Que es la dicción

La RAE define ‘dicción’ como la «manera de hablar o escribir, considerada como buena o mala, únicamente por el empleo acertado o desacertado de las palabras y construcciones». Sin embargo, la dicción no ocupa los primeros puestos cuando alguien quiere perfeccionar su profesión. ¿Por qué dejamos una de nuestras herramientas fundamentales para comunicarnos en cualquier trabajo? A través de este artículo vamos a descifrar por qué tu dicción y voz necesitan entrenarse para mejorar tus destrezas comunicativas, siempre que quieras expresarte con éxito.

¿Sabías que la palabra ‘dicción’ proviene del latín dictio, -nem, y significa ‘manera de hablar’? Es que la dicción es uno de los recursos vocales más importantes para la comunicación efectiva. Porque lo que permite que el mensaje se entienda de manera clara y precisa, es la correcta pronunciación y articulación de las palabras.

Entonces… ¿por qué la dicción no es algo fundamental para aprender a comunicarte con mayor claridad y precisión?

La importancia de la oratoria

Demóstenes (384 – 322 a. C) fue uno de los oradores griegos más relevantes de la historia y un importante político ateniense. De hecho, en cierta ocasión le preguntaron cuál era el factor más importante de la oratoria. Y contestó de manera categórica: «La pronunciación».

Le volvieron a preguntar «¿y el segundo?«, y respondió: «La pronunciación». Y le insistieron: «¿y el tercero?» y volvió a contestar: «La pronunciación, siempre la pronunciación».

Su reiterada respuesta explica la importancia que tiene la retórica moderna. Porque la retórica, como conjunto de reglas o principios sobre el arte de hablar o escribir de forma elegante, tiene como fin deleitar, conmover o persuadir.

Ahora bien, piensa acerca de esto. ¿Quién no busca deleitar, conmover o persuadir en su puesto de trabajo? Porque lo que presentas y enseñas a otros puede funcionar a la perfección en tu mente. Distinto es cuando lo transmites y los demás no logran entender lo que dices o les parece poco interesante.

Lo cierto es que la oratoria es una actividad audiovisual, ya que incluye un conjunto de operaciones corporales que expresan diferentes significados. En la práctica, la oratoria es un lenguaje sensorial porque quien comunica utiliza -los 5 sentidos- y los estimula para sus oyentes.

Además, la retórica clásica tiene muy en cuenta la importancia y los valores de los mensajes emitidos y recibidos por los sentidos, que aprovecha los ojos, oídos, gusto, tacto y el olfato para transmitir todo a los oyentes.

Por lo tanto, no es extraño que algunas de las teorías actuales consideren al orador como poeta, músico, pintor y escultor: un verdadero artista que conoce cómo utilizar los 5 sentidos a su favor en todo lo que comunica.

¿Cómo aprovechar tu dicción y voz a diario para una comunicación más clara y efectiva?

¿Te has dado cuenta que las charlas TED son conocidas en todo el mundo? ¿Es solo por el tema que presentan? ¿Cualquiera puede llegar a un escenario internacional para comunicar?

La verdad es que si ves el canal de charlas TED en YouTube vas a darte cuenta de la cantidad de visualizaciones y personas que consumen esta información privilegiada. Algunos vídeos llegan a tener millones de visitas y este formato, que empezó en 1984, es hoy uno de los más conocidos en internet.

Imagina tener esta capacidad comunicativa para transmitir lo que dices de la manera más clara y efectiva posible.

De hecho, un estudio de la Universidad de Cádiz, España, toma 3 conclusiones con respecto al discurso comunicativo de una persona, como por ejemplo en los candidatos políticos.

La 1° conclusión indica que la gran mayoría de ciudadanos (de diferentes grupos de edades y niveles culturales) otorga un papel fundamental a la voz y la influencia. Esto significa que en la calidad de la voz encuentran aceptación o rechazo, según los contenidos de sus discursos.

La 2° conclusión es que los oyentes “escuchan” los discursos con los ojos. Por eso le dan gran importancia a la imagen, la expresión del rostro, sus movimientos y sus gestos.

La 3° conclusión dice que la voz de una persona influyente o referente, no es diferente de los discursos de los profesores, jueces, médicos o periodistas porque transmiten la información con un valor que los destaca en su tema.

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