»Frases célebres de Tomás de Aquino»
El teólogo dominicano italiano Santo Tomás de Aquino (1225-1274) fue uno de los pensadores medievales más influyentes y es considerado el padre de la escuela de teología tomista.
Primeros años de Tomás de Aquino
Tomás de Aquino nació en 1225 en el castillo de Rocasecca, cerca de Aquino, Italia. Era hijo de una familia noble, estudió en el monasterio de Montecasino y en la Universidad de Nápoles. Siguiendo la tradición de la época, Tomás de Aquino fue enviado a la abadía de Monte Cassino para entrenar entre los monjes benedictinos cuando solo tenía 5 años.
En Sabiduría 8:19, Santo Tomás de Aquino es descrito como «un niño ingenioso» que «había recibido una buena alma». En Monte Cassino, el joven burlón planteó repetidamente la pregunta: «¿Qué es Dios?» a sus benefactores. Santo Tomás de Aquino permaneció en el monasterio hasta los 13 años, cuando el clima político lo obligó a regresar a Nápoles.
Educación
Santo Tomás de Aquino pasó los siguientes cinco años completando su educación primaria en una casa benedictina en Nápoles. Durante esos años, estudió el trabajo de Aristóteles, que más tarde se convertiría en un importante punto de partida para su propia exploración de la filosofía. En la casa benedictina, que estaba estrechamente afiliada a la Universidad de Nápoles, Tomás también desarrolló un interés en las órdenes monásticas más contemporáneas. Se sintió particularmente atraído por aquellos que enfatizaban una vida de servicio espiritual, en contraste con los puntos de vista más tradicionales y el estilo de vida protegido que había observado en la Abadía de Monte Cassino.
Alrededor de 1239, Santo Tomás de Aquino comenzó a asistir a la Universidad de Nápoles. En 1243, se unió en secreto a una orden de monjes dominicanos, recibiendo el hábito en 1244. Cuando su familia se enteró, se sintieron tan traicionados que le dio la espalda a los principios a los que suscribieron que decidieron secuestrarlo. La familia de Tomás lo mantuvo cautivo durante un año entero, encarcelado en la fortaleza de San Giovanni en Rocca Secca. Durante este tiempo, intentaron desprogramar a Tomás de sus nuevas creencias. Sin embargo, Tomás se aferró a las ideas que había aprendido en la universidad y volvió a la orden dominicana después de su liberación en 1245.
Más adelante continuó sus estudios con los dominicos en Nápoles, París y Colonia. Fue ordenado en Colonia, Alemania, en 1250, y luego enseñó teología en la Universidad de París. Bajo la tutela de San Alberto Magno, y posteriormente obtiene su doctorado en teología. De acuerdo con la predicción del santo ermitaño, Tomás demostró ser un erudito ejemplar, aunque, irónicamente, su modestia a veces llevó a sus compañeros de clase a percibirlo equivocadamente como un poco tonto. Después de leer la tesis de Tomás y pensar que era brillante, su profesor, San Alberto Magno, proclamó en defensa de Tomás: «¡Llamamos a este joven un buey tonto, pero su rugido en la doctrina algún día resonará en todo el mundo!»
Teologia y filosofia
Después de completar su educación, Santo Tomás de Aquino se dedicó a una vida de viajes, escritura, enseñanza, oratoria y predicación. Las instituciones religiosas y las universidades anhelaban beneficiarse de la sabiduría de «El apóstol cristiano». El pensamiento medieval de la época se debatía para conciliar la relación entre teología (fe) y filosofía (razón). Santo Tomás de Aquino creía que la existencia de Dios podía probarse de cinco maneras, principalmente mediante:
- Observar el movimiento en el mundo como prueba de Dios, el «motor inamovible».
- Observar causa y efecto e identificar a Dios como la causa de todo.
- Concluir que la naturaleza impermanente de los seres prueba la existencia de un ser necesario, Dios, que se origina solo dentro de sí mismo.
- Notar niveles variables de perfección humana y determinar que, por lo tanto, debe existir un ser supremo y perfecto.
- Sabiendo que los seres naturales no pueden tener inteligencia sin que Dios se los otorgue. Después de defender la capacidad de las personas para percibir naturalmente la prueba de Dios, Tomás también abordó el desafío de proteger la imagen de Dios como un ser todopoderoso.
Es el autor de la Summa Theologica, libro en el cual se integran las enseñanzas de Aristóteles con las doctrinas del cristianismo primitivo. En parte a raíz de esta obra, Aquino fue canonizado en el año 1323 y se convirtió en Santo Tomás.
Teología y psicología
Aunque era filósofo y teólogo, Aquino tuvo gran repercusión en las ideas de la psicología a causa de su énfasis en la importancia del libre albedrío. Según él, todo ser humano posee un alma inmortal, que no pertenece al mundo natural: transita por el mundo de la materia, pero no forma parte de él, y en consecuencia no está sujeta a la ley natural ni sometida a las causas y efectos. Si esto es así, resulta bien fundada nuestra certidumbre de que podemos gobernar nuestra conducta, de que podemos efectuar verdaderas elecciones como seres humanos.
Si el libre albedrío es una realidad, ello resulta a la vez terrible y maravilloso. Es terrible porque una tremenda carga se impone entonces sobre nuestros hombros: somos los responsables últimos de toda acción. Y es maravilloso porque esto nos diferencia de los robots y de los objetos. La doctrina del libre albedrío ha ejercido gran influencia en el existencialismo y en la psicología humanística. A menudo llamado «El Maestro Universal», Santo Tomás de Aquino murió en el monasterio de Fossanova el 7 de marzo de 1274. Fue canonizado por el Papa Juan XXII en 1323.
Bibliografía
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- Gilson, E. (1952). La filosofía de San Buenaventura. Desclee de Brouwer.
- Kenny, A. (1998). Aquinas on mind. Routledge.
- Pieper, J. (1948). Las virtudes fundamentales. Rialp.
- McInerny, R. (2004). Thomas Aquinas: Selected writings. Penguin Classics.
- Pieper, J. (1954). La sabiduría de Santo Tomás. Rialp.
