Crítica de Luis Guillermo Cardona a "Secreto tras la puerta" [Puntuación: 3] - FilmAffinity
Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Luis Guillermo Cardona:
3
Drama. Intriga. Romance. Thriller. Cine negro Celia, una rica heredera, conoce a Mark, un hombre atractivo y misterioso. Se enamoran y pocos días después se casan. A medida que Celia va conociendo la vida de su marido, empieza a sospechar que oculta secretos que ella ni siquiera puede imaginar. (FILMAFFINITY)
4 de diciembre de 2011
25 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando Celia Barrett, vestida de blanco y en una iglesia, está muy cerca de decir el Sí, algunos recuerdos pasan por su mente. Ella es una mujer adinerada y todo hace parecer que es bastante independiente. Cuando ya está casada con el arquitecto Mark Lamphere, comienza a enterarse de cosas que no tuvo ocasión de conocer durante su breve relación, pero Celia sabe hacerse la de la oreja mocha y mientras más grandes y peligrosas son las cosas de las que se entera, más enamorada resulta de su marido.

Así se desenvuelve este thriller seudopsicológico donde nuestro apreciado, Fritz Lang, resulta más perdido que un ternero en una cueva de leones… y éste, por supuesto, sería uno de los detonantes para que la Diana Production cerrara sus acuerdos y la última adquisición femenina del director vienés, Joan Bennett, desapareciera de su lado. Pero, es bien claro, no todos los tiempos son buenos tiempos y jamás se acierta en todo lo que se hace.

“SECRETO TRAS LA PUERTA” falla esencialmente en el guión. El personaje de Celia podría ser el más tonto e inverosímil que hayamos podido ver en la obra de Fritz Lang, y deja tan mal paradas a las mujeres, que los machistas acérrimos deben de haber sonreído en unas cuantas ocasiones… ¡Y conste que la adaptación del cuento la hizo una mujer (Silvia Richards)!, ¡Cómo puede ser que te enteras de subestimación arcaica (“Son felices las mujeres, los niños y los animales, pero los seres humanos no lo somos”), de gordos silencios, de una fuerte rivalidad, de una atractiva mujer que también vive en casa, de una acusación de asesinato... y hasta de un plan macabro contra ti misma, y sigues más y más enamorada, hasta el punto de decir las palabras que derraman la copa: “Prefiero morir a tener que vivir sin ti”. ¡Santa Celia!

El arquitecto, una suerte de témpano de hielo, no hace gran cosa para que se enamoren de él, excepto ser imprevisible y enigmático, y es la clase de personaje por el que no conseguimos sentir absolutamente nada que nos conmueva. Y el final, un happy end abrupto, ¡pero bien abrupto!…De esos que te dejan rascándote la cabeza y con un gesto de ¿Qué fue eso?

En todo esto, plausible la música de Miklos Rozsa, en la cual se da pie a un ejercicio de partitura en reversa sugerido por el mismo Lang (aplicado en la escena en que Celia descubre grandes secretos) y que, según el compositor, daría lugar a la llamada música concreta y electrónica que, para 1946, eran todavía desconocidas.

Y ya ustedes saben, la famosa séptima puerta, motivaría futuros ejercicios de otros realizadores. Pero, nada resulta tan necio como prohibirle a alguien que abra una puerta, porque es bien seguro que procurará abrirla. Y espero que con esto entiendan a nuestra madre Eva, porque esto es algo que Dios no sabía entonces.
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow