Calidad metodol�gica de los programas de estiramiento: revisi�n sistem�tica / Methodological quality of stretching programs: systematic review.

C�digos QR / Qr CodesAyala, F. y Sainz de Baranda, P. (2013) Calidad metodol�gica de los programas de estiramiento: revisi�n sistem�tica / Methodological quality of stretching programs: systematic review. Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad F�sica y el Deporte vol. 13 (49) pp. 163-181. Http://cdeporte.rediris.es/revista/revista49/artcalidad335.htm

 

 

REVISI�N

 

calidad metodol�gica DE LOS programas de estiramiento: REVISI�N SISTEM�TICA

 

methodological quality of stretching programs: SYSTEMATIC REVIEW

 

Ayala, F.1 y Sainz de Baranda, P.2

 

1 Doctor en Ciencias de la Actividad F�sica y del Deporte. Centro de Investigaci�n del Deporte, Universidad Miguel Hern�ndez de Elche. (Espa�a). ISEN formaci�n universitaria, centro adscrito a la Universidad de Murcia (Espa�a). fayala@umh.es

2 Doctora en Ciencias de la Actividad F�sica y el Deporte. Universidad de Castilla La Mancha, Espa�a. pilar.sainzdebaranda@uclm.es.

 

Agradecimientos

 

�Este trabajo es resultado del proyecto 06862/FPI/07 financiado con cargo al Programa de Formaci�n de Recursos Humanos para la Ciencia y la Tecnolog�a de la Fundaci�n S�neca, Agencia de Ciencia y Tecnolog�a de la Regi�n de Murcia, en el marco del PCTRM 2007-2010, con financiaci�n del INFO y del FEDER de hasta un 80 %�.

 

C�digo UNESCO / UNESCO Code: 5899 Educaci�n F�sica y Deporte / Physical Education and Sports

Clasificaci�n Consejo de Europa / Council of Europe Classification: 11. Medicina del Deporte / Sports Medicine

 

Recibido 17 enero de 2011Received January 17, 2011

Aceptado 21 de julio de 2011Accepted July 21, 2011

 

Resumen

 

El objetivo de esta revisi�n fue analizar el dise�o, caracter�sticas de la muestra y calidad metodol�gica de los art�culos existentes en lo relativo al dise�o de programas de estiramiento. Material y m�todo. La selecci�n de estudios estuvo basada en los siguientes criterios: estudios experimentales; la intervenci�n deb�a estar basada en la realizaci�n sistem�tica de ejercicios de estiramiento; y las pruebas de valoraci�n deb�an medir el rango de movimiento. Resultados. 34 art�culos fueron analizados. Conclusiones. La calidad metodol�gica de los estudios oscil� entre los 2- 8 puntos, con una media de 5.2 puntos. Son necesarios m�s estudios que analicen el efecto cr�nico del estiramiento empleando: dise�os longitudinales de medidas repetidas; poblaciones con distinto nivel de condici�n f�sica y flexibilidad; y evaluadores ciegos.

 

Palabras clave: flexibilidad, PEDro, calidad, m�todo, dise�o.

 

Abstract

 

The objective of this systematic review was to analyze the design, sample characteristics and methodological quality of scientific articles which used stretching programs. Material and method. The selection of the studies was based on the following criteria: (a) experimental, (b) the intervention should be based on the performance of systematic stretching routines; and (c) the flexibility assessment tools must measure the range of motion. Results: 34 articles were finally analyzed. Conclusions: The methodological quality of the studies ranged from 2 to 8 points, with an average of 5.2 points. Further studies are required to analyze the chronic effects of stretching on flexibility using: longitudinal repeated measures designs, populations with different levels of fitness and flexibility, and (c) blinder tester.

 

Key words: flexibility, PEDro, quality, method, design.

 

 

1.    Introducci�n

 

La justificaci�n del trabajo de la flexibilidad y la introducci�n de los estiramientos dentro de las sesiones de acondicionamiento f�sico, viene dada por la relaci�n que siempre ha existido entre el entrenamiento de flexibilidad y sus beneficios, entre los que se pueden destacar: el de aumentar la temperatura de la musculatura (Shellock y Prentice, 1985), la disminuci�n del dolor (Henricson, Fredriksson, Persson y Pereira, 1984), el aumento del rango de movimiento de una articulaci�n en sujetos sanos y lesionados (Gajdosik, Giuliani, Bohannon, 1990; Magnusson, Simonsen, Aagaard, Gleim, McHugh y Kjaer, 1995; Murphy, 1991), el aumento de la tolerancia al estiramiento (Halbertsma, VanBolhuis y Goeken, 1996; Law, Harvey, Nicholas, Tonkin, De Sousa, y Finniss, 2009; Magnusson, 1998; Magnusson, Simonsen, Aagaard, Sorensen, y Kjaer 1996), la colaboraci�n en la vuelta a la calma y en la recuperaci�n del organismo tras un esfuerzo intenso, la reducci�n del riesgo de lesiones (Bandy, Iron y Briggler, 1997; Borms, Van Roy, Santens y Haentjens, 1987; Halbertsma, VanBolhuis y Goeken, 1996; Hartig y Henderson, 1999; Henricson et al., 1984; Letterme, Cordonnier, Mournier y Falempin, 1994) y la mejora del rendimiento deportivo (Anderson y Burke, 1991; Worrell, Smith, y Winegardner, 1994). Sin embargo, el trabajo de la flexibilidad en muchas ocasiones tendr� el objetivo prioritario de mantener y/o mejorar el rango de movimiento de una o varias articulaciones, dependiendo de los valores iniciales del usuario.

 

En este sentido, un gran n�mero de estudios cient�ficos han informado de un incremento cr�nico de la flexibilidad asociado a la realizaci�n sistem�tica de programas de estiramientos (Ayala y Sainz de Baranda, 2010, Bandy e Irion, 1994; Chan, Hong y Robinson. 2001; Cipriani, Abel, Pirrwitz, 2003; Halbertsma y Goeken, 1994; Nelson y Bandy, 2004; Oduanaiya, Hamzat y Ajayi, 2005; Roberts y Wilson 1999; Russell, Decoster y Enea, 2010; Sainz de Baranda y Ayala 2010). Sin embargo, la heterogeneidad metodol�gica existente en la literatura cient�fica en lo relativo al dise�o de programas de estiramiento y muestra objeto de estudio hace dif�cil que entrenadores, preparadores f�sicos, m�dicos del deporte y dem�s miembros del �mbito de la actividad f�sico-deportiva puedan identificar la mejor estrategia para la mejora de la flexibilidad (Decoster, Scanlon, Horn y Cleland, 2004).

 

Por lo tanto, el objetivo de esta revisi�n sistem�tica fue analizar el dise�o, las caracter�sticas de la muestra y calidad metodol�gica de los art�culos cient�ficos que analizan la eficacia de rutinas de estiramiento para la mejora de la flexibilidad.

 

2.    M�todo

 

2.1. Criterios de inclusi�n y exclusi�n

 

La selecci�n de estudios cient�ficos estuvo basada en los siguientes criterios de inclusi�n: (a) estudios experimentales (dise�os controlados aleatorizados) y cuasi-experimentales (por ejemplo: pre-test/post-test); (b) la intervenci�n (variable independiente) deb�a estar basada en la realizaci�n sistem�tica (prolongada a lo largo del tiempo) de ejercicios habituales de estiramiento de la musculatura isquiosural desde un punto de vista cl�nico y f�sico-deportivo; y (c) las pruebas de valoraci�n utilizadas para la estimaci�n de la flexibilidad isquiosural deb�an medir el rango de movimiento (ROM) de la articulaci�n de la rodilla y/o cadera en grados (pruebas de valoraci�n angular).

 

La raz�n principal de focalizar el an�lisis de esta revisi�n sistem�tica en los programas de estiramientos destinados a la mejora cr�nica de la flexibilidad isquiosural se fund� en que es la musculatura que, con diferencia, m�s atenci�n recibe por los diversos estudios, debido principalmente a su implicaci�n con el dolor lumbar (Caillet, 1988) y a que su cortedad podr�a afectar a la integridad de diversas estructuras del miembro inferior (Witvrouw, Lysens, Bellemans, Cambier y Vanderstraeten, 2000; Witvrouw, Bellemans, Lysens, Danneels y Cambier, 2001). Asimismo, los estudios cuyos dise�os metodol�gicos carec�an de grupo control fueron igualmente incluidos en esta revisi�n sistem�tica bas�ndonos en el hecho bien documentado de que los grupos que no realizan ejercicios sistem�ticos de estiramiento no han demostrado un incremento cr�nico significativo de la flexibilidad isquiosural a lo largo del tiempo (Ayala y Sainz de Baranda, 2010; Bandy e Irion, 1994; Bandy, Irion y Briggler, 1998; Ford, Mazzone y Taylor, 2005; Sainz de Baranda y Ayala, 2010).

