Lurdes Iribar, única integrante femenina del grupo 'Locomía': «Me ofrecieron dinero por acompañar a Julio Iglesias en un reservado»
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Lurdes Iribar, única integrante femenina del grupo 'Locomía': «Me ofrecieron dinero por acompañar a Julio Iglesias en un reservado»

Con motivo del reciente estreno del film 'Disco, Ibiza, Locomía', la diseñadora comparte con ABC los detalles sobre su contribución al grupo, su batalla contra el cáncer y su renacer musical

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Lurdes Iribar, única integrante femenina del grupo 'Locomía' lurdes iribar
Laura G. Calleja

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En los años 80, el grupo español 'Locomía' cautivó al mundo entero con su estilo extravagante y sus ritmos pegadizos. Detrás de los abanicos y los atuendos llamativos, se forjaron historias de vida, sueños y desafíos. Una de esas historias es la de Lurdes Iribar (59 años), la diseñadora que trabajó codo con codo con el grupo y que ahora comparte con ABC desde su hogar en Tolosa, Guipúzcoa, su trayectoria marcada por altibajos, superación y resiliencia. Para muchos, Lurdes es la sombra que hay detrás del grupo 'Locomía', y es que, como ella misma reconoce, «detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer», aunque en este caso había cuatro hombres.

Ahora, la diseñadora vuelve, junto a sus compañeros, a estar de actualidad gracias a la película que cuenta su historia, 'Disco, Ibiza, Locomía'. Dirigida por Kike Maíllo, con las interpretaciones de Jaime Lorente como el fundador del grupo Xavier Font, Alberto Ammann como el productor José Luis Gil y Blanca Suárez como Lurdes Iribar.

«Se me ha dado mucho protagonismo», reconoce la diseñadora ilusionada, que fue invitada al rodaje y tuvo la oportunidad de conocer a Blanca Suárez. «Es una chica muy dulce y muy sencilla. Me encanta que hayan elegido a Blanca para interpretarme. Es genial que las nuevas generaciones conozcan nuestra historia. Me parece fenomenal que hayan cogido a estos actores que están tan de moda entre la gente joven. Estoy encantada».

Sobre la película, añade que es una obra de ficción y «hay muchas cosas que no ocurrieron de esa manera. No es la realidad, pero queda muy bien. Lo importante es que conozcan los 80 y cómo funcionábamos. Es un proyecto muy interesante, aunque puede que a las auténticas fans de aquella época no les guste, porque han incluido drogas, sexo...». Reconoce que, aunque alguna vez las consumían, era de manera puntual y principalmente social, como quien toma una copa, pero ninguno estaba enganchado a ninguna sustancia; era algo que «acompañaba al mundo de la noche» en el que se movían.

Lurdes Iribar la quinta componente del grupo 'Locomía' lurdes Iribar

Una proposición indecente

Desde siempre se sintió una joven diferente a los demás, por eso abandonó su pueblo y se aventuró a viajar a Barcelona para estudiar diseño de moda en una época en la que el término era apenas conocido. «Siempre digo que nací con un lápiz en la mano», comenta con nostalgia. Allí conoció a Xavier Font, un encuentro que la llevaría a formar parte de una de las experiencias más vibrantes de su vida: 'Locomía'.

«Mi papel desde el principio era el de diseñadora y fui a Ibiza con ese rol. Pero luego, mi trabajo también era hacer de relaciones públicas y atraer a la gente al club. Íbamos por los bares y mientras ellos bailaban con los abanicos, nosotras llevábamos a la gente al club», explica Lurdes.

Recuerda que una de las noche que ejercía de reclamo para la discoteca le ofrecieron ser acompañante del cantante Julio Iglesias en un reservado de la discoteca KU de Ibiza, aunque ella lo rechazó sin dudarlo. «Me ofrecieron dinero por estar allí con él, pero dije que no. Siempre he sido muy digna».

Lurdes Iribar junto Antonio Albella Lurdes Iribar

Enemiga de las fans

«En aquella época, dinero, lo que es dinero, no vimos mucho. Pero hay que distinguir dos fases. La primera fase es, Locomía en Ibiza, el grupo grande. Éramos creativos, hacíamos en casa los abanicos, Xavier hacía los zapatos, o sea, hacíamos nosotros la ropa, cualquier tela valía. Me he hecho ropa con cortinas, con manteles antiguos, collares con cadenas de baño, o sea, todo era improvisando y pura inspiración. Y luego existe la otra etapa, la del grupo musical. Ese verano llegó José Luis Gil y tuvo la idea. Entre todos los que éramos, eligió a los chicos que formarían el grupo. Nos eligió a Carlos Armas, a Luis Font, a Xavier Font a Manolo Arjona y a mí también. Yo fui como diseñadora, aunque luego cantaba coros y hacía de todo. Ahí es cuando se formó el grupo musical que todo el mundo conoce».

