SEIS NOMINACIONES
- Mejor pel�cula
- Mejor actriz secundaria (Scarlett Johanson)
- Mejor gui�n adaptado
- Mejor montaje
- Mejor dise�o de producci�n
- Mejor vestuario
Un pueblo ficticio de Alemania, la II Guerra Mundial est� llegando a su fin y el pa�s est� perdi�ndola. No importa. Es un gran d�a para ser nazi. Es un gran d�a para Jojo Betzler. Tiene 10 a�os y va a acudir a los campamentos de las juventudes hitlerianas donde, si todo marcha como �l quiere, podr� lograr los honores necesarios para convertirse, qui�n sabe, en guardia personal del mism�simo f�hrer.
Digamos simplemente que en el campamento las cosas no salen como Jojo, apodado 'Rabbit' desde entonces, imaginaba. Su sue�o de servir al III Reich en el campo de batalla se desvanece -m�s bien salta por los aires- y Jojo acaba siendo �til a Alemania repartiendo panfletos por su ciudad. Menos mal que cuenta con la inestimable ayuda y los (ejem) sabios consejos de su mejor amigo que no es otro que Hitler. A quien Jojo llama abiertamente Adolf -entre amigos, aunque sean imaginarios, hay confianza para tutearse y ofrecerse tabaco-.
S�, con Jojo Rabbit nos movemos en el terreno de la s�tira. De la comedia negra. Con Hitler y el nazismo como tel�n de fondo. La mofa sobre la Alemania nazi no es nueva en el cine. Un dif�cil equilibrio entre las risas y el horror m�s absoluto que ya exploraron, entre otros, Roberto Benigni en La vida es bella, Quentin Tarantino con Malditos bastardos, y, por supuesto, Charles Chaplin y Ernst Lubitsch enEl gran dictador, y Ser o no ser, respectivamente.
Taika Waititi, director de Jojo Rabbit, se mete de lleno en el tema: interpreta �l mismo al histri�nico Adolf y compone una pel�cula llena de color y luz en el que la oscuridad y la noche apenas tienen cabida �y es que es una de nazis! El filme combina momentos delirantes como el arranque en el campamento de juventudes hitlerianas o la batalla final sin darle la espalda al horror m�s absoluto que en Jojo Rabbit llega, entre otros duros momentos, en forma de zapatos. La m�sica, no pod�a ser de otra manera, tambi�n juega su papel en este drama disfrazado de comedia con un montaje inicial del saludo nazi con el tema de los Beatles 'I wanna hold your hand' y el 'Heroes' de David Bowie como broche final.
Sin embargo, cuando parece que la pel�cula nos lleva en una direcci�n. Todo salta por los aires -literalmente- y nos encontramos con un retrato mucho m�s intimista con Jojo obligado a pasar much�simo tiempo solo en casa. Es entonces, con su padre ausente y su dulce y vitalista madre Rosie (Scarlett Johansson) muy ocupada, cuando Jojo no tarda en descubrir el gran secreto de su progenitora: esconde a una adolescente jud�a (Thomasin McKenzie) en la habitaci�n de su difunta hermana.
Basada en la novela El cielo enjaulado de la neozelandesa Christine Leunens, la pel�cula divierte y emociona. Pero el horror sigue presente como en los dramas sobre el nazismo. Lo que hace diferente a Jojo Rabbit es la mirada. El punto de vista de los j�venes protagonistas que hacen un trabajo maravilloso: con un gran debutante Roman Griffin Davis y Thomasin McKenzie (The king) interpretando a Elsa, la adolescente jud�a.
Dos personajes supuestamente opuestos que acaban descubriendo que tienen en com�n mucho m�s de lo que cre�an. Su primer encuentro es traum�tico para ambos. Especialmente para Jojo que descubre que su propia madre ha metido al enemigo en casa. Jojo se encuentra ante una encrucijada: seguir los consejos de Adolf y delatar a Elsa -lo que llevar�a a la detenci�n de su querida progenitora- o callarse y estudiar al enemigo. De las conversaciones con Elsa surgir� un estudio profundo sobre los jud�os del que Jojo obtiene material para un libro y en el que vemos c�mo se tambalean las creencias del peque�o nazi.
Aqu� juega un papel fundamental Adolf. En sus en apariencia tontas conversaciones con Jojo, se representa el tira y afloja que el ni�o vive entre lo que est� sintiendo y viendo con sus propios ojos y lo que le han dicho que debe pensar, creer y sentir. Que los jud�os no parecen tan malos, que no tienen cuernos, ni comen beb�s, ni duermen colgados boca abajo.
GENIALES SECUNDARIOS
La co�a sobre el fanatismo nazi tiene su m�xima expresi�n con el genial carrusel de secundarios. Scarlett Johanson borda su papel de Rosie, la madre de Jojo, y compite por el Oscar a Mejor Actriz Secundaria. Una pena que la ganadora parece que va a ser su compa�era en Historia de un matrimonio, Laura Dern. Su personaje nunca reprocha a su hijo sus ideas nazis, s�lo le importa protegerlo del peligro. Todo sin renunciar a sus ideales y a arriesgarlo todo por aquello que cree que es lo correcto.
El personaje de Adolf, interpretado por el propio Waititi, es exagerado, pat�tico y un buf�n. Es la herramienta que utiliza el director para dejar claro lo absurdo del nazismo sin pasar de puntillas por el horror: las ideas sin sentido que se hab�a hecho creer a la poblaci�n, la falta de informaci�n, la demoledora maquinaria de propaganda nazi, c�mo funcionaban las juventudes hitlerianas, los muertos ejemplares, la despiadada acci�n de la Gestapo...
Sin embargo, el de Waititi no es el personaje m�s divertido de la pel�cula. Sam Rockwell (Tres anuncios en las afueras) enamora con su interpretaci�n del capit�n Klenzendorf. Un nazi gay desenga�ado del ej�rcito, que ha perdido un ojo y tiene la suerte de dirigir el campamento de las juventudes hitlerianas. Rockwell protagoniza algunas de las escenas m�s divertidas, s�, pero tambi�n de las m�s dram�ticas. Luciendo sus mejores galas, da todo por aquello que ha defendido durante a�os en la batalla final que tiene lugar en el pueblo. Pero, a la hora de la verdad, el tierno capit�n no duda en darle el mayor de los regalos, a costa del mayor de los sacrificios, al joven Jojo.
Ser�a una gran sorpresa que Jojo Rabbit fuese la pel�cula ganadora este domingo. La nominaci�n ya es todo un triunfo y un escaparate formidable para una pel�cula que deja claro que la educaci�n de los ni�os no es una cuesti�n balad�. Que es importante criarlos en la tolerancia y el respeto. Que hay que ense�arles a no odiar ni temer a aquellos que piensan de forma distinta. Vale la pena pensar qu� inculcamos a los ni�os. En estos extra�os tiempos en los que hijos son m�s del Estado que de los padres, Jojo Rabbit deber�a proyectarse obligatoriamente en los colegios sin opci�n a pin parental.
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