Mary Zampini, en sobrevuelo por la vida

Mary Zampini, en sobrevuelo por la vida

María Alba Zampini llegó a Gaiman a los 5 años y lo adoptó para siempre en su corazón. El galés como lengua materna y la herencia de los colonos

22 DIC 2023 - 16:31 | Actualizado 22 DIC 2023 - 19:28

Por Maru Ortíz / Cadena Tiempo

María Alba Zampini Jones nació en Capital Federal un 31 de marzo. Hija de Albina Jones y Virgilio Zampini, nombre que hoy lleva la escuela de Buen Pasto. A los cinco años llegó a vivir a Gaiman y es el lugar que adoptó para siempre en su corazón, contó en su visita a Cadena Tiempo.

La familia materna vivía en Gaiman, integrantes de aquel grupo de pioneros galeses que llegó a la zona para construir el ferrocarril. Pero la herencia de los colonos también se hace presente por la rama paterna. El abuelo, Don Zampini, era médico.

En un viaje rumbo a Río Gallegos, provincia de Santa Cruz, autoridades locales le pidieron asistir un parto en el pueblo valletano. Allí conoció a Eirwen Davies quien sería su compañera de vida. La historia de Mary anclaba en el corazón del Virch.

“Yo vivo en Gaiman y es hermoso”, recordó con la emoción que generan los recuerdos de las trepadas a la loma, toboganes rústicos sobre una chapa bajando la ladera y el potrero con amigos. Una infancia maravillosa.

Los años y las experiencias adquiridas hoy la llevan a ver, con la retrospectiva del tiempo, a esa loma gaimense como una meditación. Y agradecida de que sus cuatro hijos hayan podido crecer en ese entorno, con la libertad del movimiento, andando.

Tradiciones familiares

La familia Zampini tiene tradiciones muy arraigadas. “Crecí con ellas. Estaba todo naturalizado. Como primera lengua aprendí galés”, destacó en el programa Por El Aire.

Repasando la historia reconoció que hubo un tiempo en que hablar el idioma de los ancestros era motivo de burla.

“Galenso pan y manteca era el peor insulto que se podía recibir. Hoy se puso de moda y cada vez más gente lo aprende. Cuando abrí el Jardín de Infantes fue con la idea de permitir el acceso al idioma y las costumbres. Los chicos son agentes multiplicadores. Se ha logrado una gran apertura y esa es la responsabilidad; poder hacer y convocar”, aseguró.


Deuda con los orígenes

“El 28 de julio (recordando el año 1865) no es una fiesta de los galeses, es una fiesta nuestra. Y creo que es tarea pendiente difundir más la historia a nivel nacional”, remarcó Mary.

Con los galeses comenzaron los asentamientos estables en el actual territorio chubutense. El ejemplo de convivencia armónica con los pobladores originarios es notable e importante para contar.

Lo que nos diferencia, nos enriquece.

Y eso sucedió aquí.

La obra familiar

El legado y trabajo de Albina siempre fue muy consultado y valorado. Escribió, con ayuda y colaboración de Virgilio, libros de genealogías, bocetos de 100 mujeres.

“Mamá fue precursora de un tiempo femenino. ´100 atuendos y un sombrero´ es un material extraordinario”, destacó entre la emoción y el orgullo de reflotar horas de acción, diez años de trabajo, entrevistas a mujeres, adjuntando cada semblanza y ficha familiar a los dibujos.

“Papá siempre la acompañó. Cuando terminó ese libro, que está agotado y vamos a reeditar, publicó dos más. Mamá nunca imaginó esta repercusión de su labor”.

Un perfil con linda sonrisa

Todo el día escucha música porque considera que la música cumple una función particular. Se define como una “Ariana con todas las letras”; que tuvo sus estadíos más impulsivos y que con el pasar de las experiencias, la han orientado más a la reflexión y conciencia.

“La cultura me aportó vuelo. El conocimiento es parte de la cultura y la cultura es un viaje eterno. La importancia de transmitir de generación en generación la obra que alguien hizo me parece fundamental. Todo tiene su historia y hay que tener ganas de buscarla”, indicó.

