Tiberio, de la dinastía Claudia, segundo emperador de Roma- YuBrain

Tiberio, emperador romano del siglo I

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Para entender a Tiberio César, debemos retroceder en la historia. Para empezar, Tiberio continuó la línea de la familia romana patricia de los Caludios, a menudo despiadados, innovadores y arrogantes con los rivales de su propia clase. Fueron nobles romanos que se atuvieron a la tradición familiar e imitaron casi escrupulosamente las actitudes de sus antepasados. Tiberio, sin embargo, estaba lejos de ser un Claudio típico. No le faltaba orgullo, aunque era un conservador, a diferencia de Julio César y Augusto. Además, era mucho más un mlitar que un político.

Nacido en el mes en que la República se hundió en Filipos, la batalla en la que las huestes de Marco Antonio y Octavio derrotaron a los asesinos de Julio César, Tiberio era una reliquia de la causa vencida. Se consideraba a sí mismo como tal, un verdadero republicano. Su padre luchó contra Octavio en la guerra de Perusa, y aunque regresó a Roma amnistiado, tuvo que entregar a su esposa Livia al triunviro. Cuando el gobierno normal sustituyó al triunvirato al final de las guerras civiles, el triunviro Octavio se había convertido en Princeps. El joven Tiberio, que debía su rápido ascenso a su suegro, no estaba del todo agradecido ni reconciliado en su corazón con el nuevo orden, pues la rectitud consciente le condujo al alejamiento.

Tiberio hizo gala de una ferocidad deliberada, no reacia a ofender y encaminada a ser odiada. Como declararía más tarde, oderint dum probent, frase que ha sido traducida como “que me odien, con tal de que me respeten”. Tiberio, que odiaba las farsas de todo tipo (y el Principado era una de ellas), se sentía incómodo entre las perfidias de la alta sociedad; y sin duda le repugnaban los aristócratas suaves y dóciles de su generación.

Vida temprana

Tiberio Julio César Augusto (Tiberius Iulius Caesar Augustus, en latín), nació el 16 de noviembre del 42 a.C. y fue hijo de Tiberio Claudio Nerón y Livia Drusila. La fecha exacta de su nacimiento la aporta el historiador Suetonio. Debido a los estrechos vínculos de sus padres con casas romanas ricas y establecidas, Tiberio estaba destinado a la vida política desde su nacimiento. Sin embargo, cuando tenía sólo dos años, en el 39 a.C., la antigua república de Roma, formada por un Senado y magistrados, fue derrocada por el ambicioso Octavio (Augusto) que estableció un régimen autocrático.

Su madre, Livia, se divorció de su padre Tiberio Claudio para casarse con Augusto. Fue así como Tiberio se convirtió en el yerno del futuro gobernante de Roma, y posteriormente en el hombre más poderoso del mundo.

Inicio de su vida política

Después de este episodio, la infancia de Tiberio fue relativamente tranquila hasta la muerte de su padre en el año 32 a.C. Fue entonces cuando hizo su primera aparición pública en el funeral, en el que leyó su panegírico para que todos lo escucharan. Fue después de esto cuando Tiberio comenzó a ser realmente objeto de atención. En el año 31 a.C., tras la batalla de Actium, Augusto se convirtió en el líder del Imperio Romano.

Tiberio pasó a ser entonces el hijo adoptivo del jefe del Estado. Por ello, en el año 29 a.C., participó en el triunfo de Augusto en la campaña de Actium y se sentó junto a él en su carro triunfal. Dos años más tarde, Tiberio adquirió la consideración de adulto y Augusto lo condujo al foro vistiendo las ropas correspondientes, la toga virilis. Tres años más tarde, a la edad de 17 años, se convirtió en cuestor y se le dio la oportunidad de ostentar un cargo y ser senador cinco años antes de lo que exigía la ley.

Una vez en el juego político, fue enviado por Augusto a luchar en la campaña contra los partos, en el este, en el 20 a.C. Eran los mismos tremendos guerreros partos que habían capturado en el pasado muchas águilas de las legiones romanas tras derrotarlas sin paliativos. Tiberio participó destacadamante en la campaña, realmente en la organización de la retirada de las legiones, y tras su regreso a Roma desde Oriente se le concedió el rango de pretoriano, y en el año 13 a.C. fue nombrado cónsul, el más alto cargo político tras el emperador. Fue también en esta época cuando se casó con Vipsania Agripina, hija de la mano derecha de Augusto, Marco Vipsanio Agripa.

Vida marital y comienzo de su vida como general

Con Vipsania, Tiberio tuvo un hijo llamado Druso. En el año 12 a.C. murió Agripa. Augusto obligó a un reticente Tiberio a casarse con su viuda Julia, y a divorciarse de su esposa Vipsania. Este matrimonio no fue feliz, ya que Tiberio amaba a Vipsania, a quien no pdía ni siquiera visitar. Sin embargo, la vida de Tiberio siguió avanzando, al igual que sus funciones y su lugar en el Estado.

Se convirtió en un importante general del Estado y fue elegido de nuevo cónsul en el 7 a.C.. Además, se le concedió el poder de tribuno en el 6 a.C. En principio, era el nuevo heredero del trono de Augusto tras la muerte de Agripa. Sin embargo, sin previo aviso, en el año 6 a.C. anunció su completa retirada de la vida pública y decidió exiliarse a Rodas.

