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Cristianismo en tiempos de pandemia

La comunidad cristiana a nivel mundial también se ve preocupada por entender los acontecimientos desde un punto bíblico. 

31 DE JULIO DE 2020 · 10:00

Imagen: Getty Images,
Imagen: Getty Images

Por Víctor Esteban Cuaresma

Incertidumbre, pánico y desesperación han invadido a una gran parte de la población mundial, por decir lo menos, causada por un microscópico virus –  Covid-19 –, que ha puesto en alerta máxima los sistemas de salud pública de los países del Primer Mundo, y que incluso países como Italia, España y EE.UU. vieron colapsar su sistema a medida que avanzaba el contagio de este virus.

En este panorama, la comunidad cristiana a nivel mundial también se ve preocupada por entender los acontecimientos desde un punto bíblico, toda vez que este suceso (crisis sanitaria mundial, económica y social) no tiene precedentes en la historia reciente, mucho menos para esta generación; asimismo, un gran sector del cristianismo cree que estos acontecimientos nos indicarían el cumplimiento de las catástrofes y plagas descritos en el Apocalipsis y que nos encontramos al borde del fin del mundo.

Este comportamiento no es extraño entre los cristianos, puesto que, a través de la historia de la humanidad, han ocurrido varias pandemias, siendo la más letal de ellas la “Peste Negra” (por ahora), ocurrida a mediados del siglo XIV de nuestra era, causando la muerte de más de 75 millones de personas según cifras prudentes de los historiadores (ABC-España, 2020). Algunos países como Italia y España perdieron la mitad de su población. La sociedad de aquel tiempo atribuyó la atrocidad de esta pandemia a la ira de Dios, y se dijo que la peste era el inicio de la tribulación, creyendo vivir tiempos apocalípticos. Cabe precisar, que en este periodo, la Iglesia Católica Romana era la que predominaba en el mundo, la misma que tergiversaba la biblia para manipular la conciencia de la sociedad.

En el año 1527 vivía Martín Lutero, quien buscó la revalorización de los principios bíblicos. Él escribiría una carta dirigida a un amigo, donde ponía énfasis en que la conducta del cristiano frente a la peste debería ser el deber de unos con los otros (RIAÑO-David, 2020); es decir, el padre no podría huir de la ciudad dejando a su esposa y sus hijos desamparados; el hijo no podría abandonar a su progenitor en necesidad; un predicador no podría dejar a la congregación sin el consuelo de la palabra de Dios; ni un médico podría quebrar su vocación de atender a los enfermos. Lutero sostenía esta idea en relación a los versículos ubicados en 1 Timoteo 5:8, que dice: “Pero si alguno no provee para los suyos, y especialmente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo”, y 1 Juan 3:15-17: “Todo el que aborrece a su hermano es homicida, y vosotros sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él. En esto conocemos el amor: en que Él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en necesidad y cierra su corazón contra él, ¿cómo puede morar el amor de Dios en él?”; asimismo, cabe precisar que Lutero se refería a las personas que huían de las ciudades, quienes temían contagiarse de la peste, los mismos que a la vez propagaban el virus por los lugares donde transitaban.

En tiempos recientes, exactamente en el año 1918, el mundo vivía la Primera Guerra Mundial, pero a la vez afrontaba una pandemia conocida como la gripe española, considerada la tercera pandemia más letal en la historia (BBC-News, 2018), la misma que inició en los EE.UU. y tuvo su punto álgido entre 1918 y 1920, causando la muerte de más de 50 millones de personas en todo el mundo.

El contexto del cristianismo en esta época era favorable en términos de organización, crecimiento doctrinal y de nuevos creyentes; sin embargo, la iglesia no era una isla inmune al virus, por lo que se vio afectada al cerrarse sus instalaciones por disposición del gobierno. En respuesta, la comunidad cristiana se adaptó a la circunstancia, manteniendo comunicación con los creyentes a través de anuncios y mensajes que se publicaban en los diarios de las ciudades. Se ordenaba que los cristianos realizaran reuniones familiares en horas similares; asimismo, que elevaran oraciones por los enfermos, por los necesitados, por los médicos y los gobernantes. También, se discutía la importancia del servicio que brindaba la iglesia a la comunidad en tiempos de incertidumbre, comparado con el entrenamiento que se brindaba en los cines o los teatros, lo que generaba que muchos apoyaran la idea de reabrir los servicios en las iglesias.

