Se respira intensidad. La derrota no es una opción. Perseguir hazañas y alcanzar objetivos. Superar los límites hasta el extremo. Aceptar todos los desafíos y ganar magistralmente. En este intenso duelo, dos fuerzas se desafían: frescura y sensualidad. Una declaración de intenciones sorprendente con un suplemento de frescura: la vivacidad del limón recubierta por un todopoderoso incienso. La redondez de la tonka secundada por una vainilla intensa. Un trofeo con un suntuoso pedestal. El mítico frasco Invictus se viste por primera vez con un ropaje negro brillante. Nuevo color: un negro mate profundo que genera un contraste contundente. Una intensidad insólita que encuentra su máxima expresión en la imponente V dorada central.