Suscripción digital a Historia National Geographic por solo 1,99€ al mes . ¡Solo 500 suscripciones!
Consigue el Especial Oppenheimer de National Geographic a un precio exclusivo por ser suscriptor.
En 1590, Rodolfo II de Habsburgo, soberano del Sacro Imperio Romano Germánico, esperaba impaciente en Praga la llegada del último cuadro de Giuseppe Arcimboldo (1527-1593). El artista italiano, retirado en Milán desde 1585, había servido en la corte imperial durante veinticinco años no sólo como pintor de cámara, sino también como director de festejos cortesanos y marchante de arte. En la corte humanista y científica de los Habsburgo, Arcimboldo había realizado una serie de retratos antropomorfos compuestos a partir de vegetales , frutas, flores, animales y otros objetos. Estas "cabezas compuestas" pronto se hicieron famosas por su originalidad, sentido del humor y simbolismo, y fueron admiradas en muchas cortes europeas, incluida la de Felipe II , y copiadas por muchos artistas contemporáneos.
El emperador dios Vertumno , el último encargo que Arcimboldo realizó para el emperador, representa la culminación de sus cabezas compuestas . Es una glorificación del propio Rodolfo II, que aparece en traje de Vertumno, dios de la mitología etrusca y romana asociado al cambio y a la abundancia de la Naturaleza durante el transcurso de las cuatro estaciones.
El retrato capta el proceso de la metamorfosis , donde los frutos y vegetales se transforman en una cara humana y viceversa. A través de esta inestabilidad dinámica y surreal , Rodolfo parece ocupar una doble identidad como emperador y como dios . Los frutos y vegetales del retrato simbolizan la paz, la estabilidad y la abundancia de la nueva Edad de Oro que restauró Rodolfo II en el Sacro Imperio.
Al final de la guerra de los Treinta Años (1618-1648), el ejército sueco conquistó Praga y saqueó sus tesoros artísticos . El Vertumno de Arcimboldo fue llevado a Suecia, y se cree que la reina Cristina lo donó al castillo de Skokloster , donde hoy se exhibe.