Porfirio Díaz

Resumen de la biografía de Porfirio Díaz

  • Nombre de nacimiento: José de la Cruz Porfirio Díaz Mor.
  • Nacimiento: 15 de septiembre de 1830. Oaxaca, México.
  • Fallecimiento: 2 de julio de 1915. París, Francia (a los 84 años de edad por motivos naturales).
  • Sepultura: cementerio de Montparnasse, París, Francia.
  • Padre: José Faustino Díaz Orozco.
  • Madre: María Petrona Mori Cortés.
  • Cónyuges: Delfina Ortega Díaz (18671880) / Carmen Romero Rubio (18811915).
  • Hijos: Porfirio Germán Díaz / Camilo Díaz / Laura Delfina de la Luz Díaz / Deodato Lucas Porfirio Díaz / Luz Aurora Victoria Díaz / Camilo Díaz / Victoria Francisca Díaz / Amada Díaz Quiñones.

Tras más de medio siglo de conflictos tanto internos como externos, los mexicanos verían en la persona de Porfirio Díaz el temple y el carácter necesario para encauzar a México hacia el orden, la paz, el progreso y la modernización.

Esta premisa, si bien no fue del todo cierta, sentó las bases de uno de los regímenes políticos más conocidos de toda la historia de México: el porfiriato.

Así pues, es la intención de este artículo exponer la vida y obra del militar oaxaqueño y expresidente mexicano Porfirio Díaz, quien ostentase, directa o indirectamente, el poder político de México desde el 28 de noviembre de 1876 hasta el 25 de mayo de 1911.

¿Dónde y cuándo nació Porfirio Díaz?

José de la Cruz Porfirio Díaz Mori, mejor conocido como Porfirio Díaz, nació el 15 de septiembre de 1830 en Oaxaca, México.

¿Dónde y cuándo murió Porfirio Díaz ?

Encontrándose en el exilio, el 2 de julio de 1915, con 84 años de edad, Porfirio Díaz moriría por causas naturales en París, Francia.

Familia de Porfirio Díaz

Padre de Porfirio Díaz

Fotografía de María Petrona Mori, madre de Porfirio Díaz
Fotografía de María Petrona Mori, madre de Porfirio Díaz (alrededor del año 1854).

Su padre fue José Faustino Díaz Orozco.

Madre de Porfirio Díaz

 Su progenitora fue María Petrona Mori Cortés.

Cónyuges de Porfirio Díaz

 Porfirio Díaz contrajo nupcias en dos oportunidades:

Delfina Ortega Díaz

En 1867, Porfirio Díaz contrajo matrimonio civil con su sobrina, Delfina Ortega Díaz, quien para entonces era quince años menor que él.

Este matrimonio daría vida a ocho hijos; sin embargo, solo dos de ellos sobrevivirían. Posiblemente, la causa de la muerte de sus hijos radique en la consanguinidad entre Porfirio y Delfina, quienes eran tío y sobrina, respectivamente.

El 7 de abril de 1880, Porfirio y Delfina contraerían matrimonio bajo el rito de la Iglesia católica. Sin embargo, en la mañana del día siguiente, Delfina moriría de infección puerperal, enfermedad que contrajo durante el parto de su última hija, Victoria Francisca Díaz.

Carmen Romero Rubio

Retrato de Carmen Romero Rubio, segunda esposa de Porfirio Díaz
Retrato de Carmen Romero Rubio, segunda esposa de Porfirio Díaz (año 1893).

A las siete de la noche del 5 de noviembre de 1881, Porfirio Díaz y Carmen Romero Rubio contraerían matrimonio civil, siendo testigo el entonces presidente de México, José Manuel del Refugio González Flores.

El matrimonio entre Porfirio Diaz y Carmelita no daría vida a ningún hijo debido a la esterilidad de esta última. A pesar de ello, ambos permanecerían unidos, incluso en el exilio.

