Snow Kill (1990), de Thomas J. Wright

Un grupo de peligrosos presos acaba de fugarse de la prisión estatal de Arizona. Tres de ellos, los que tienen menos escrúpulos, matan a sangre fría al resto de sus compañeros, con el fin de proteger su huida. De esta manera, consiguen escapar de sus perseguidores, y esquivar el cerco de la policía. En su huida, deben encontrarse con un cómplice que les pondrá a salvo, en las montañas. Allí, cinco ejecutivos pasan unos días relajados, en plena nieve. Pero la llegada de los fugitivos va a trastornar las vacaciones de este grupo de amigos, y la de todo aquel que se cruce en su camino. No dudan un momento en liquidar a quien sea con tal de salvar el pellejo. Llegan a la cabaña de un cazador que vive aislado del mundo junto a su esposa. Los fugitivos, convertidos en salvajes sedientos de sangre, violan a la mujer y la asesinan. Ahora el cazador sólo piensa en vengarse, y conoce las montañas al dedillo.

Una retorcida trama que se sirve de tres personajes sin ningún tipo de sentimientos, únicamente movidos por el más salvaje instinto de supervivencia. Adecuada para los amantes de las emociones fuertes, intranscendentes e instantáneas, sin mucha coherencia. En un terrible juego de perseguidores y perseguidos, la tensión está asegurada.