Actualizado al 30 de abril del 2021
Sabemos que la enfermedad está provocada por el virus SARS-CoV-2, que se propaga de una persona a otra de varias formas diferentes.
El virus puede propagarse a través de pequeñas partículas líquidas expulsadas por una persona infectada por la boca o la nariz al toser, estornudar, hablar, cantar o respirar. Las partículas tienen diferentes tamaños, desde las más grandes, llamadas «gotículas respiratorias», hasta las más pequeñas, o «aerosoles».
Tengan o no tengan síntomas, las personas infectadas pueden transmitir el virus a otras personas.
Los informes de laboratorio sugieren que, aparentemente, las personas infectadas son más contagiosas justo antes de que aparezcan los síntomas (a saber, dos días antes) y en la primera fase de la enfermedad. Las personas que desarrollan enfermedad grave pueden ser contagiosas por más tiempo.
Aunque nunca tengan síntomas, algunas personas pueden transmitir el virus a otras; no está claro aún con qué frecuencia ocurre esto, por lo que es preciso seguir investigando a ese respecto.
Sí, ambos términos se refieren a personas que no tienen síntomas. La diferencia es que las personas asintomáticas son aquellas que, a pesar de estar infectadas, no presentan síntomas en ningún momento durante la infección, mientras que las presintomáticas son las que aún no tienen síntomas, pero los tendrán más adelante.
Sí, toda situación que suponga estrecha proximidad entre personas durante mucho tiempo incrementa el riesgo de transmisión. Los lugares interiores, especialmente aquellos cuya ventilación es deficiente, entrañan mayores riesgos que los espacios al aire libre. Las actividades en las que se expulsan más partículas por la boca, como cantar o respirar rápidamente durante la práctica del ejercicio físico, también incrementan el riesgo de transmisión.
Las «tres ces» por lo general ayudan a calibrar la situación. Describen entornos en los que el virus de la COVID-19 se transmite más fácilmente:
El riesgo de propagación de la COVID-19 es especialmente elevado en lugares en que las «tres ces» se superponen.
En los establecimientos de salud donde se recibe tratamiento contra la COVID-19 hay mayor riesgo de infección durante los procedimientos médicos que generan aerosoles. Durante esos procedimientos pueden producirse pequeñas gotículas que pueden quedarse suspendidas en el aire durante más tiempo y propagarse más allá de la distancia que se mantiene durante una conversación (por lo general 1 metro).Por ello los trabajadores de la salud que realizan esos procedimientos o que se encuentran en tales entornos deberían tomar medidas específicas de protección contra las partículas en suspensión, en particular mediante el uso de equipo de protección personal apropiado, como mascarillas autofiltrantes. Esa es la razón también por la que no se permite la entrada de visitantes a las zonas en las que se realizan procedimientos de ese tipo.
Es mucho lo que podemos hacer para protegernos y proteger a nuestros seres queridos contra la COVID-19. Conozca los riesgos y redúzcalos. Respete las siguientes precauciones básicas:
Lea más información en nuestra página de orientaciones para el público.
Lea nuestras Preguntas y respuestas sobre cómo protegerse al asistir a pequeñas reuniones sociales u organizarlas.
Lea nuestras Preguntas y respuestas sobre la ventilación y el aire acondicionado y la COVID-19.