La oferta cultural-histórica no brilla por su abundancia en Mallorca, y este castillo con museo en su interior es una de las pocas opciones para hacer algo diferente del sol y playa. El castillo se encuentra en perfecto estado, pese a que claramente se debería invertir algo más en mejorar su conservación. Destacar que es el castillo de planta circular más antiguo de Europa (construido en ~1309) y uno de los pocos con este tipo de diseño. Dentro de él han habilitado diversas salas para exponer algunos materiales arqueológicos y, sobre todo, hacer un repaso a la historia de la ciudad de Palma desde la prehistoria hasta la actualidad. La parte museística deja un poco que desear. Pocas piezas y de escaso interés, que en algunos casos parecen más almacenadas que expuestas. La cartelería, aunque informativa, peca de estar hecha de largos y aburridos textos que casi ningún visitante lee, lo que impide que el museo cumpla su función: culturizar al visitante. Entrada gratuita los domingos.