En el ámbito de los documentales que exploran el oscuro devenir de movimientos aparentemente benévolos, la realizadora Rory Kennedy se adentra en ‘Synanon: Fe letal’, una impactante serie documental que examina la transformación de un innovador programa de rehabilitación de drogadictos en una peligrosa secta. A lo largo de cuatro episodios, Kennedy desentraña los entresijos de esta organización fundada en 1958 por Charles «Chuck» Diedrich, un ex alcohólico cuya intención inicial fue brindar ayuda a quienes luchaban contra la adicción a las drogas.

El primer episodio de la serie establece el contexto histórico, retratando un panorama desolador para los drogodependientes antes de la creación de Synanon. En una época en la que la sociedad había perdido la esperanza de rehabilitar a estas personas, la propuesta de Diedrich surgió como un rayo de luz. Inspirado por el modelo de Alcohólicos Anónimos, el fundador concibió un enfoque novedoso basado en la ayuda mutua entre los propios adictos, en lugar de depender de terapeutas o medicamentos.

A través de testimonios conmovedores de antiguos miembros, Kennedy representa los humildes inicios de Synanon en un modesto local de Santa Mónica, California. Allí, los adictos eran alojados en viejos sofás y acompañados ininterrumpidamente hasta superar su síndrome de abstinencia. Esta metodología, aunque controvertida, logró resultados sorprendentes, salvando innumerables vidas y brindando una nueva oportunidad a quienes la sociedad había abandonado.

Sin embargo, a medida que avanza la serie, se vislumbra cómo las buenas intenciones de Diedrich se torcieron gradualmente. La directora expone con destreza la forma en que el éxito inicial de Synanon alimentó el ego desmedido de su líder, quien poco a poco fue ejerciendo un control cada vez mayor sobre los miembros de la comunidad.

Uno de los aspectos más inquietantes de la docuserie es la exploración del llamado «Juego de Synanon», una terapia de confrontación verbal que inicialmente se concibió como una herramienta terapéutica, pero que con el tiempo se convirtió en un mecanismo de abuso emocional y manipulación. A través de entrevistas impactantes y material de archivo, Kennedy revela cómo este «juego» se transformó en un instrumento de poder en manos de Diedrich, quien lo empleaba para humillar y someter a los miembros de la organización.

La serie también arroja luz sobre las prácticas cada vez más extremistas y controvertidas que se implementaron en Synanon, como la separación forzosa de niños de sus padres, la imposición de abortos y vasectomías, y el fomento de la violencia física como medio de disciplina. Estos hechos, narrados por los propios sobrevivientes, generan una profunda consternación y cuestionan la ética de una organización que se apartó por completo de sus principios fundacionales.

Un aspecto destacable de ‘Synanon: Fe letal’ es la forma en que Kennedy aborda la complejidad de las relaciones humanas dentro de la secta. A pesar de los abusos y atrocidades cometidas, muchos miembros continúan expresando gratitud hacia Synanon por haberles brindado una comunidad y un propósito en sus vidas. Esta paradoja se explora con sensibilidad, permitiendo que los testimonios de los sobrevivientes reflejen la ambivalencia de sus sentimientos y la dificultad de romper con un sistema que, aunque dañino, les había proporcionado cierta estabilidad.

Asimismo, la docuserie no se limita a retratar los hechos, sino que también analiza las implicaciones más amplias del fenómeno Synanon. Kennedy plantea interrogantes sobre la naturaleza humana, la vulnerabilidad ante líderes carismáticos y la capacidad de las personas para justificar acciones reprobables en nombre de un supuesto bien mayor. Estas reflexiones trascienden el caso particular de Synanon y invitan al espectador a cuestionar la fragilidad de las creencias y los peligros del fanatismo.

En cuanto a la factura técnica, ‘Synanon: Fe letal’ destaca por su cuidadosa investigación y el uso efectivo de material de archivo. Las imágenes de la época, los audios de las enseñanzas de Diedrich y los testimonios de primera mano confieren una autenticidad inquebrantable a la narración, permitiendo al espectador sumergirse de lleno en la realidad de este movimiento.

No obstante, la serie no está exenta de algunos aspectos mejorables. En ocasiones, el ritmo narrativo puede resultar lento, especialmente en los episodios iniciales, lo que puede dificultar la captación del interés del público más impaciente. Además, algunas secuencias podrían haberse abordado con mayor profundidad, dejando ciertas interrogantes sin una respuesta satisfactoria.

En general, ‘Synanon: Fe letal’ constituye un valioso aporte al género documental, destacando por su enfoque equilibrado y su capacidad para generar reflexiones profundas. A través de una mirada crítica pero empática, Rory Kennedy logra desentrañar los complejos mecanismos que llevaron a un proyecto inicialmente esperanzador a convertirse en una espiral de control y abuso. Esta serie no solo documenta un capítulo oscuro de la historia, sino que también advierte sobre los peligros de dejarse seducir por falsos mesías y la importancia de mantener una actitud crítica ante cualquier movimiento, por noble que parezca en un principio.

‘Synanon: Fe letal’ es un recordatorio poderoso de la fragilidad de la condición humana y la necesidad de mantenerse alerta ante los abusos de poder, incluso en los contextos más inesperados. Su impacto trasciende las fronteras de un simple documental, convirtiéndose en un testimonio cautivador y una llamada a la reflexión sobre los riesgos de ceder ante la manipulación y el fanatismo.