Una hermosa charla, con sonrisas y emociones junto a María Alba Zampini Jones que, cuando vuelva a nacer, vivirá en Gaiman porque es su lugar en el mundo y así lo transmite a quienes se prestan a escuchar.

22 DIC 2023 - 16:31

Por Maru Ortíz / Cadena Tiempo

María Alba Zampini Jones nació en Capital Federal un 31 de marzo. Hija de Albina Jones y Virgilio Zampini, nombre que hoy lleva la escuela de Buen Pasto. A los cinco años llegó a vivir a Gaiman y es el lugar que adoptó para siempre en su corazón, contó en su visita a Cadena Tiempo.

La familia materna vivía en Gaiman, integrantes de aquel grupo de pioneros galeses que llegó a la zona para construir el ferrocarril. Pero la herencia de los colonos también se hace presente por la rama paterna. El abuelo, Don Zampini, era médico.

En un viaje rumbo a Río Gallegos, provincia de Santa Cruz, autoridades locales le pidieron asistir un parto en el pueblo valletano. Allí conoció a Eirwen Davies quien sería su compañera de vida. La historia de Mary anclaba en el corazón del Virch.

“Yo vivo en Gaiman y es hermoso”, recordó con la emoción que generan los recuerdos de las trepadas a la loma, toboganes rústicos sobre una chapa bajando la ladera y el potrero con amigos. Una infancia maravillosa.

Los años y las experiencias adquiridas hoy la llevan a ver, con la retrospectiva del tiempo, a esa loma gaimense como una meditación. Y agradecida de que sus cuatro hijos hayan podido crecer en ese entorno, con la libertad del movimiento, andando.

Tradiciones familiares

La familia Zampini tiene tradiciones muy arraigadas. “Crecí con ellas. Estaba todo naturalizado. Como primera lengua aprendí galés”, destacó en el programa Por El Aire.

Repasando la historia reconoció que hubo un tiempo en que hablar el idioma de los ancestros era motivo de burla.

“Galenso pan y manteca era el peor insulto que se podía recibir. Hoy se puso de moda y cada vez más gente lo aprende. Cuando abrí el Jardín de Infantes fue con la idea de permitir el acceso al idioma y las costumbres. Los chicos son agentes multiplicadores. Se ha logrado una gran apertura y esa es la responsabilidad; poder hacer y convocar”, aseguró.


Deuda con los orígenes

“El 28 de julio (recordando el año 1865) no es una fiesta de los galeses, es una fiesta nuestra. Y creo que es tarea pendiente difundir más la historia a nivel nacional”, remarcó Mary.

Con los galeses comenzaron los asentamientos estables en el actual territorio chubutense. El ejemplo de convivencia armónica con los pobladores originarios es notable e importante para contar.

Lo que nos diferencia, nos enriquece.

Y eso sucedió aquí.

La obra familiar

El legado y trabajo de Albina siempre fue muy consultado y valorado. Escribió, con ayuda y colaboración de Virgilio, libros de genealogías, bocetos de 100 mujeres.

“Mamá fue precursora de un tiempo femenino. ´100 atuendos y un sombrero´ es un material extraordinario”, destacó entre la emoción y el orgullo de reflotar horas de acción, diez años de trabajo, entrevistas a mujeres, adjuntando cada semblanza y ficha familiar a los dibujos.

“Papá siempre la acompañó. Cuando terminó ese libro, que está agotado y vamos a reeditar, publicó dos más. Mamá nunca imaginó esta repercusión de su labor”.

Un perfil con linda sonrisa

Todo el día escucha música porque considera que la música cumple una función particular. Se define como una “Ariana con todas las letras”; que tuvo sus estadíos más impulsivos y que con el pasar de las experiencias, la han orientado más a la reflexión y conciencia.

“La cultura me aportó vuelo. El conocimiento es parte de la cultura y la cultura es un viaje eterno. La importancia de transmitir de generación en generación la obra que alguien hizo me parece fundamental. Todo tiene su historia y hay que tener ganas de buscarla”, indicó.

Una hermosa charla, con sonrisas y emociones junto a María Alba Zampini Jones que, cuando vuelva a nacer, vivirá en Gaiman porque es su lugar en el mundo y así lo transmite a quienes se prestan a escuchar.


NOTICIAS RELACIONADAS