Nápoles y Bolonia disputaron en el Diego Armando Maradona uno de esos encuentros que evidencia la temporada de uno y de otro. El Napoli estuvo voluntarioso y no paró de intentarlo, pero el Bolonia de Thiago Motta juega de memoria y con poco te hace mucho daño. Le bastaron dos goles al inicio del partido para llevarse tres puntos con los que complica las posibilidades europeas del Napoli y deja casi cerrado su acceso a Champions para la próxima temporada.
En la primera parte el Bolonia saltó al terreno de juego con la confianza propia de un equipo que en los dos últimos meses únicamente cayó (0-1) ante el campeón Inter. Encerró al Napoli en su campo y pronto cogió ventaja gracias a las dianas de Ndoye (9') y Posch (12'). El suizo remató a bocajarro con la cabeza un centro desviado por la defensa napolitana y que únicamente tuvo que empujar. Sin tiempo para que los de Calzona reaccionaran, en un saque de esquina Posch aprovechó la prolongación de Calafiori para aumentar las dudas que han acompañado al Napoli durante toda la temporada.
Politano tuvo la opción perfecta con un penalti para recortar distancias y meter al campeón de la pasada edición de Serie A en la pomada, pero Ravaglia le paró la pena máxima y la pesadilla fue en aumento.
Querer, no poder y frustración máxima
En los minutos finales de la primera mitad y tras la reanudación los locales se hicieron con la pelota y buscaron la manera de hacer daño al equipo de Motta sin éxito. A balón parado, con centros, con tiros lejanos y de todas las maneras posibles. Siempre había algo que impedía que consiguieran el gol que merecían por insistencia y perseverancia. No ayudó nada que Kvarastshkelia firmara uno de sus peores partidos en la Serie A y que la ansiedad se apoderara demasiado pronto de Osimhen.
Y cuando hacían todo bien y parecía que el gol iba a llegar ahí estaba la figura de Ravaglia, quien se convirtió en un muro demasiado alto. De hecho la mejor oportunidad fue en un centro que remató de espaldas un defensa contra su propia portería y se fue rozando la madera.
A la desesperada entraron al campo Ngonge, 'Cholito' Simeone y Raspadori, con la misma fortuna que todos sus compañeros del frente ofensivo.