Críticas de ¡Qué verde era mi valle! (1941) - FilmAffinity
Haz click aquí para copiar la URL

¡Qué verde era mi valle!

Drama En un pueblo minero de Gales viven los Morgan, todos ellos mineros y orgullosos de serlo y también de respetar las tradiciones y la unidad familiar. Sin embargo, la bajada de los salarios provocará un enfrentamiento entre el padre y los hijos; porque mientras éstos están convencidos de que la unión sindical de todos los trabajadores es la única solución para hacer frente a los patronos, el cabeza de familia, en cambio, no quiere ni ... [+]
<< 1 10 15 16 17 21 >>
Críticas 102
Críticas ordenadas por utilidad
12 de diciembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En pocas palabras: una obra maestra.

Una de esas películas perfectas que se dan cada mucho tiempo. John Ford no sólo hacía westerns, sino hermosas películas como ésta.

Llena de poesía, con una nostalgia que casi se puede sentir, sin llegar a la sensiblería. Ford hace un retrato de un pueblo minero galés con sus conflictos laborales. Pueblo minero hermosamente diseñado por Richard Day, construído en los estudios de la Fox.

Contada en flash-back, desde la perspectiva de un hombre, que recuerda su infancia y los años en que se va haciendo adulto, en medio de una familia muy numerosa, con cinco varones y una chica, con un padre estricto pero justo, el relato de unos años y una sociedad que nunca volverán, se disecciona uno a uno los miembros de la comunidad, sus inquietudes y sus circunstancias vitales. No deja de lado la “pugna” entre propietarios (de la mina) y obreros, testimonio de una lucha política compleja.

Me ha dejado impactado por la enorme calidad humana que transmite.

Es tal la calidad del film que ganó nada menos que 5 Oscars: película, director, fotografía -el primero de los 3 de Arthur C. Miller-, dirección artística y actor secundario (Donald Crisp) .
”Qué verde era mi valle” competía nada menos que con “Ciudadano Kane”, de Welles, ”Sospecha” de Hitcochck, “La loba”, de Wyler o “El halcón maltés” de Huston”. Menudo año 1942. Era el tercer Oscar de John Ford a mejor director después de “El delator”(1935) y “Las uvas de la ira” (1940) y más tarde también lo ganaría por “El hombre tranquilo”(1952).

El elenco de actores es extraordinario. Donald Crisp, inolvidable papel de padre de familia duro pero justo, representante de las tradiciones y la disciplina. El contraste lo pone la madre (genial Beth Morgan), inolvidable la escena de comunicación con su hijo a través de golpes en el techo. Maureen O´Hara está también fantástica como la hija. Interesantísimo el personaje del cura, un Walter Pidgeon que no es de mis actores favoritos del cine clásico pero que aquí lo borda. Pero todo ello no sería posible sin la interpretación del niño Roddy McDowall, fantástico. La portentosa dirección de actores, indudablemente algo tendría que ver.

Es la última película de John Ford antes de partir hacia la guerra. Tierna y áspera casi a partes iguales, melancólica y de una belleza casi insuperable. Filmada con una delicadeza y sensibilidad casi irrepetible. Repito, para mí, una auténtica obra maestra en toda regla.

"Los hombres como mi padre no mueren. Siguen dentro de mí, tan reales en mi memoria, como lo fueron en vida, cariñosos y amados para siempre. ¡Qué verde era entonces mi valle!".

Pocas veces he escuchado una frase tan bella.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Gabriel Ufa
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3 de mayo de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una película narrada como solo John Ford puede hacer: con sentimiento, poniendo toda la carne en el asador y de una forma que disfrutas cada plano como una delicia. Parece repetir la fórmula que le llevó al éxito con Las uvas de la ira y le funciona.

La película tiene todos los ingredientes que podemos pedir a un film, por un lado está el conflicto social, en el que los trabajadores intentan hacer huelga a través del sindicato contra los dueños de la mina y contra el criterio del padre que considera a los empresarios hombres de honor. Por otro lado está el conflicto religioso y amoroso en el que se enfrenta un evangelista contra la rama más conservadora de la religión y con el conflicto propio del amor prohibido. Y también tenemos la historia del protagonista, el niño, que pese a tener todos los dotes para poder estudiar y labrarse un futuro elige la mina como ha visto siempre en su familia.

