Críticas de A la sombra de Kennedy (2016) - FilmAffinity
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A la sombra de Kennedy

Drama Drama político sobre Lyndon Baines Johnson, el 36º presidente de los Estados Unidos, que asumió su cargo desde 1963 a 1969. El biopic narra su vida desde su juventud en Texas hasta su llegada y paso por la Casa Blanca. (FILMAFFINITY)
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Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
26 de noviembre de 2018
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
El veterano Rob Reiner, el responsable de unas notables películas como "Misery ( 1990 )", "Cuenta conmigo ( 1986 )" o "Cuando Harry encontró a Sally ( 1989 )" es el responsable de esta interesante historia que recrea cuatro años en la vida personal y sobre todo profesional del que terminó siendo el 36º presidente de los Estados Unidos, en donde se muestran los entresijos de esos días tan duros que tuvieron lugar después del asesinato de John Fitzgerald Kennedy, y que podría formar parte de un programa doble con "Jackie ( 2016 )", ya que ambas se desarrollan en la misma época y se centran en un personaje dejando de lado al resto. Así en esta película el protagonista absoluto es Lyndon Baines Johnson, lo que se pone de manifiesto en la primera escena con la llegada de Kennedy a un aeropuerto y la cámara no enfoca al que en ese momento era presidente sino al vicepresidente LBJ, y no lo hace en modo de biopic sino que nos muestra únicamente unos años en la vida del personaje, en concreto los anteriores a la muerte de JFK y los primeros pasos como presidente de los Estados Unidos de América. La otra película citada anteriormente hace un seguimiento del mismo periodo del personaje de Jacqueline Lee Kennedy Onassis, que pasó de ser la primera dama del país a la viuda de Kennedy.

La película intenta abordar diferentes asunto y tiene una primera mitad en donde se abusa de los saltos temporales de manera innecesaria, y creo que una narración lineal hubiera sido más adecuada para contar esos años de la década de los 60. Me interesa más la segunda mitad y sus mejores momentos son en la parte final, pero tarda un poco en arrancar sobre todo por esas elipsis desconcertantes e innecesarias.
La película tiene unas cuantas virtudes, en especial la actuación de Woody Harrelson, que vuelve a demostrar su talento interpretativo en géneros diferentes, y en esta ocasión es el encargado de dar vida a LBJ, con unos cambios de registro pasando de unos momentos más dramáticos a otros en donde parece más amable e irónico. Pero el personaje no se termina de desarrollar bien, ya que no termina de ser ni didáctica ni informativa para los que no conocemos a fondo esa etapa política en los Estados Unidos.

La otra actuación destacada es la de Michael Stahl-David, que interpreta a Bobby Kennedy, el hermano de JFK, y el que planta cara al que pasa de vicepresidente a presidente, y que tiene una gran escena dramática. Por contra se desaprovecha la presencia de Richard Jenkins, Bill Pullman y Jennifer Jason Leigh, tres grandes intérpretes que aparecen muchas veces en la película, pero que están casi siempre a la sombra y se van desdibujando poco a poco. El primero interpreta al senador Richard Russell, el segundo al también político Ralph Yarborough y la tercera a Lady Bird, la mujer del protagonista.
También me parece destacada la dirección de Reiner que nos presenta un tono clásico que encaja muy bien en la historia, y que agradezco que no se aborde con ese tono más cercano al cine independiente como la película citada anteriormente y dirigida por el chileno Pablo Larraín. El empleo del maquillaje, sobre todo en los casos de Harrelson y Jason Leigh, me parece excesivo y no me termina de convencer.
La película es fácil de recomendar por su sencillez narrativa, por tener la duración perfecta y abordar unos temas políticos históricos que pueden interesar al público de mediana edad y a los más mayores.

LO MEJOR: La actuación de Woody Harrelson.
LO PEOR: Los saltos temporales durante la primera mitad son excesivos e innecesarios. Algunos personajes secundarios no están bien desarrollados.

Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net
WILLY74
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23 de noviembre de 2018
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
El guion lastra el buen pulso en la dirección de Rob Reiner

Reiner nos traslada a la era Kennedy, desde su postulado para las presidenciales (teniendo como rival al propio Lyndon B. Johnson) hasta su asesinato y la posterior toma del cargo del hasta ese momento vicepresidente (Johnson). Con pulso de artesano, Reiner parece no haber perdido parte del toque que tuvo en su época más brillante. Dota de ritmo el relato y se maneja bien en un terreno a veces tan cenagoso como es la política. Aún y con eso, el guión del debutante Joey Hartstone no sigue la misma linea, lastrando el conjunto notablemente.

Woody Harrelson es el omnipresente protagonista

Woody Harrelson es el omnipresente protagonista. Versátil y carismático, inmerso en lo que a priori seria un estupendo vehículo de lucimiento personal. Los biopics son dados a ello. Pero este no destaca especialmente por esa virtud.

Todo el metraje está cubierto por un velo de aspecto televisivo, distanciándolo del cinematográfico gracias a una fotografía en ocasiones desacertada y un empleo excesivo de interiores y planos cerrados. Tampoco lo hace el grotesco maquillaje que luce Woody Harrelson, tan de moda últimamente (‘Hitchcock’, ‘J Edgar’, ‘Churchill’) como inexplicable. Resta expresividad, suma grotesquería y bordea la caricatura.

Harrelson no logra traspasar esa linea roja, empleando la contención de una figura de por si poco contenida. Acierta en el tono de voz, el acento sureño (nació en Texas), además de intuirse un estudio profundo del personaje. Dándole la replica se encuentra Michael Stahl-David (‘Monstruoso’) como Bobby Kennedy. Dota a su personaje de una entereza y presencia más notable que la del propio Harrelson.

Sobre el guion

El elemento más desestabilizador de la película es su guión. Prescinde de elementos que podrían dotar de mayor complejidad al relato, al tiempo que se centra en otros quizá menos relevantes. Condensar el auge, apogeo y final de Lyndon B. Johnson en un momento histórico tan prolijo en datos, detalles, personajes e importancia en 96 minutos es tarea imposible, y queda demostrado.

Presenta de manera muy somera a los personajes (protagonista incluido), dando por sentado que los conocemos a todos. Emplea elipsis que omiten hechos relevantes, no solo para contextualizar, si no para entender las motivaciones y decisiones que toma uno u otro personaje. Por momentos lleva al espectador de isla a isla, sin un hilo conductor que cohesione la narración.

Punto y final

A la sombra de Kennedy aborda una de las épocas más importantes de la historia reciente de Estados Unidos de una manera superficial, por momentos televisiva, necesitando de más tiempo y desarrollo para otorgarle mayor enjundia. Pese a ello, y más por virtud de los hechos en los que se basa, no se pierde el interés en ella y de algún modo es pedagógica. Woody Harrelson mantiene la contención aún bordeando la parodia (el maquillaje es terrible), mientras sorprende un estupendo Michael Stahl-David (Bob Kennedy), así como el resto de secundarios. Reiner dirige eficazmente, sin alardes (nunca los tuvo), en piloto automático salvo por un par de recursos que benefician la narrativa. Tan correcta como olvidable.

Escrito por Álvaro Valdés Fernández
https://cinemagavia.es/a-la-sombra-de-kennedy-critica-pelicula/
Cinemagavia
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28 de noviembre de 2018
18 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tomada como lo que realmente es, un telefilm, y si además uno se olvida de que el protagonista es LBJ, la cosa puede tener un pase. Sobre todo porque el actor protagonista consigue imprimir carácter al personaje representado. Su interpretación es el único rasgo destacable de la película, bastante confusa y atropellada en cuanto al desarrollo argumental.
Dicho lo cual, mirado fríamente, el guión condensa tal cantidad de tópicos manidos y mentiras sobre el retratado, que me temo que hasta un ser sin escrúpulos de ningún tipo como LBJ se escandalizaría. Por citar solo algunas, Johnson se impuso a Kennedy como candidato a vicepresidente mediante el chantaje. Cuando por fin consiguió serlo, se convirtió en un pesado lastre debido a las innumerables tramas de corrupción en que andaba metido. Tenía además varios crímenes a la espalda, entre otros el de su propia hermana Josefa. Además participó por acción o por omisión en el asesinato de Kennedy, como sabe cualquiera que se haya aproximado al asunto. Y, para terminar, dio el visto bueno a una guerra genocida como la de Vietnam tras el atentado de falsa bandera del Golfo de Tonkín. Una guerra que dejó más de un millón de muertos en el bando vietnamita y unos 50000 americanos. Por no hablar de los innumerables niños nacido con terribles defectos genéticos debido al empleo del agente naranja y otras armas químicas.
Y, sí, es verdad que llevó a término la ley de derechos civiles, pero me temo que sus motivos tuvieron más que ver con captar el voto negro que con ningún tipo de escrúpulos morales.
En resumen, una verdadera perla. Hacer de una figura tan siniestra como esta un tipo sencillo, campechano, y bienintencionado, si bien un poco bruto (en realidad, en cuanto a modales era un verdadero animal) es una indecencia. Pero Hollywood ya nos tiene acostumbrados a las patrañas históricas, en especial cuando se trata de los Estados Unidos, de modo que mejor tomémoslo a risa.
carlos bosch benitez
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26 de julio de 2019
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que casualidad que hoy en estrenos de Movistar emitan una película de hace tres años que trata sobre un presidente que elige de vicepresidente a su principal opositor, una estrategia política que hizo Keneedy en el país mas poderoso del mundo. Goyo Jiménez hizo un gran monologo sobre lo bien que lo hacen todo los americanos respecto a los españoles y viendo como se han comportado los inútiles de nuestros políticos en los últimos días, este biopic sobre Lyndon Baines Johnson y su participación en la política durante los años 60.

Una buena caracterización de Woody Harrelson, una película amena, corta y bien contada. Políticamente correcta y donde el verdadero protagonista es el tema de fondo que trata el film, la aprobación de la Ley de los Derechos Civiles. Algo que fue muy importante, una conquista de las libertades y de la integración racial.

Buenas frases como la de que el poder va donde va el poder, que viene a decir que las estadísticas no sirven para hablar de futuro, cuando un hombre tiene una fuerte determinación, es capaz de escribir su futuro. Un guion ingenioso buenas frases que dan la imagen de que LBJ fue un gran estadista.
pikuet
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26 de julio de 2019
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Del 86 al 92 Reiner firmó cinco títulos seguidos donde dió lo mejor de sí mismo hasta la fecha. Lo mejor que nos ofrece hoy día es la reposición de "La princesa prometida", todo un clásico.  En "LBJ" con oficio y buenos actores (impagable Richard Jenkins) arrastra con dignidad un apunte a veces caricaturesco de este texano que se curtió como líder de minorías y mayorías senatoriales hasta que accedió a la vicepresidencia con un Kennedy que le arrebató la presidencia demócrata. Dicen que sin Johnson en su equipo Kennedy no habría ganado a Nixon en la Casa Blanca, dicen...

Pero aquí el guionista Joy Harstone se limita a contarnos que básicamente tenía envidia de lo guapos que eran los Kennedy y el no y que su modales y su lenguaje eran digamos que "poco elegantes". De sus luces y sus muchas sombras solo dedica Reiner una frase a que mantuvo activa e incrementó la guerra de Vietnam que a la postre fue la que le hizo perder popularidad y evitar que se presentara a la reelección y se centra en el escaso metraje a dejar claro que continuó la política de derechos civiles consiguiendo aprobar la ley propuesta por Kennedy. Woody Harrelson con un maquillaje difícil y poco acertado pone empeño y uno acaba por dudar si Harrelson hace de Johnson o Johnson hace de Harrelson. La sombra del magnicidio y de las esperanzas frustradas con JFK hicieron que LBJ pasara desdibujado en las páginas de la historia. Por ello merecería otra mirada menos laxa que esta de Reiner. No se si la película para televisión  "All the Way" (2016) firmada por Jay Roach en la que Johnson es encarnado por Bryan Cranston lo consigue.

cineziete.wordpress.com
ELZIETE
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