Murió el ex intendente municipal Carlos Fernando Arroyo

En julio pasado había sido internado de urgencia por las complicaciones derivadas de un cuadro de infección respiratoria, agravado por la enfermedad pulmonar EPOC. Tras los días en observación, los médicos le habían dado el alta.

Había llegado al gobierno municipal en 2015 desde Juntos por el Cambio, la coalición que ganó la intendencia y también logró triunfos en la provincia de Buenos Aires, con María Eugenia Vidal como gobernadora, y a nivel nacional, que permitió a Mauricio Macri ser presidente de la Nación.

Sondeado entonces por el Frente Renovador e incluso el oficialismo, se dejó tentar por los líderes del PRO pero se cotizó alto: puso como condición que el primer lugar en la lista de concejales lo debía ocupar su hijo Guillermo. Es el puesto que inicia la línea de sucesión ante la ausencia del intendente. Y se lo aceptaron.

Alcanzó esa instancia desde Agrupación Atlántica, una fuerza local de mínima expresión que logró peso en aquella estructura electoral por la alta intención de voto que tenía Arroyo por sobre los demás candidatos. Ese partido, por falta de afiliados, se disolvió hace pocos días.

Arroyo era abogado, ejerció como docente durante décadas y tuvo gran trascendencia como director de la Escuela Secundaria Nª2. Siempre compartió esa vocación con la política, que lo llevaron a transitar desde el Partido Federal hasta estas alianzas que lo llevaron al poder local.

El conocido educador también se desempeñó como jefe de Trànsito durante la gestiòn de gobierno de Mario Roberto Russak y como concejal entre el 2009 y el 2015, cuando asumió como jefe comunal. Su gestión tuvo enormes problemas y contratiempos, en buena medida debido a decisiones propias y sus colaboradores. Eso hizo que poco a poco recibiera menos apoyo de las estructuras provincial y nacional e incluso llegara a tener una suerte de intervención, con funcionarios bonaerenses que monitoreaban sus decisiones.