Hijos de Porfirio Díaz

El matrimonio entre Porfirio Díaz y Delfina Ortega Díaz dio vida a ocho hijos, de los cuales solo dos alcanzaron la adultez:

  • Porfirio Germán Díaz: nació el 28 de mayo de 1868 y falleció el 4 de mayo de 1870.
  • Camilo Díaz: nació el 19 de diciembre de 1869 y falleció el 23 de abril de 1870.
  • Laura Delfina de la Luz Díaz: nació el 25 de mayo de 1871 y falleció el 2 de septiembre de 1872.
  • Deodato Lucas Porfirio Díaz: nació el 18 de octubre de 1873 y falleció el 28 de diciembre de 1946.
  • Luz Aurora Victoria Díaz: nació el 5 de mayo de 1875 y falleció el 23 de octubre de 1965. Junto a su hermano Deodato, fue una de los dos sobrevivientes del matrimonio.
  • El 21 de junio de 1876, Delfina daría luz a una niña; sin embargo, esta nacería muerta por asfixia.
  • Camilo Díaz: nació el 22 de enero de 1878 y falleció el 23 de enero de 1878.
  • Victoria Francisca Díaz: nació el 2 de abril de 1880 y falleció el 3 de abril de 1880.

Aparte de los hijos antes mencionados, Porfirio Díaz tendría una hija extramatrimonial con Rafaela Quiñones. Esta fue Amada Díaz Quiñones, de quien se dice que fue la hija más querida de Porfirio Díaz.

Biografía de Porfirio Díaz

Infancia y juventud de Porfirio Díaz

Porfirio Diaz nació en Oaxaca el 15 de septiembre de 1830. Con apenas tres años, perdió a su padre en una epidemia de cólera. En consecuencia, tuvo que hacerse cargo de su familia desde muy joven, aprendiendo carpintería y otros oficios durante el proceso.

En 1843 ingresó al seminario, pero lo abandonaría poco tiempo después para estudiar leyes en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca. Sin culminar dichos estudios, Díaz dejó el instituto en 1855 para apoyar la Revolución de Ayutla, la cual combatía al entonces presidente Antonio López de Santa Anna.

Fotografía de Porfirio Díaz
Fotografía de Porfirio Díaz (probablemente tomada en el año 1861).

De esta manera, daría inició a su carrera militar, la cual lo llevó hasta la cúspide del poder en México.

Carrera militar de Porfirio Díaz

Luego del éxito de la Revolución de Ayutla, Diaz sería nombrado jefe político del Distrito de Ixtlán por el entonces secretario de Gobierno Estatal, Celestino Macedonio. Pocos meses después, el presidente Ignacio Comonfort le otorgó el mando militar del istmo de Tehuantepec.

En 1860, a los 30 años, Porfirio Díaz salió por primera vez del estado de Oaxaca con la intención de pelear en el bando liberal durante la Guerra de Reforma. Después de la derrota conservadora, Francia decidió intervenir en México en apoyo de los monárquicos.

Así, en la batalla del 5 de mayo de 1862, que se libró contra las fuerzas del Segundo Imperio Francés de Napoleón III, Porfirio Díaz se convirtió en uno de los pilares principales de la victoria mexicana.

Entre 1864 y 1867, Porfirio Díaz se distinguió por sus acciones militares en el estado de Oaxaca, especialmente durante la batalla de Miahuatlán (3 de octubre de 1866) y la batalla de la Carbonera (8 de octubre de 1866).

Cuando las fuerzas francesas se retiraron, Díaz avanzó sobre la ciudad de Puebla y logró tomarla. A partir de entonces, fue conocido como el héroe del 2 de abril.

Entrada del general Porfirio Díaz a Puebla
Entrada del general Porfirio Díaz a Puebla el 2 de abril de 1867, pintura al óleo de Francisco de Paula Mendoza (año 1902).

Con 37 años y 37 victorias militares, Porfirio Diaz se retiró de la vida militar y partió rumbo a Oaxaca. Allí recibiría la hacienda de La Noria por parte del gobierno de turno.

Inicios de la carrera política de Porfirio Díaz

En 1867, Díaz participó en la elección principal contra Benito Juárez, pero resultó derrotado. Cuatro años después, volvió a lanzar su candidatura; sin embargo, el resultado fue el mismo.

Díaz, enojado por haber perdido por segunda vez consecutiva contra Benito Juárez, decidió rebelarse contra el gobierno, convirtiéndose en un abanderado de la no reelección.