Esto supuso una gran conmoción para Augusto, que repudió a Tiberio. Dejó de verle como heredero y centró la atención en otros. Tiberio terminó dándose cuenta de la locura que suponía el viaje a Rodas y pidió volver a Roma. Augusto rechazó siempre este paso. Cuando los poderes de Tiberio se agotaron en el año 1, no fueron renovados. Sin embargo, en el año 2, un barco llegó a Rodas con noticias para Tiberio. El siguiente sucesor, Lucio César, nieto de Augusto, había muerto de una enfermedad. Así, Tiberio volvió a Roma como una opción de reserva en la lista de herederos. Sin embargo, a la muerte de Augusto, y probablemente gracias a las manioobras de su madre Livia, fue nombrado emperador por designación de su padre adoptivo.

Tiberio como emperador

El inicio del reinado de Tiberio, en el año 14 d.C. fue bastante complicado dada su inexperiencia y la necesidad de diferenciarse de Augusto. Uno de los principales objetivos de Tiberio fue fomentar un senado que pudiera influir en el gobierno de Roma y convertirse en un socio fuerte y útil para el emperador. Así, cambió radicalmente la ley de traición, cuyos casos, que solían ser atendidos por los pretores, pasaron a ser resueltos por el senado. A pesar de que Tiberio se sentaba en silencio durante los juicios, el senado procuraba actuar de una manera que Tiberio considerara apropiada.

Tiberio no era una mala persona, pero tampoco logró ser un gran líder, porque rara vez se daba cuenta ni analizaba todas las posibles consecuencias de sus acciones. Así, empezó a frustrar a los miembros del Senado, pues intervenía aleatoriamente en los asuntos, y con criterio escaso y cambiante. Incluso, los miembros del Senado trataban de adivinar cómo actuaría Tiberio en los casos, y por supuesto se equivovaban.

Tiberio intentó actuar en todo momento a favor del pueblo de forma más justa y rápida posible. No sólo tuvo un impacto político positivo en el pueblo, sino que también se centró en su bienestar en cuanto al suministro de grano, la construcción de carreteras y la mejora de edificios, lo que le hizo extremadamente popular, sobre todo en las provincias.

Sin embargo, la época de Tiberio como emperador fue relativamente inactiva desde el punto de vista militar, ya que la mayoría de las batallas libradas fueron defensivas. Tiberio se centró en la estabilización y en lugar de grandes cambios, intentó crear un entorno tranquilo y ecuánime, y ganarse el apoyo del pueblo. Desgraciadamente, sus acciones a veces improvisadas le impidieron liderar un senado sin prejuicios, que lo consideraba centrado en demostrar su valía y diferenciarse de Augusto.

Fin del imperio de Tiberio

El principio del fin de Tiberio fue el complot del usurpador Sejano para hacerse con el trono. Tiberio fue un emperador desconfiado y reservado, que depositó su absoluta confianza en un solo hombre, Aelio Sejano. Sejano era un prefecto pretoriano de baja cuna que se había ganado el favor del emperador gracias a la formación militar de Tiberio. Sejano utilizó su posición para avanzar en el mundo conspirando contra el hijo de Tiberio, Druso. Druso y Sejano estaban enemistados desde su estancia en Panonia para reprimir una rebelión. El primer intento de Sejano por ascender al trono fue desposar a su hija con el hijo de Claudio, sobrino de Tiberio. Este plan fracasó cuando el hijo de Claudio murió accidentalmente.

Tras varios fracasos de Sejano, este decidió poner a Tiberio en contra del Senado, jugando con su desconfianza hacia los demás. En el año 26, su constante insistencia hizo que Tiberio abandonara la ciudad de Roma y pasara sus días en Campania, y luego en la isla de Capri, donde permaneció hasta su muerte. Se cree que Sejano intentó ganarse el favor de los Julios y derrocar a Tiberio.

Cuando Tiberio descubrió el complot de Sejano, tuvo que encontrar una manera de detenerlo sin alertar al propio Sejano de su plan. Envió muchas cartas contradictorias para confundir a enemigos y aliados, la última de las cuales convocó a Sejano a una reunión del senado donde se leyó una descripción del complot y se dictaba su inmediata detención. Sejano fue juzgado y condenado, y su cuerpo fue arrojado por las escaleras de Gemoian donde fue despedazado por la multitud, que era el destino que aguardaba a los traidores. Tiempo después, Tiberio sentó un precedente de tiranía al juzgar a todos los asociados de Sejano por traición y hacerlos matar a todos.

Muerte de Tiberio

Tiberio murió en Misenum el 16 de marzo del 37, a la edad de 77 años. Tácito escribe que cuando el pueblo de Roma se enteró de la noticia de su muerte, la multitud se alegró, para luego entrar en pánico cuando se enteraron de que se había recuperado, y volver a alegrarse cuando se enteraron de que Macro lo había ahogado. Probablemente se trate de un falsorumor, pero puede tomarse como una indicación de los sentimientos de la clase senatorial, más que del pueblo, hacia el emperador en el momento de su muerte.

En su testamento, Tiberio había dejado sus bienes conjuntamente a Calígula y a Tiberio Gemelo. Sin embargo, Tiberio murió sin nombrar expresamente a un nuevo heredero, por lo que correspondió al Senado, que había elegido a Calígula, decidir la sucesión.

Fuentes

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Carolina Posada Osorio (BEd)
(Licenciada en Educación. Licenciada en Comunicación e Informática educativa) -COLABORADORA. Redactora y divulgadora.

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