Críticas de Divorcio a la italiana (1961) - FilmAffinity
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Divorcio a la italiana

Comedia Un barón siciliano (Mastroianni), casado desde hace doce años, se enamora locamente de su sobrina Angela (Stefania Sandrelli), una muchacha de dieciséis. Cuando comprueba que su amor es correspondido, empieza a pensar en el método más seguro para deshacerse de su mujer (Daniela Rocca): hace todo lo posible para inducirla a la infidelidad con el fin de matarla. Las leyes italianas de la época castigaban los llamados "delitos de honor" ... [+]
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Críticas 27
Críticas ordenadas por utilidad
28 de febrero de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dicho fácilmente, una de las mejores comedias negras del mundo del cine, y en general una de la mejores comedia, Fefe casado desde hace años con Rosalía, encuentra en su relación una apatía llena de rutina y tristeza, su vida conyugal se resume a cubrir las necesidades amorosas de su mujer las cuales parecen nunca terminar, cansado de esa vida, “el baron” italiano se fija en su prima, una joven sexy e inocente que vive al frente de su casa, día y noche, Fefe sueña con su musa, con un encuentro cercano en donde pueda brindarle todo el amor que siente entre espalda y pecho, pero la ley italiana en cuanto al adulterio es exigente, y su familia no permitirá que manche el nombre de todos solicitando el divorcio, la solución parece entonces ser una, deshacerse de su mujer a como dé lugar. El trasfondo del maravilloso guion de Divorcio a la Italiana, tiene una doble moral extremadamente deliciosa y cínica, metiendo la llaga en una sociedad llena de gente con doble careta que no hace lo que predica pero que juzga fuertemente, el filme fue el precursor de producciones que se llamaron “comedias a la italiana” y fue básicamente en donde Mastroianni se dio a conocer. Maravillosas secuencias, situaciones jocosas, risas a granel, Divorcio a la Italiana nos hace reírme de lo imposible que somos, de lo risible de nuestro actuar. El final es un golpe fijo, nada termina nunca, al contrario todo vuelve a comenzar. Por cierto la aparición de Sandrelli, simplemente define todo lo que es
CINELOCURA
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15 de mayo de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ferdinando Cefalú (Marcello Mastroianni) un noble siciliano de familia venida a menos está perdidamente enamorado de Ángela, su prima adolescente. Intentará por todos los medios que su mujer Rosalía le ponga los cuernos para utilizar en su favor un código penal italiano que le daría razón en unas determinadas circunstancias a la hora de poder casarse con Ángela.

Pietro Germi elabora una comedia dramática para hacer una dura crítica a la hipocresía de la sociedad retrógrada/machista y a las leyes italianas de aquella época.

La crítica se focalizaba en la inexistencia del divorcio y los problemas que provocaba. También sobre el código penal italiano de aquellos tiempos que establece una importante reducción de penas en los casos de "delito de honor" (asesinato de la mujer cuando el marido la encuentra en flagrante adulterio).

Divorcio a la italiana se trata de una de las películas clave de lo que se denominó Commedia all'italiana. Este género, muy vinculado a la cultura popular de Italia, nació como contraposición al neorrealismo italiano que imperó la cinematografía italiana de mediados de los 40 a finales de los 50.

Los dos elementos más destacados de la película son: la galopante banda sonora que acompaña los 104 minutos de película a la desbordante interpretación Marcello Mastroianni.

Mastroianni está memorable con su sempiterno cigarro con boquilla, su mueca burlona y su estampa de hacerse “el tonto” en una de las comedias más negras de la historia.
Colb
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3 de febrero de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
33/33(27/01/22) Notable comedia negra italiana dirigida por Pietro Germi, que he visto con motivo del 60 aniversario de su estreno (20/12/1961), film de gran éxito comercial y crítica, teniendo 3 nominaciones al Oscar, la dirección (P. Germi, perdió ante David Lean y su "Lawrence de Arabia"), a actor principal (Marcello Mastroiani, perdió ante el Gregory Peck y su mítico Atticuas Finch de "Matar a un ruiseñor"), y ganó el de mejor guión original (Ennio De Concini, Pietro Germi, Alfredo Giannetti y Agenore Incrocci, este último no indicado en los créditos iniciales), aunque la historia está inspirada en la novela “Un delitto d’onore” de Giovanni Arpino, publicada en 1960 -originalmente una historia dramática ambientada en la Irpinia de los años veinte). La historia deviene en una ácida crítica al costumbrismo social italiano, a lo kafkiano de sus leyes (Arrolladora crítica al artículo 587 del Código penal italiano, que establece una importante reducción de penas en los casos de "delito de honor", asesinato de la mujer cuando el marido la encuentra en flagrante adulterio, esto azuzado por la falta de una ley de divorcio que no llegó a Italia hasta 1970), una farsa agridulce, que mete el dedo en la llaga del sinsentido de la monogamia, un torpedo contra la institución del matrimonio y su dependencia de nuestra cultura judeo-cristiana que nos amarra cual condena muchas veces a alguien a quien dejamos de amar. Ello con un desarrollo ágil, con diálogos ingeniosos, voz en off delirante, indagando en el patetismo del ser humano, con dosis de humor absurdo, con ácida crítica a instituciones como la Iglesia Católica (encarnada en el párroco al que da vida un incendiario Antonio Acqua, que pide el voto político desde el púlpito y con su petición de boicot a espectáculos sacrílegos, dixit “La Dolce Vita”), reflejando a una aristocracia abúlica (ociosa, hedonista,...), o al Partido Comunista (al que ridiculiza en su hipocresía conservadora, opinando de modo machista sobre la infidelidad), con dardos contra los prejuicios sociales arraigados en el escarnio público del engañado por su mujer, la glosa de la por ‘honor’ violencia machista (puaj!), grande en este sentido el demagogo discurso del abogado. Sabiendo ser también una parodia divertida de las películas sobre crímenes perfectos, adornada con personajes secundarios pintorescos.

