La filósofa Judith Butler, una de las personalidades intelectuales más influyentes del mundo, fue condecorada con la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes (CBA) en Madrid. Conocida por sus aportes fundacionales a la teoría queer y su contribución al feminismo y la acción política, Butler ha recibido este jueves el galardón de la entidad cultural en pleno auge de la polémica sobre la Ley trans. El presidente del CBA, Juan Miguel Hernández, ha definido el reconocimiento a Butler como una forma de "tomar partido a favor de la igualdad de derechos y del derecho a la diferencia".

La filósofa contemporánea de 66 años, nacida en Cleveland (EEUU), dio una conferencia posterior a la entrega de la medalla bajo el título Juicio, libertad, solidaridad: Pensar con Arendt. Una larga cola se ha presentado a las puertas del Círculo de Bellas Artes en las que personas jóvenes y adultas han aguardado para escuchar a la filósofa. Al evento, que ha sobrepasado el aforo previsto, ha asistido también la ministra de Igualdad, Irene Montero.

La desobediencia civil, los vínculos humanos y el juicio moral han sido los temas principales que Butler trató en su conferencia. También recogió ideas de su último ensayo publicado en español, La fuerza de la no violencia (2020), donde propone una posición ética para abordar la lucha por la igualdad. La filósofa ha reivindicado la interdependencia entre las personas y con el planeta, "sin en cual no hay ejercicio común posible".

La filósofa advirtió que las amenazas de los regímenes legales corruptos solo se pueden enfrentar con la acción colectiva, con el derecho de protesta. "El odio mismo se ha elevado a una posición política", denunció, reivindicando que nuestra tarea para enfrentarlo es "luchar por formas de vida que sean vivibles para todes". Recordando escritos de Hannah Arendt como Eichmann en Jerusalén, Butler defendió la necesidad de "repensar lo común" y entender la humanidad como algo plural, alejada de la individualidad y la nación.

La Universidad Complutense, donde la filósofa dio otra conferencia este miércoles, amaneció con pintadas en su contra, acusándola de persona non grata y de anti-feminista. Estas pintadas en protesta a la visita de Butler a Madrid, ocho meses después de su visita a Barcelona, no son las primeras reacciones que la filósofa enfrenta por sus aportes a la teoría queer. En 2017, la pensadora fue víctima de una caza de brujas en Sao Paulo. Una movilización en contra de los derechos LGTBIQ+ organizada a través de la Plataforma online CitizenGo quemó su imagen a las puertas del recinto de la localidad brasileña en el que se hallaba.

'El género en disputa'

El libro cumbre de la premiada, El género en disputa: El feminismo y la subversión de la identidad (1990), analiza la relación entre el sexo y el género y define el último como una performance de una identidad engendrada. Ella, como Simone de Beauvoir, parte de la pregunta de qué es una mujer para entender qué la hace mujer. La famosa frase de la gran teórica feminista de la segunda ola, "no se nace mujer, se llega a serlo", es un punto de partida que Butler usa para observar cómo ha cambiado el significado de la categoría de mujer. Esta categoría demuestra para la filósofa que no hay una definición inmutable de ser mujer ni de ser un hombre, ni mucho menos una relación con la naturaleza o la biología.

La idea de Butler del género como una actuación que dialoga con las expectativas que se imponen desde el nacimiento infiere que este es una construcción social. La pensadora, sin embargo, desmiente los argumentos de aquellos que interpretan de su trabajo que el género es una elección. "La performatividad tiene que ver con la repetición, muy a menudo con la repetición de normas de género opresivas y dolorosas", afirma en su teoría. La filósofa, que hace dos años se registró en California como persona no binaria y usa los pronombres ella y elle (she y they en inglés), cuestiona también el binarismo de la dualidad hombre-mujer.

La filósofa, en su defensa de los derechos a las personas trans y de la lucha por la igualdad e inclusividad de las minorías, ha definido este jueves como una reclamación de libertad las protestas de "las personas trans y queer que salen a las calles para exigir el derecho a aparecer sin discriminación y violencia". "El futuro de la democracia depende de la materialización de los derechos de las personas que no los tienen", reivindicó.