Las organizaciones cristianas eran respetuosas con las disposiciones del gobierno, pero a la vez defendían la importancia de la iglesia en la sociedad, como se describe en una publicación de la época, donde un ministro bautista, el pastor J. Milton Waldron publicaría un artículo en el diario “Evening Star”, (29 de octubre de 1918 – Washington, D.C.), escribiendo en nombre de «los mil cien miembros de la Iglesia Bautista de Shiloh», para expresar su preocupación por los funcionarios de la ciudad que estaban «interfiriendo con la libertad de culto religioso». En particular, la congregación lo percibió de esta forma: «las autoridades carecen de reverencia a Dios y no tienen un conocimiento correcto del carácter y la misión de la iglesia, cuando la colocan en la misma clase con salas de billar, salones de baile, lugares de cine y teatros». Culminaba Waldron, «La iglesia cristiana no es un lujo, sino una necesidad para la vida y la perpetuidad de cualquier nación» (Es.9MARKS, 2020).

Por otro lado, en relación a lo sostenido por algunos “grupos cristianos” que afirman que estamos en tiempos de tribulación descritos en el libro de Apocalipsis, al respecto cabe señalar que esta percepción también la adopta una gran parte de la sociedad, que asocia estas crisis con temas apocalípticos del fin del mundo. Ahora bien, esto evidencia la falta de conocimiento bíblico de muchos líderes cristianos que cuentan con gran cantidad de seguidores, a quienes trasmiten mensajes sensacionalistas - fatalistas, con la finalidad de buscar cierto protagonismo (en la historia se registran varios anuncios y fechas del fin del mundo, generadas por “líderes religiosos”, que han generado pánico y desmedro a la comunidad cristiana).

Si bien es cierto que del análisis de estos temas de la biblia muchos eruditos serios como John MacArthur (autor del libro "La Segunda Venida: una exploración del regreso y reinado de Cristo"- 2014 y el libro “Porque el Tiempo sí está Cerca”- 2009), indican que nos encontraríamos en los últimos tiempos y que las señales se vienen cumpliendo, no obstante advierten que para el cumplimiento de las tribulaciones apocalípticas, primero tiene que ocurrir la “Segunda Venida de Cristo” y el evento conocido como el “Arrebatamiento de su Iglesia”, tal como se describe en 1 Tesalonicenses 4:13-18: “Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras”.

Pero, ¿cuándo sucederá este acontecimiento del “Arrebatamiento de la Iglesia”? La respuesta es: solo Dios lo sabe (Marcos 13:32.), pues, ningún ángel, ni arcángel, ni mucho menos un hombre lo sabe, por más título de apóstol o profeta que se arrogue. Cabe mencionar que esto no es una excusa para que el creyente todavía se distraiga, pensando que el Señor tarda; sino que, debe ser la oportunidad para afirmar su fe y compartirla, cultivando virtudes como la humildad y fidelidad, así como conductas esenciales de alerta y preparación mientras lo espera; pues el día en que el señor vuelva será en “un abrir y cerrar de ojos” (1a Corintios 15:52).

Tal como hemos notado, la humanidad y el cristianismo han afrontado diversas circunstancias adversas, como guerras o pandemias, pero Dios, en su soberana misericordia, siempre ha permitido salir del hoyo. Se complazca el Señor en detener el dolor que causa este virus. Quizás esta pandemia de la Covid-19 no sea la última, pero en tanto, tenemos nuestra fe, nuestra esperanza anclada en el mismo Dios y Salvador que ha cumplido fielmente su promesa. Él es el mismo creador, diseñador de la complejidad del universo, el mismo que conoce cada átomo que se esconde en los rincones del mundo.

La iglesia a través de los tiempos siempre fue más fuerte después de cada circunstancia adversa que atravesó; las personas acuden o se preocupan por su relación con Dios, y esto se ve reflejado en la demanda de búsquedas sobre Dios en el internet. Nos queda adaptarnos a los efectos que dejará esta pandemia. Nuestra actitud como cristianos debería ser sensible a la voluntad de Dios descrita en su palabra, más en este tiempo en que el mundo se encuentra desorientado. La iglesia debe permanecer firme en sus convicciones y deberíamos trasmitir la calma que falta ahora.

 

Víctor Esteban Cuaresma Palacios – Estudiante de Derecho – Ica-Perú

 

Fuentes:

  • ABC-España. (14 de Abril de 2020). ABC. Obtenido de ABC: https://www.abc.es/sociedad/abci-coronavirus-no-lejos-peor-epidemias-mas-letales-historia
  • BBC-News. (18 de Setiembre de 2018). BBC-MUNDO. Obtenido de BBC-MUNDO: https://www.bbc.com/mundo/noticias-45647100
  • Es.9MARKS. (03 de Marzo de 2020). 9MARKS. Obtenido de 9MARKS: https://es.9marks.org/articulo/como-respondieron-las-iglesias-de-dc-cuando-el-gobierno-prohibio-las-reuniones-publicas-durante-la-gripe-espanola-de-1918/
  • RIAÑO-David. (11 de FEBRERO de 2020). BITE PROJET. Obtenido de BITE PROJET: https://biteproject.com/lutero-y-el-coronavirus/

 

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