La serie creada por David Farr, basándose en la película de Joe Wright de 2011, se despide de Prime Video con una notable tercera temporada en la que la tensión, la acción y el amor se entremezclan en el mundo de Hanna
¡Esto es todo amigos! (que diría Porky en los Looney Tunes) ¡Se acabó! La chica de los pelos locos, apodo cariñoso que le pusimos en la primera entrega al personaje protagonista de ‘Hanna’, se ha despedido de Amazon Prime Video con su tercera temporada y como siempre pasando injustamente -al menos esa es mi percepción- con más pena que gloria por la plataforma de Jeff Bezos.
Y es que la chica salvaje (Esmé Creed-Miles) criada en el bosque por su padre (Joel Kinnaman; ‘Para toda la humanidad’, ‘The Killing, ‘Altered Carbon’) tras huir este de una inquietante corporación -de la que hemos ido descubriendo su cometido- cuando ella era solo un bebé, no ha dado mucho que hablar durante su periplo seriéfilo a pesar de que la serie es bastante mejor y más entretenida que muchas otras que ocupan horas en los titulares.
¿Y qué hemos vivido en esta nueva y última entrega? Pues el enfrentamiento final de Hanna, junto con su anterior enemiga ahora aliada Marissa (Mireille Enos), con los malvados de Utrax y sus jovencitas con poderes especiales tras años de entrenamiento. Vamos allá con el análisis y reseña completo de esta tercera temporada de ‘Hanna’ de Amazon Prime Video.
Misión: terminar con Utrax
Tras el final de la segunda temporada, con esa misión entre Barcelona y Londres que acabó con triunfo a medias de Utrax, volvemos a La Pradera (que sigue sin estar en Madrid y siguen sin servir gallinejas ni bailar chotis) con un John Carmichael (Dermot Mulroney) que se ve acorralado por Marissa y la propia Hanna. A partir de ahora tendrá que pasarles información.
A las instalaciones llega una nueva villana, Brianna Stapleton (Chloe Pirrie), a controlar el asunto, pues no se fían demasiado de Carmichael ni de nuestra chica salvaje. Y es entonces cuando descubrimos que hay un jefazo máximo: El Director (Ray Liotta) que será el objetivo principal de nuestras dos protagonistas en su misión de eliminación de la corporación.
Descubriremos al fin todos los detalles por los que existe Utrax cuando todas las chicas abandonan La Pradera para comenzar sus misiones. Unos encargos que buscan eliminar a jóvenes subversivos (lo que en muchos lugares algunos llamarían perroflautas peligrosos) que podrían poner en jaque el futuro de la sociedad capitalista estadounidense (típico “God Bless Usa”).
Hanna y Marissa, enfrentadas a los sentimientos
Marissa y Hanna tendrán que ir desmantelando las misiones de todas las chicas, entre ellas la suya propia: Abbas Naziry (Adam Bessa), un joven parisino activista social y político que triunfa con sus charlas y discursos en las redes. Lo que no sabe Hanna es que esa misión le va a costar dos cosas: enamorarse y que Utrax descubran todo el percal (como dice el refrán; “Donde metas la olla no metas la….”).
Nuestra chica salvaje, esa misma que vimos salir de la profundidad del bosque para irse a vivir la vida liándolo todo, tiene la cabeza hecha un lío y al final no es más que una adolescente más que se puede enamorar fácilmente de un chaval que además es el típico terror de las nenas: guapete y comprometido.
Con la ayuda de varias personas, entre ellas uno de los programadores y agentes de la CIA en Vienna que crearon la inteligencia artificial que controla a las masas para crear esa lista de perroflautas peligros subversivos, tendrán que lidiar con todo Utrax -aquí vuelve a entrar la pesada de Sandy (Áine Rose Daly), la gran enemiga de Hanna- para terminar con ellos mientras lucha por mantener a salvo a su amorcito.
Obviamente, el objetivo principal será el famoso Director. Pero no será tan sencillo, no solo ya por las medidas de seguridad (que esas Hanna es capaz de saltarselas con una facilidad pasmosa), sino porque el pasado de Marissa entrará en juego y la veremos dudar teniendo que enfrentarse a sus miedos y sentimientos.
¿Conseguirán su misión? ¿A qué precio? Seis capítulos te separan de la respuesta.
‘Hanna’, una serie infravalorada
Que haya series que no llaman demasiado la atención al público en general es normal. Estamos en un mundo seriéfilo sobreexplotado a más no poder. Si le añades la falta de promoción entonces terminas de entender todo. Y es que es innegable que Amazon Prime Video no ha hecho un gran trabajo en ese aspecto con ‘Hanna’.
Pero entonces, ¿Merece la pena ver ‘Hanna’? Personalmente, creo que la respuesta es que sí. Porque sin ser una maravilla, habiendo tenido sus luces y sombras en estas tres temporadas, tanto la historia como la interpretación de sus protagonistas ha creado una serie entretenida y con muy buenos momentos de acción y tensión.
Quizá pueda resultar un poco típica, aunque ya el hecho de que las protagonistas sean en su mayoría de sexo femenino en un mundo de la acción bastante centrado en personajes masculinos es un punto a favor.
Esta tercera temporada de ‘Hanna’ va al grano y se deja de tonterías y los ingredientes de este tipo de series (las patadas, los disparos, las persecuciones, etc) se encuentran y son disfrutones. Incluso la trama del enamoramiento, que podría tirar para atrás, compacta perfectamente con la acción y la tensión del enfrentamiento. Lo mismo podemos decir con el problema emocional de Marissa.
En resumen, una temporada de cierre y despedida que entretiene y mucho. Con un capítulo final bastante bueno, sin querer dejarlo todo en la absoluta felicidad. Una serie infravalorada que vuelvo a decir, es mejor que otras más famosas y valoradas.
Valoración 'Hanna' Temporada 3: 7/10
