Spy x Family Código: Blanco (2023)

Nuevas andanzas de la peculiar familia compuesta por el padre espía Loid, la madre asesina a sueldo Yor, y la hija adoptiva con poderes telepáticos Anya, a los que acompaña el perro Bond, capaz de ver el futuro. El telón de fondo es la rivalidad entre los bloques antagónicos de Westalis y Ostania.

En esta ocasión, los superiores de Loid quieren que se ocupe de otra misión, lo que quizá supondría separar a tan peculiar familia. Pero de acuerdo con Yor se plantean el viaje de trabajo de él como la posibilidad de hacer un viaje juntos en familia. Durante el viaje, Anya acaba tomándose un bombón que oculta un importante microfilm, evitar que caiga en malas manos puede ser vital para asegurar la paz mundial.

Estamos ante una adaptación a la gran pantalla a cargo de Kazuhiro Furuhashi del manga de Tatsuya Endo, que se ha hecho aún más popular entre los aficionados al anime gracias a la serie Spy x Family. Gustará al público convencido, mientras que el no-conocedor observará una peculiar y algo cansina parodia del cine de espías, al estilo de Spy Kids, pero con el sentido del humor nipón, lo que incluye chistes “marrones”, y celos de Yor porque cree que su “marido” puede no estar contenta con ella, y hay una espía a la que le encantaría fingir ser la “esposa”; y abundantes y aturullantes escenas de acción con el villano de turno, todo el último tramo en una especie de enorme aeronave volante, abordada por el caza de Loid, al que se sube Yor, y donde se encuentra secuestrada la pobre Anya, que evita haciéndose fuerza expulsar el microfilm.

En las imágenes destaca Anya y cómo se juega con su rostro, que se desfigura hasta el paroxismo cuando está alterada, algo que gustan de explorar determinados animes (y no animes).