En 1872, el presidente Benito Juárez perecería a causa de una angina de pecho. Porfirio Díaz aprovechó la oportunidad y presentó su candidatura por tercera vez.

En esta oportunidad, Sebastián Lerdo de Tejada, rival directo de Díaz en las elecciones de 1872, obtendría una amplia victoria. Ante tal acontecimiento, Diaz, profundamente decepcionado, decide retirarse a Tlacotalpan, Veracruz, para dedicarse al cultivo de la caña de azúcar.

Ilustración anónima de Porfirio Díaz.
Ilustración anónima de Porfirio Díaz.

El 10 de enero de 1876, luego de que Sebastián Lerdo de Tejada presentase su candidatura a la reelección, Díaz anunciaría el Plan de Tuxtepec, donde se rebelaba en contra del gobierno de Lerdo y su reelección.

Poco tiempo después, Díaz lideraría un golpe de Estado contra Lerdo. Tras obtener la victoria, ocupó el poder como presidente provisional hasta ser electo presidente constitucional en las elecciones extraordinarias de México de 1877.

Porfiriato: primera etapa

Después de décadas de guerra y destrucción durante gran parte del siglo XIX, los mexicanos, cansados de tan agobiante situación y deseosos de paz, orden y progreso, decidieron aceptar el régimen de Porfirio Díaz a costa de la libertad política.

Al llegar al poder, Díaz comenzó un proceso que le tomaría doce años: someter a sus adversarios y construir su poder personal. Para pacificar el país, hizo todo lo necesario, incluso si ello implicaba ser cruel y despiadado. Sin embargo, en ocasiones optaba por la diplomacia, apaciguando a sus opositores con obsequios y cargos políticos.

Al cumplirse su primer periodo de gobierno, Díaz permitió en 1880 que su compadre, Manuel del Refugio González Flores, ocupara la presidencia de México desde el 1 de diciembre de 1880 hasta el 30 de noviembre de 1884. Al finalizar su mandato, Díaz se presentó nuevamente a los comicios electorales, resultando reelecto como presidente.

Porfiriato: segunda etapa

Ya instalado en la presidencia, Díaz haría sucesivas reformas a la constitución, las cuales le permitirían reelegirse indefinidamente. Durante el porfiriato, el poder legislativo y el judicial se sometieron al poder ejecutivo.

Fotografía del gabinete de Porfirio Díaz
Fotografía del gabinete de Porfirio Díaz.

Los diputados, más que elegidos, eran nombrados por el presidente Díaz; lo mismo sucedió con los gobernadores de los estados e, incluso, con autoridades menores.

El periodismo, salvo notables excepciones, era complaciente con el presidente Díaz, es decir, no manifestaba disidencia política alguna, al menos durante los primeros años del porfiriato.

Por otro lado, en contraste con el marcado anticlericalismo exhibido durante los mandatos presidenciales de Benito Juárez y Sebastián Lerdo de Tejada, bajo el porfiriato se fue mucho más complaciente con la Iglesia católica.

El arreglo de las finanzas públicas que emprendió el ministro de Hacienda Matías Romero y que continuó José Yves Limantour fue decisivo para el progreso material que caracterizó al porfiriato. Gracias a dichas reformas económicas, en 1895 se logró el primer excedente en las finanzas públicas en la historia de México.

Durante los años sucesivos, México pasó de tener unos 400 a 19.000 kilómetros de vías férreas; asimismo, cientos de fábricas textiles, cervezas, vino y acero surgirían a finales del siglo XIX en ciudades como Monterrey, Toluca, Puebla, Orizaba, Guadalajara y el Distrito Federal.

Fotografía de Porfirio Díaz.
Fotografía de Porfirio Díaz.

Las antiguas ciudades, con sus construcciones heredadas del antiguo Virreinato de Nueva España, se poblaron con nuevas mansiones y edificios públicos. En el campo, las pequeñas azucareras comenzaron a exportar a niveles industriales.

A pesar de los logros financieros y materiales logrados durante el porfiriato, por entonces uno de cada de dos niños moría antes de cumplir el año de edad, el 80% de la población era analfabeta, la propiedad se hallaba concentrada en pocas manos y la desigualdad social era tan exacerbada que parecía palpable.

