El cineasta norteamericano Carter Smith, después de realizar hace algunos años “Las ruinas” y “Bugcrush”, continua en su travesía por combinar el género de terror y lo queer en su más reciente proyecto llamado “Swallowed”, una película que resulta ser cautivadora en sus discursos y en sus construcciones de suspenso. 

Ben (Cooper Koch) y Dom (José Colón) son dos amigos que viven noches desaforadas en antros y lugares de diversión. Ben tiene el sueño de ser una estrella de porno gay en Los Ángeles y en esta aventura Dom lo acompaña, quien pese a su heterosexualidad, no teme en mostrar afecto inconmensurable y tener una tremenda conexión emocional con su amigo. En el trayecto de dicha aventura, se enrolan con una vendedora de drogas llamada Alice (Jena Malone), quien no duda en amenazarlos y obligarlos a ingerir el producto, el cual a la postre provoca el crecimiento de insectos en su cuerpo. 

Lo que al principio podría parecer una historia sobre la vida despreocupada y desequilibrada provocada por fiestas y diversión nocturna de dos jóvenes adolescentes idealistas, termina por convertirse en una pesadilla para ellos y en un  pasaje grotesco para los espectadores, y ahí es su punto más fuerte: el olvido de la predictibilidad y su modesta construcción narrativa y técnica. 

No hay una fotografía excéntrica o que rompa cánones, más bien, nunca deja de ser sencilla y convencional. Su narrativa, con giros de trama incluidos en momentos precisos, aunado al manejo de discursos sobre la aceptación en nuestras orientaciones sexuales, sean cuales sean, son el punto enérgico para que el filme resalte en el género al cual quiere pertenecer. 

En una de las escenas que inauguran el primer giro narrativo, vemos a los protagonistas sufrir el ataque homofóbico de un hombre abusivo y salvaje. Ben comienza a padecer ese ataque a través de estrés y dolor incesante en su cuerpo, sin saber que en realidad la droga anteriormente consumida es la que lo está matando. En realidad, toda esta escena, hasta llegar al final donde aparece un personaje clave como lo es el antagonista psicópata (interpretado por Mark Patton), es una metáfora del maltrato y el sentir que la comunidad LGBTQ+ experimenta durante gran parte de su vida debido a las acciones discriminatorias y ofensivas de gran parte de la sociedad. El director juega con esa metáfora perspicazmente, solo dando pistas y dejando que el espectador averigüe ese mensaje oculto (aunque no tan profundo) en las imágenes y los diálogos, aspectos estremecedores si se llega a conectar por completo.

El director Carter Smith, quien también escribe esta película, conduce al espectador por un camino empedrado más de suspenso que de terror. El body horror es simple, pero efectivo, pues no se mete en problemas presupuestales, todo es práctico y conciso, además que no se da a la tarea de explicar o contextualizar el universo de narcóticos, directo y al punto. Su objetivo es otro: hablar sobre un tema en específico y al mismo tiempo combinarlo con el suspenso y el terror

“Swallowed” es un efectivo producto sobre el salvajismo que viven las personas con orientaciones sexuales distintas a la normatividad, representado de forma cautivadora y sencilla por uno de los géneros predilectos del director. 

“Swallowed” formó parte de la programación de Fantasia Fest 2022.