El barón Ferdinando Cefalù (Marcello Mastroiani), conocido como Fefè, vive en la ciudad siciliana de Agramonte. El hombre lleva doce años casado con la regañona Rosalía (Daniela Rocca), una mujer enamorada de él, pero por la que ha perdido el atractivo. Mientras tanto, se enamoró de su prima, Angela (Stefania Sandrelli), de dieciséis años. La ley italiana no permite el divorcio, pero todavía está previsto el asesinato por honor, un caso de asesinato castigado con una pena más leve y muy frecuente en Sicilia.

Todo ello teniendo en la portada a un fabuloso Marcello Mastroiani, como un ocioso barón siciliano Ferdinando Cefalù, que en plena crisis de la mediana edad siente un profundo rechazo por su esposa, a la par que se siente fascinado por su hermosa prima (encarnada por Stefania Sandrelli), pero siendo católico es una barrera insalvable, o no. Por lo que pergeña un plan para coger in fraganti a su esposa con otro y con ello asesinarla por ‘crimen pasional’, esto en dos niveles, por un lado lo que va maniobrando en la búsqueda de ‘maromos’ (dando con un tímido aspirante a Michelangelo Carmelo Patanè, embestido por un notable Leopoldo Trieste; con el posterior ese juego que da la grabadora), o como busca abogado adecuado (lo haya en DeMarzi encarnado por un electrizante Pietro Tordi), y por otro lado sus pensamientos en off de lo que será su juicio (¿?). El actor borda su indolente noble con una flemática vis cómica, con tic facial extraño, con párpados medio caídos (reflejo de su tedio)con un bigotito, con cigarrillo siempre en sus labios, y el cabello engominado, satirizando a la clase aristócrata como disoluta, con una doble cara, por un lado las falsas apariencias de ser un buen esposo y por otro sus pensamientos que descubren a un tipo lujurioso y amoral (esa mirada libidinosa desde el baño a su prima, por cierto, genial como luego llega su padre a hacerle el relevo, este encarnado por un jocoso Odoardo Spadaro). Ganándose la empatía del público por lo simpáticamente que lo trata el guión, que lo hace mártir de un patético matrimonio; Daniela Rocca es su ‘némesis’, la especie de condena con el que Baron se ha despertado, una mujer melosa, ingenua, al que se ha caricaturizado en exceso para afearla, con ese entrecejo enorme e incluso con un desagradable bigotito, amén de un peinado que parece hecho por una monja castrense, rol que el que la actriz cumple con creces.

Pietro Germi infunde un estilo que se mueve de modo equilibrado pro la sátira más irreverente, con ese modo fachoso de imaginar el protagonista las noticias y su anhelado juicio por asesinato, o las bufonescas ensoñaciones para la muerte de su esposa, en arenas movedizas o disuelta en un barreño, todo esto excelsamente entrelazado a la triste monotonía de su aburrida coexistencia, todo ello confiere un tono muy moderno, claramente adelantada a su tiempo en los recursos humorísticos muy imaginativos, ejemplo notorio es el rebobinado de una escena conforme hace lo propio el protagonista con una cinta de sonido. Asimismo es muy retorcido el juego de meta-cine con “La Dolce Vita”, estrenada el año anterior, todo un hito del Séptimo Arte, protagonizada precisamente por Mastroiani en un rol muy diferente, film que se tilda como pecaminoso desde la curia, pero que el público (sobre todo el masculino), ve salivando, epítome cunado se pone en pantalla la mítica escena de Anita Ekberg bañándose en la Fontana de Trevi, donde un hombre hace alusión a su pareja "un espécimen de gran apariencia, pero puedo decir que no tiene alma", ello mientras sus ojos están deleitándose con su visión lasciva)... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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12 de febrero de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película con un guión exquisito, lleno de humor y originalidad. Necesita que le dejes unos minutos al inicio para poder situarte en la trama. La última hora es hilarante, llena de luz. El tic del Barón es curioso (aportado por Mastroiani) y la crítica social que se hace a la Italia de 1961 y a la prohibición del divorcio, es antológica. La sociedad del sur de Italia está retratada de una forma muy neorrealista (aunque esta peli no lo es), usando esa realidad como comedia y, a la vez, tragedia, sin llegar a ser un drama al uso, aunque si de facto.

La totalidad de la cinta es como un vals bien medido en el que cada paso que se da forma parte de un círculo. Es por eso que, al concluir la visión, la he vuelto a ver desde el principio, pues se entiende un poquito mejor todo. Es por esta razón que aconsejo que se tenga paciencia y se conceda el tiempo a esta maravilla del ingenio, la comedia, la sociedad civil, así como la cinematografía.
CHIRU
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12 de febrero de 2022
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ni sé por donde empezar. Tiene un guion excelente. Cada toma, cada escena, cada gesto, cada comentario irónico de la voz en off, todo se une para conformar una película que se ríe de los problemas de sus protagonistas mostrándolos sin embargo como si les comprendiese. Es cómica a la vez que, como tantas veces ha ocurrido en la historia del cine italiano, parece una declaración de amor hacia el ser humano, con todos sus defectos.
Cambiando de tema, me ha resultado muy llamativo el parecido de la prima con el bello Tadzio de Muerte en Venecia.
Y para decir algo práctico, es un cine elegante, ni gore ni de terror ni de dramas que chapoteen en la miseria. Y está Marcello, claro.
Rosarito
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