El Atlético de Madrid hizo oficial ayer que su capitán Koke Resurrección (32 años) alarga una temporada más su contrato y jugará en el Metropolitano hasta el 30 de junio de 2025. Como mínimo. Simeone, pues, podrá seguir contando con el hombre que da el tono de su equipo, que enlaza la defensa con el ataque y que sabe contagiar a sus compañeros para que disputen cada balón como si fuese el último de su vida. Este es el concepto que caracteriza el talante de Koke desde que debutó en la Liga.
Lo hizo de la mano de Abel Resino y fue en partido de Liga disputado en el Camp Nou. Ese 19 de septiembre de 2009, el Barça de Guardiola ganó por 5-2, gracias a los dos goles de Messi, Ibrahimovic, Keita y Alves. El tridente del Atlético era Simao, Kun Agüero y Forlán, casi nada. Desde entonces, Koke lleva 15 temporadas de rendimiento constante, siempre por encima de los 40 partidos largos, siempre dando el callo, siendo el pulmón del equipo. Cuando no está, la agresividad y la ambición del Atlético baja un peldaño. Como muestra, el último 0-3 ante el Barça. El madrileño se había vaciado ante el Inter de Milán, prórroga incluida, y Simeone le hizo descansar ante la visita culé. Cuando quiso reaccionar y darle entrada, el partido ya era claramente para los de Xavi.
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Como diría Rexach, ¿Koke es goleador? No. 47 tantos en 626 partidos. ¿Rápido? Tampoco. ¿Va bien de cabeza? Normal. ¿Dribla? Poco. Pero… ¿Le querrías en tu equipo? Siempre. En estos tres lustros, han pasado un sinfín de centrocampistas por el Atlético pero, al final, Simeone siempre elige a Koke, por fiabilidad y rendimiento constante.