Atlantic Crossing (2020), de Alexander Eik

Miniserie de corte histórico que muestra los avatares a que se ve sometida la familia real de Noruega con motivo de la Segunda Guerra Mundial. De algún modo amplía lo que pudimos ver en la estupenda película La decisión del rey, nominada al Oscar a la mejor película extranjera. Se trata de hechos poco conocidos por el gran público, porque al fin y al cabo no están en el primer plano del conflicto.

En 1940, estallada la guerra, Noruega quiere ceñirse a la neutralidad, pero la Alemania de Adolf Hitler no está por la labor. De modo que un primer paso lleva a la evacuación del gobierno, el parlamento y la familia real a una zona más segura. Pero luego llegan las decisiones que afectan al rey Haakon VII y a su heredero el príncipe Olav. ¿Deberían exiliarse a Londres? ¿Será la decisión entendida por el pueblo? ¿Y qué pasa con la princesa Martha, la esposa de Olav, y sus hijos, acogido por el rey Gustaf V, y que se muestra partidario de ser conciliador con Hitler? ¿Deberían volver a Noruega, o iniciar un viaje por el Atlántico para ser acogidos como refugiados en los neutrales Estados Unidos?

Alexander Eik y Janik Heen dirigen de modo impecable, combinando la divulgación histórica con los dilemas de los personajes, que deben sacrificar sus intereses personales por el bien de su país. En ese sentido conmueven las separaciones familiares forzosas, o la asunción de un papel menos vistoso que el uno querría en la defensa del propio país.

El esfuerzo de producción es importante, y las escenas bélicas, de ataques aéreos o transportes por mar, resultan creíbles. Junto a un reparto compuesto mayoritariamente por actores nórdicos, se puede distinguir a Kyle MacLachlan dando vida al presidente Roosevelt.