Porfiriato: tercera etapa

La primera oposición al régimen de Porfirio Díaz ocurrió con la aparición de Regeneración, un periódico publicado por el anarquista Ricardo Flores Magón.

Asimismo, las huelgas obreras de Cananea, en 1906, y de Río Blanco, en 1907, las cuales fueron brutalmente reprimidas, sentaron las bases de una revolución silente que comenzaba a gestarse tras una sociedad aparentemente sosegada y complaciente con el régimen de Porfirio Díaz.

En 1908 apareció en la revista Pearson’s Magazine una entrevista donde el presidente Porfirio Díaz manifestaba su deseo de ser relevado de su cargo junto a una condición: los mexicanos deberían encontrar a un sucesor lo suficientemente capaz como para permitirle a él retirarse de la presidencia.

Como era de esperarse, la entrevista desató la competencia política en México. Las distintas fuerzas políticas de entonces, aunque dudosas ante las palabras de Porfirio Díaz, decidieron emprender una campaña política hacia la obtención del poder.

Fotografía de Norberto Domínguez, Jorge Vera Estanol, Demetrio Sodi y Manuel Marroquín y Rivera
Fotografía de Norberto Domínguez, Jorge Vera Estanol, Demetrio Sodi y Manuel Marroquín y Rivera, integrantes del gabinete de Porfirio Díaz en su mandato durante la Revolución mexicana (año 1911).

A pesar de lo expresado en Pearson’s Magazine,  en 1910 Porfirio Díaz decidió presentarse una vez más a las elecciones federales de México de 1910, resultando reelecto con un total de 18.625 votos, lo cual representaba un 98,96% de la totalidad de los mismos.

En esta nueva faceta como autócrata, mucho más explícita que en mandatos anteriores, Porfirio Díaz había decidido encabezar él mismo los festejos del centenario de la Independencia de México, los cuales se habían venido preparando con todo tipo de lujos y ostentosidad.

En el marco de la celebración del centenario de la Independencia de México, una revolución, encabezada por Francisco I. Madero y bajo la bandera de la no reelección, la cual el mismo Díaz había defendido en 1871, avanzaría con paso firme hacia la consecución del fin del porfiriato.

Exilio y muerte de Porfirio Díaz

El 25 de mayo de 1911, agobiado por el avance de los revolucionarios y el deterioro de su salud física y mental, Porfirio Díaz decide presentar su renuncia al Congreso. Poco después, y junto a su familia, partiría a su destierro a bordo del buque alemán Ypiranga.

Fotografía de Porfirio Díaz y su esposa Carmen Romero Rubio durante su exilio en París
Fotografía de Porfirio Díaz y de su esposa Carmen Romero Rubio durante su exilio en París, Francia (alrededor del año 1912).

Porfirio Díaz pasaría los últimos años de su vida en distintos países de Europa. En una oportunidad, el entonces expresidente tuvo la oportunidad de platicar con los soldados jubilados franceses a los que él mismo había combatido durante las guerras de intervención de mediados del siglo XIX.

En el clímax de la conversación, el general francés Gustave Léon Niox se acercó a Porfirio Díaz y le ofreció escoltarlo hasta la tumba de El Pequeño Cabo, Napoleón Bonaparte, a quien el otrora poderoso mandatario mexicano admiraba de sobremanera.

Al llegar a la tumba, el general Niox sacó la espada que Napoleón utilizó en 1805 durante la batalla de Austerlitz y la colocó sobre las manos de Díaz, quien expresó su emoción por sostener la hoja del que fuera emperador de Francia.

Asimismo, manifestó el hecho de no sentirse digno de tal honor. Sin embargo, Niox le recriminaría, comentándole lo siguiente: nunca ha estado en mejores manos.

En junio de 1915, la salud del expresidente Díaz, quien para entonces contaba con 84 años de edad, comenzó a deteriorase aceleradamente, por lo que su médico de cabecera le recetó absoluto reposo.

Un mes después, el 2 de julio de 1915 y tras haber perdido sus capacidades cognitivas, Porfirio Díaz moriría por causas naturales en París, Francia. Actualmente, sus restos reposan en el cementerio de Montparnasse en París.

Referencias:

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