Cómo hacer unas patatas bravas perfectas con los trucos de Eva Arguiñano
No son unas simples patatas fritas, ¡estas patatas tan típicas van más allá de freírlas! Hay un secreto para que las patatas bravas queden de escándalo: su doble cocinado. Así es, se trata de una combinación de cocción y fritura breve que hace que la patata quede blandita por dentro y crujiente por fuera.
Y luego ya viene la salsa brava, esa salsa picante que te saca los colores nada más te metes una patata en la boca. Es muy común combinarla con mayonesa para que cada uno decida con qué quiere degustar la patata. ¡O para mezclarla con ambas salsas claro!
En cualquier caso, es un plato típico de la gastronomía española que podemos encontrar en muchísimos bares de tapas o como aperitivos y entrantes en restaurantes.
Aquí, Eva Arguiñano nos enseña cómo podemos prepararlas fácilmente en casa con pasos muy rápidos y sencillos. Es básicamente la versión original de las patatas bravas con salchichas que nos enseñó Karlos Arguiñano en otra ocasión. Así que si quieres impresionar a invitados, familiares o simplemente darte un capricho mientras ves la tele, no dudes en ponerte manos a la obra ¡y a devorar!
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Ingredientes para 2 personas
- 2 patatas
- 1 vaso de salsa de tomate
- unas gotas de salsa picante
- aceite de oliva
- sal gruesa
Cómo hacer patatas bravas
Limpia muy bien las patatas debajo del grifo para retirar todo el exceso de tierra.
Ponlas enteras en una cazuela con agua y cuécelas a fuego medio unos 20 minutos aproximadamente.
Mientras se cuecen, vamos con la salsa brava
Calienta la salsa de tomate en una cazuela y cuando coja calor añádele unas gotas de tu picante favorito y deja que reduzca unos 3 minutos.
Remueve para que se integre bien y reserva. Puedes ver también los pasos a seguir en esta receta de salsa brava.
Volvemos con las patatas
Una vez estén cocidas, deja que se enfríen. Pélalas y córtalas a tu gusto o con los cortes característicos de las patatas bravas.
Coloca una sartén con abundante aceite en el fuego y cuando coja temperatura, añade las patatas y fríelas rápidamente. Se trata de darles un ligero toque de calor para que la piel tenga su textura crujiente.
Sácalas y colócalas sobre un plato con papel absorbente o de cocina para que retirar todo el exceso de aceite. Luego añádeles sal gruesa y riega con la salsa de tomate y picante. ¡Y listo! Ya podrás picotear y disfrutar de tus patatas bravas.
Consejos para que tus patatas bravas queden perfectas
Cómo conseguir las patatas crujientes por fuera y tiernas por dentro
Ya has visto que el secreto para que las patatas bravas queden tiernas por dentro y crujientes por dentro está en su doble cocinado. Recuerda que primero se cuecen en agua unos 20 minutos y luego se fríen unos segundos con el aceite muy caliente hasta que cojan color. Es importante que les dejes la piel en su cocción (para evitar que se deshagan) y que luego las frías muy rápidamente en el aceite (para que sólo cojan la textura de su exterior).
La salsa casera es otro punto clave en la receta
En cuanto al picante seleccionado para hacer la salsa brava, puedes usar cualquiera que tengas por casa: tabasco, guindillas, chile, jalapeños... Simplemente con triturarlos y meterlos en la salsa de tomate será suficiente.
Una vez listas, sólo tendrás que colocarlas en el plato y añadirles la salsa brava y la mayonesa (si te gustan ambas juntas).
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