 

Por otro lado, como criterios de exclusi�n se establecieron: (a) estudios cient�ficos publicados en forma de resumen, comunicaciones cortas y/o cuyos datos no estuviesen publicados; (b) redactados en idioma distinto al ingl�s o espa�ol; (c) que evaluasen el efecto agudo de una rutina de estiramientos sobre la flexibilidad isquiosural; (d) cuyos participantes presentasen alteraciones ortop�dicas y/o neurol�gicas que impidiesen la mejora cr�nica de la flexibilidad de la musculatura isquiosural; y (e) en donde las pruebas de estimaci�n de la flexibilidad isquiosural estuviesen basadas en medidas lineales (pruebas sit and reach).

 

No se estableci� limitaci�n alguna en cuanto a la edad de los participantes de los diversos estudios cient�ficos, as� como en lo referente a su nivel de condici�n f�sica (sedentarios, f�sicamente activos, deportistas de alto nivel) y grado de flexibilidad de la musculatura isquiosural (cortedad, valores normales, valores superiores a la normalidad).

 

Adem�s, la evaluaci�n de la eficacia de los programas de estiramiento estuvo determinada en funci�n de si se consiguieron cambios cr�nicos significativos en la flexibilidad isquiosural desde un punto de vista cuantitativo, es decir, si alcanzaron incrementos en el ROM de la articulaci�n de la cadera y/o rodilla. As�, se declino el an�lisis cualitativo de los programas (efecto sobre las propiedades visco-el�sticas de la unidad m�sculo-tend�n), dado el escaso n�mero de estudios cient�ficos que abordan dicha tem�tica y la naturaleza, en muchos casos especulativa, de sus conclusiones.

 

En la tabla 1 se puede encontrar una descripci�n esquematizada de todos los criterios de inclusi�n y exclusi�n anteriormente expuestos.

 

Tabla 1. Criterios empleados para determinar la elegibilidad de los estudios cient�ficos.

Criterios de inclusi�n

         Estudios experimentales y cuasi-experimentales con y sin grupo control.

         La intervenci�n (variable independiente) basada en ejercicios habituales de estiramiento de la musculatura isquiosural.

         Las pruebas de estimaci�n de la flexibilidad isquiosural (variable dependiente) deb�an estar asentadas en medidas angulares.

Criterios de exclusi�n

         Res�menes, comunicaciones cortas y/o datos no publicados.

         Estudios no publicados en ingl�s o espa�ol.

         Estudios que evaluasen el efecto agudo de un programa de estiramientos sobre la flexibilidad de la musculatura isquiosural.

         Participantes con afectaciones ortop�dicas y neurol�gicas que impidieses la mejora cr�nica de la flexibilidad.

         Pruebas de valoraci�n de la flexibilidad isquiosural basadas en medidas longitudinales.

 

 

 

 

2.2. Estrategia de b�squeda bibliogr�fica

 

La localizaci�n de art�culos se realiz� en las dos bases de datos informatizadas on-line m�s importantes en el �mbito de las Ciencias del Deporte:

 

        PubMed (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed): es la base de datos de la Librer�a Nacional de Medicina de los Estados Unidos de Am�rica y de los Institutos Nacionales de Salud.

        SportsDiscus (http://www.sirc.ca/products/sportsdiscus.cfm): es la base de datos del Sport Information Resource Centre (SIRC) realizada por la Coaching Association de Canad�

 

La palabra �stretching� fue siempre utilizada como criterio de b�squeda, de tal forma que, en las diversas exploraciones bibliogr�ficas efectuadas, el t�rmino stretching siempre estuvo presente en uno de los campos de b�squeda, quedando el resto de campos subordinados con la preposici�n �and� y completos por una de las siguientes palabras clave: lower extremity stretching, contract-relax stretching, ballistic stretching, static stretching, range of motion, flexibility, knee, hip, skeletal muscle, proprioceptive neuromuscular facilitation y chronic gains. No fue aplicada limitaci�n en el a�o de publicaci�n. La b�squeda finalizo en noviembre de 2010.