Es conmovedora, delicada, no toma parte en el discurso político ni social, simplemente narra los hechos y el espectador se forma su opinión, lo cual siempre es de agradecer.
Federico Pérez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
23 de septiembre de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vida de una familia de mineros en la región de Gales se convierte en manos de John Ford en un hermoso poema sobre el esfuerzo, sobre la dignidad y sobre la lucha a muerte que alguna gente tiene que librar cada día con la existencia. Con valiosas lecciones sobre la fortaleza de espíritu del ser humano, “¡Qué verde era mi valle!” es una de las mejores películas de su director y una de las cumbres de la historia del cine, capaz de plasmar la complejidad del ser humano con toda la riqueza de sentimientos y situaciones que el cine puede llegar a conseguir: las alegrías y las tristezas, la risa y el llanto, el nacimiento y la muerte, la inmensa ternura de una madre, el ejemplo y la dignidad de un padre, el aprendizaje vital, el despertar a la vida, el amor, la humillación, la falsedad religiosa y la fe auténtica, el trabajo y la familia, el desempleo y la emigración y, sobre todo, la nostalgia del paraíso perdido. Todo cabe en este bellísimo film en menos de dos horas.

Recuerdo aquello que sobre la novela realista escribió Benito Pérez Galdós: “Imagen de la vida es la novela y el arte de componerla consiste en reproducir los caracteres humanos, las pasiones, las debilidades, lo grande y lo pequeño, las almas y las fisonomías, todo lo espiritual y lo físico que nos constituye y nos rodea.” Puede aplicarse perfectamente a este filme lo dicho por el escritor canario. Pero no hay que olvidar que es una película de John Ford y, como muchas de ellas, es una película hecha desde el corazón.

Lo mejor.- Todo. Es una lección de vida, un regalo del sr. Ford para la posteridad, y un regalo así no puede despreciarse.

Lo peor.- Los momentos en que se pone a cantar todo el pueblo, muy propio de este director, resultan hoy día un tanto forzados y cursis. Pero eso apenas desentona en el conjunto de una obra de tan excepcional calidad.

El momento.- Los primeros diez minutos de película, en que sin apenas palabras y sólo con el acompañamiento de la voz en off se nos presenta a la familia y parte del pueblo.

La anécdota.- La actriz Maureen O´Hara, que entonces sólo tenía 21 años y que interpreta aquí a una hija del matrimonio protagonista, debió gustar tanto a John Ford que la incorporó a muchas de sus películas; recordemos, por ejemplo, “El hombre tranquilo”, “Cuna de héroes” o “Escrito bajo el sol”, entre otras. Esta famosa pelirroja formó pareja con John Wayne en muchas películas de este y de otros directores.

Premios.- Cinco oscars: mejor película, director, actor secundario (Donald Crisp, que interpreta al padre de familia), fotografía en blanco y negro y decorados.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Cinemaparadiso1951
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5 de julio de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ver películas como "Qué verde era mi valle" en tiempos del post arte es un privilegio:

Es apreciar la grandeza del cine, cuando ahora lo llaman audiovisual.
Es apreciar la grandeza del arte, cuando ahora lo llaman cultura.

Audiovisual, cultura, términos que no queda claro a lo que se refieren en concreto, que engloban y tratan de ahogar al verdadero cine y al verdadero arte. Cultura audiovisual que reniega de su esencia grandiosa, para convertirse en un mero vehículo político, en el que solo importa la tesis con la que nos sermonea el agente de turno de la post verdad.

Frente a esto, recuperar obras de arte como QUÉ VERDE ERA MI VALLE, supone volver a amar el cine, conocer su verdadera capacidad para acercase a algunos de los temas y misterios más trascendentales de nuestra existencia, a través de una experiencia estética y visual que da forma a una bella historia. Bella en sus durezas y en sus alegrías, porque es una historia de vida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Manny Balestrero
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
21 de enero de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La nostalgia hecha película, todo narrado a través de los ojos de un niño que ya es adulto y recuerda su infancia con eterna melancolía. La obra más intimista y delicada del maestro John Ford, que cuenta la historia de la familia Morgan y del reverendo interpretado por un fántastico Walter Pidgeon. Éste se alza al final como el gran personaje de la película en el momento que da el discurso en la iglesia. Maureen O'Hara es el gran personje femenino del filme interés amoroso del reverendo. Sin dejar de lado a su madre, una mujer de armas tomar como se ve en la nieve plantando cara al valle entero
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Martiño
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 10 15 16 17 21 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow