La caída de la casa Usher (2023), de Mike Flanagan

El magnate Roderick Usher recibe en su mansión a Auguste Dupin, detective que lleva décadas tratando de meterle entre rejas, por los fármacos a base de opiaceos fraudulentos, comercializados por Fortunato, la compañía que convirtió en una gran multinacional junto a Madeline, su hermana. Los seis hijos de Usher acaban de morir en extrañas circunstancias, así que quiere aclararle a su enemigo lo que ocurrió, aunque para ello tiene que explicarle toda su vida desde su infancia.

El especialista en terror Mike Flanagan triunfó en Netflix con la miniserie La maldición de Hill House, seguida de La maldición de Bly Manor, Misa de medianoche y El club de la medianoche. Ahora concluye su idilio con la plataforma de streaming, pues ha firmado con la competencia, despidiéndose a lo grande con su obra más estimable desde la primera de las citadas. Como habrán deducido los apasionados de la Literatura en la sinopsis, versiona libremente La caída de la casa Usher, de Edgar Allan Poe, pero añadiendo referencias y personajes de sus otras obras, como Auguste Dupin, célebre investigador de “Los asesinatos de la calle Morgue”, o el poema “Annabel Lee”, que recita varias veces el personaje central. Se coge prestado para el título de cada uno de los ocho capítulos otros tantos de textos del autor estadounidense.

Fiel a su peculiar estilo, el realizador y guionista entremezcla diversas tramas temporales, dedica su tiempo a describir a los numerosos personajes, compone angustiosas ambientaciones fantaterroríficas, y además se toma su tiempo, con diálogos largos y reflexivos, que buscan hacer reflexionar al espectador sobre diversos temas. Esta vez, Flanagan fusiona también en la trama elementos de la historia real de la familia Sackler, responsable del analgésico OxyContin, que causó la conocida crisis de los opiáceos. De esta forma se denuncian algunas prácticas extremas de empresarios sin escrúpulos, dispuestos a cualquier cosa con tal de ganar dinero.

El habitual secundario Bruce Greenwood aprovecha a las mil maravillas el papel protagonista, el maquiavélico Roderick Usher. Como cabía suponer, repite la compañía de Flanagan, con nombres como Carla Gugino, Kate Siegel, T'Nia Miller o Samantha Sloyan, y Henry Thomas, el inolvidable Elliott, de E.T., el extraterrestre, que podría considerarse su actor fetiche. Esta vez ha reclutado también a Mark Hamill, el popular Luke Skywalker, de Star Wars, que saca partido a Arthur Pinn, personaje que no tiene mucho que ver con el de la única novela de Poe, sino que se trata de un sicario de Usher.