los �ltimos tres a�os a una gran cantidad de documentos personales de la soprano, relata por ejemplo c�mo Aristotle Onassis, el hombre m�s rico de su �poca y una de los hombres m�s importantes de la vida de la artista, lleg� a drogarla para mantener relaciones sexuales con ella. "La informaci�n est� sacada del diario de uno de sus amigos m�s �ntimos. Hoy en d�a lo llamar�amos violaci�n", explica la historiadora sobre unos documentos que hacen referencia a 1966, once a�os antes del fallecimiento de la artista.
De hecho, Onassis, que deb�a su fortuna a su imperio naviero en Grecia, habr�a llegado a maltratar f�sicamente a la artista hasta el punto en que ella lleg� a temer por su propia vida. La obsesi�n de �l habr�a llegado hasta tal punto que, en un determinado momento, Callas escribi� el siguiente mensaje a su secretaria: "No quiero que vuelva a llamarme para que empiece a torturarme de nuevo".
Tampoco le fue mejor con quien le puso un anillo en el dedo. Giovanni Battista Meneghini, su marido, al que ella termin� definiendo como "una sabandija" que "se pasea por ah� como un millonario cuando no tiene un penique", le estaf� gran parte de la fortuna que hab�a conseguido sobre los escenarios. "Mi marido todav�a sigue molest�ndome, y eso que me rob� m�s de la mitad de mi dinero al poner todo a su nombre desde el momento en que nos casamos. Fui una tonta... y todo por confiar en �l", lamenta ella en uno de los documentos a los que ha tenido acceso la historiadora.
La tormentosa relaci�n de Callas con algunos de los hombres de su vida tampoco acab� ah�. Durante los primeros pasos de la joven inmigrante griega, Peter Menin, presidente en aquel momento de la Juilliard School de m�sica de Nueva York, no se tom� demasiado bien que la soprano le rechazase, y empez� a poner a todo el conservatorio en su contra para intentar lastrar su carrera profesional. "Se ha enamorado de m�, y, como yo no siento lo mismo por �l, se ha puesto en mi contra", escribi� ella en una carta dirigida a su padrino.
Si los hombres no se portaron bien con ella, tampoco lo hicieron el hombre y la mujer que m�s deber�an haber cuidado de ella. "Callas estaba resentida con su madre, que hab�a sido prostituta durante la guerra, por el hecho de haber intentado ofrecerla sexualmente a los soldados nazis", apunta Spence sobre la infancia que la artista pas� en Europa. Cuando la soprano empez� a cosechar sus primeros �xitos, su madre, que hab�a vendido historias sobre ella a la prensa, pas� a exigir su parte del pastel: "�Sabes qu� es lo primero que hacen las estrellas de cine de or�genes humildes cuando se hacen ricas? Con su primer sueldo compran una casa para sus padres y les cubren de lujos. �Qu� tienes que decir a eso, Maria?".
Su padre, tampoco se port� mucho mejor. "Le escribi� una carta dici�ndole que se estaba muriendo en un hospital de mala muerte solo para intentar que ella le diese algo de dinero", asegura la bi�grafa, que aporta documentos en los que la soprano se queja amargamente de ellos. "Estoy harta del ego�smo de mis padres y de su indiferencia hacia m�... No quiero seguir manteniendo una relaci�n con ellos. Solo espero que los medios de comunicaci�n no se enteren, porque si no s� que maldecir� el momento en que tuve padres".
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