The Devil's Hour (2022), de Isabelle Sieb

Singular miniserie británica creada por el desconocido Tom Moran, que combina el thriller policíaco y el drama de una familia desestructurada con el fantástico, ya que la protagonista y otros personajes tienen un extraño don de poseer “recuerdos del futuro”, ante determinados acontecimientos hay fogonazos, como si eso fuera un “déjà vu”, ya lo hubieran vivido de algún modo.

Lucy trabaja en servicios sociales, en su función estar atenta a familias desestructuradas, donde puede ocurrir sucesos de violencia doméstica, y donde los menores están desprotegidos. Aunque en su propia casa tiene problemas, pues no logra conectar con su pequeño hijo Isaac, quien parece desprovisto de sentimientos, algo más que un autismo, lo que provocó la ruptura matrimonial. Por ello acuden a una psicoterapeuta, aunque Lucy se centra en el pequeño, y menciona casi de pasada cosas raras que le ocurren, como despertarse todos los días a las 3:33 de la mañana, la hora que algunos denominan del diablo, además de sus recurrentes “recuerdos del futuro”. Por otra parte una pareja de policías, el joven Dhillon y el veterano Holnhes, investiga distintas muertes que tienen el nexo en común de una furgoneta roja vista en las inmediaciones. Por si no fuera bastante lío, todo está enmarcado con escenas del interrogatorio de un preso, Gideon, posterior a lo descrito antes, en que es sometido a un careo con Lucy.

Sin duda que la trama atrapa, y que el diseño de producción es excelente. Pero la moda de películas y series con multiversos y realidades alternativas, con intentos de cambiar el futuro, complican la narración en exceso, que se hace difícil de seguir por lo embarullada, y por los cambios de escenario y la sugerencia de visiones y alucinaciones. Además, está alargada innecesariamente, con pasajes de crisis conyugal, del niño y sus reacciones desconcertantes, de persecuciones y peleas. Un poco de condensación que dejara 6 horas en 2 no habría sido un disparate, pero hay que esforzarse, y como el streaming lo soporta todo –no piensan en que el espectador puede rendirse antes del final–, pues ni se plantea. El reparto lo hace muy bien, con una protagonista, Jessica Raine, que este mismo año ha entregado también Becoming Elizabeth.