El ascenso meteórico de 'Locomía' llevó a la agrupación a tierras latinoamericanas, donde la euforia de los fans alcanzaba niveles insospechados. «Les perseguían en coches, se les tiraban encima. En el hotel estaban siempre en la puerta. Algunas ahorraban todo el año para quedarse en el hotel. A veces tenían que ir con seguridad, incluso a Carlos —que tenía el cabello largo— intentaban arrancarle pelos. No podían salir. Era todo trabajo, trabajo, trabajo, trabajo. No había tiempo para ligues», relata Lurdes.

La diseñadora Lurdes Iribar junto a Blanca Suárez, durante el rodaje de la película Lurdes Iribar

«A mi las fans me tenían mucho rencor. Me odiaban», cuenta Lurdes, rememorando los días en los que la envidia y los celos teñían su relación con las seguidoras del grupo. «Ellas sabían que yo no era una simple corista, yo vivía con ellos«, aclara. »Para mí ellos eran como mis hermanos», confiesa. Pero detrás de los destellos de la fama, se escondían luchas personales y dilemas internos. «Unos chavales jóvenes que de repente se hacen famosos, es un sueño que no es fácil porque tiene sus dos caras. Está el que lo sabe gestionar bien y para el que es su ruina, sumado a la falta de libertad y de no poder decir abiertamente 'soy gay'», señala.

«Yo nunca gané el dinero que ganaban ellos. Tenía mi sueldo y los gastos pagados. Pero con aquella edad, imagínate, para mi era una maravilla». Sin embargo, después de varios años de vivencias y experiencias inolvidables, Lurdes sintió la necesidad de un cambio. «Lo dejé porque ya veía que ahí no pintaba mucho, necesitaba un cambio«, confiesa con sinceridad. Asegura que nunca reclamó ser más protagonista, aunque sabía cantar y lo hacía muy bien. Empezó en el mismo coro que Ainhoa Arteta. «Ella es de Tolosa, como yo. Cantábamos en la coral de su padre. Ella siempre ha tenido una voz increíble y por eso ha llegado tan lejos», recuerda con admiración.

Lurdes Iribar junto a su compañera de coral en la infancia, Ainhoa Arteta lurdes iribar

Rumbo a las Américas

Cogió sus maletas y dejó el grupo: «El destino me llevó a conocer a una persona que se iba a Estados Unidos y le dije: 'Me voy contigo'», revela, señalando el fin de una etapa y el inicio de un nuevo capítulo en su vida. «Me cansé y me fui a Washington DC a trabajar y aprender inglés. Cuando fui madre, dejé el mundo artístico para dedicarme a mis hijos», reconoce con orgullo.

«He tenido tres hijos y los he criado yo sola. Tengo dos hijos de un americano con el que me casé por los papeles, aunque luego nunca me los hizo, y después tuve otro con otra pareja cuando volví a mi tierra, Tolosa». Allí se buscó la vida trabajando de todo lo que encontraba: profesora de inglés, de pintura, en paquetería, e incluso montó una panadería, de la que terminó deshaciéndose porque se convirtió en una esclavitud. Actualmente, lleva cinco años trabajando en un estanco y es feliz allí, aunque nunca ha dejado de lado su faceta como diseñadora, haciendo camisetas a mano y pañuelos oncológicos infantiles.

Lurdes con dos de sus tres hijos lurdes Iribar

Una vida marcada por el cáncer

Hace nueve años, Lurdes fue diagnosticada con cáncer de mama. «Me quitaron un pecho. Pero me lo pillaron muy a tiempo y no necesité ni quimio ni radio. Mi madre murió de cáncer de piel en el 89, justo cuando Locomía se hizo famoso y yo estaba fuera de casa. Me pilló por sorpresa porque yo no sabía ni que estaba enferma. A mí me diagnosticaron el cáncer de mama cuando tenía su misma edad, 50 años. Ahora me siento orgullosa de poder ayudar a otras mujeres, porque que te quiten un pecho no es el fin del mundo; lo importante es vivir», y eso es justo lo que está haciendo Lurdes, vivir y disfrutar de su nuevo renacer musical con la canción 'Cenicienta', una forma de contar su historia con una letra reivindicativa que habla de todas las mujeres que se sienten en un segundo plano y quieren salir adelante.

Una nueva oportunidad

«Cuando me ofrecieron hacer una canción no me lo esperaba, pero creo que ahora es mi momento. No me pienso jubilar. Quiero ayudar a mis hijos después de todas las penurias económicas que hemos pasado. Para mí, siempre ha sido más importante darles de comer que decorar una casa. Siempre he vivido de alquiler y no tengo ninguna propiedad. Vivo al día. Que yo pueda ahora ayudar a mis hijos es la mayor bendición. No pretendo ser una gran artista, ni ser famosa, ni ser millonaria. Solo quiero vivir feliz y estar tranquila. Quiero aprovechar el tirón y disfrutarlo», finaliza.

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