 

Los t�tulos y res�menes de los art�culos encontrados a trav�s del empleo de la estrategia de b�squeda anteriormente expuesta fueron inicialmente analizados por un �nico investigador experto (Doctor en Ciencias de la Actividad F�sica y del Deporte, con m�s de 10 a�os de experiencia en el campo de la investigaci�n) para determinar si a priori cumpl�an los criterios de inclusi�n y exclusi�n establecidos. En este sentido, los t�tulos y res�menes de los art�culos encontrados fueron categorizados como: (a) aptos; (b) dudosos; y (c) no aptos. En los casos de aquellos art�culos cuyo t�tulo y resumen no proporcionaban informaci�n explicita suficiente sobre el cumplimiento de los criterios de inclusi�n y exclusi�n, se procedi� a la total lectura y an�lisis del mismo para su posterior categorizaci�n como �apto� o �no apto�. La opini�n de un experto independiente fue solicitada para los casos en los cuales tras el an�lisis del art�culo completo no se llego a un juicio claro de �apto� o �no apto�.

 

Una vez seleccionados todos los art�culos cuyos t�tulos y res�menes potencialmente cumpl�an los criterios de inclusi�n y exclusi�n se procedi� a su obtenci�n en versi�n electr�nica como art�culos completos.

 

2.3. Extracci�n de datos

 

Todas las variables metodol�gicas fueron extra�das, registradas y analizadas en todos los art�culos por el mismo investigador. Aquellos art�culos que no especificaron expl�citamente alguna de las variables anteriores recibieron la categorizaciones en dicha secci�n de �no informa�, no siendo eliminados de proceso de an�lisis por este hecho. Este m�todo de extracci�n de datos ha sido recomendado por �Cochrane Collaboration Back Review Group� para la realizaci�n de revisiones sistem�ticas (Van Tulder, Furland, Bombardier y Bouter, 2003) y utilizado previamente por numerosos autores (Decoster, Cleland, Altieriy Russell, 2005; Herbert y Gabriel, 2002; Simons, Wollersheim y Thien, 2009).

 

2.4. Evaluaci�n de la calidad metodol�gica

 

La escala �Physiotherapy Evidence Database (PEDro)� fue empleada para analizar la calidad metodol�gica de todos los art�culos seleccionados (Verhagen et al, 1998; Maher, Sherrington, Herbert, Moseley y Elkins, 2003). La escala PEDro es una herramienta dise�ada para evaluar la calidad metodol�gica de los dise�os cl�nicos (Tabla 2) y empleada en numerosas revisiones bibliogr�ficas (Decoster et al., 2005; Herbert y Gabriel, 2002; Maher et al., 2003). Esta escala est� basada en la lista desarrollada por Verhagen et al. (1998) utilizando la t�cnica de consenso Delphi.

 

La escala PEDro presenta un total de 11 �tems. El �tem 1 hace referencia a la validez externa del estudio, mientras que los �tems 2-9 hacen referencia a la validez interna, indicando los �tems 10 y 11 si la informaci�n estad�stica aportada por los autores permite interpretar los resultados de forma adecuada. Todos los �tems de esta lista est�n dicotomizados como �si�, �no� o �no informa�. Cada �tem contestado como �si� suma un punto, mientras que los �tems contestados como �no� o �no informa�, no reciben puntuaci�n alguna.

 

El primer �tem de la escala PEDro no fue tenido en cuenta en esta revisi�n, ya que estaba relacionado con la evaluaci�n de la validez externa de los estudios. Por lo tanto, solo los �tems del 2 al 11 fueron seleccionados para el an�lisis de la calidad metodol�gica. Por ello, la m�xima puntuaci�n de un art�culo no ser� superior a los 10 puntos, pudiendo ser la m�nima de 0 puntos.

 

Aunque la escala PEDro es com�nmente utilizada para evaluar la calidad metodol�gica de los dise�os controlados aleatorizados, en esta revisi�n sistem�tica tambi�n fue utilizada para puntuar la calidad de los estudios con dise�o de grupo �nico pre-test/post-test y permitir con ello, la comparaci�n metodol�gica entre ambos dise�os.

 

 

Tabla 2. Escala �Physiotherapy Evidence Database (PEDro)� para analizar la calidad metodol�gica de los estudios cl�nicos.

Criterios

Si

No

1.     Criterios de elegibilidad fueron especificados (no se cuenta para el total)

1

0

2.     Sujetos fueron ubicados aleatoriamente en grupos

1

0

3.     La asignaci�n a los grupos fue encubierta

1

0

4.     Los grupos tuvieron una l�nea de base similar en el indicador de pron�stico m�s importante

1

0

5.     Hubo cegamiento para todos los grupos

1

0

6.     Hubo cegamiento para todos los terapeutas que administraron la intervenci�n

1

0

7.     Hubo cegamiento de todos los asesores que midieron al menos un resultado clave

1

0

8.     Las mediciones de al menos un resultado clave fueron obtenidas en m�s del 85% de los sujetos inicialmente ubicados en los grupos

1

0

9.     Todos los sujetos medidos en los resultados recibieron el tratamiento o condici�n de control tal como se les asign�, o sino fue este el caso, los datos de al menos uno de los resultados clave fueron analizados con intenci�n de tratar

1

0

10.  Los resultados de comparaciones estad�sticas entre grupos fueron reportados en al menos un resultado clave

1

0

11.  El estad�stico provee puntos y mediciones de variabilidad para al menos un resultado clave

1

0

 

3.    Resultados

 

3.1. Selecci�n de estudios

 

La estrategia de b�squeda y selecci�n de art�culos empleada en esta revisi�n obtuvo un total de 42 art�culos cuyos t�tulos y res�menes parec�an cumplir los criterios de inclusi�n y exclusi�n previamente establecidos por los autores. De todos los t�tulos y res�menes seleccionados como aptos (n=42), 4 de ellos tuvieron un acceso restringido y/o fue imposible su obtenci�n en formato electr�nico. As�, un total de 38 fueron conseguidos como art�culos completos en versi�n electr�nica. Sin embargo, 4 art�culos fueron desechados por presentar una pobre descripci�n de la metodolog�a empleada (n=2) as� como por emplear t�cnicas de estiramiento alejadas de la pr�ctica habitual, como �micro-stretching� (n=1) y �estiramiento miofascial� (n=1). Por lo tanto, un total de 34 art�culos fueron analizados e incluidos en esta revisi�n (figura 1). Todos los estudios analizaron el efecto cr�nico de diferentes rutinas de estiramientos para la mejora de la flexibilidad de la musculatura isquiosural.

 

 

Figura 1. Diagrama de la temporalizaci�n de la fase de selecci�n de estudios cient�ficos sobre efecto cr�nico del estiramiento sobre la flexibilidad isquiosural.

 

3.2. Dise�o

 

La tabla 3 muestra el n�mero y porcentaje de estudios que utilizan cada uno de los dise�os experimentales o cuasi-experimentales m�s habituales para evaluar la eficacia de un programa de intervenci�n. Cabe destacar el dise�o pre-test y post-test con grupo control como el m�s empleado por los diversos autores con un 48,5%, seguido por el dise�o de medidas repetidas con un 36.4% de los casos.

 

Tabla 3: Dise�os de los estudios cient�ficos seleccionados (n = 33).

Tipo de dise�o

N�mero de

estudios (n)

Porcentaje de

estudios (%)

Medidas repetidas

12

36.4%

Pre-test y post-test con grupo control

17

48.5%

Pre-test y post-test sin grupo control

5

15.1%

Sesi�n de familiarizaci�n

10

30.3%

 

 

 

3.3. Poblaci�n

 

Un total de 1886 personas fueron incluidas en los diversos estudios analizados (tabla 4). As�, 17 de los estudios utilizaron como muestras objeto de estudio a hombres y mujeres (Ayala y Sainz de Baranda, 2010, Bandy e Irion, 1994; Bandy, Irion y Briggler, 1997; Bandy, Irion y Briggler, 1998; Chan, Hong y Robinson. 2001; Cipriani, Abel, Pirrwitz, 2003; Covert, Alexandre, Petronis y Davis, 2010, Davis, Ashby, McCale, McQuain y Wine, 2005; Decoster et al., 2004; Feland, Myrer, Schulthies, Fellingham y Meason, 2001; Halbertsma y Goeken, 1994; Meroni et al., 2010; Oduanaiya, Hamzat y Ajayi, 2005; Roberts y Wilson 1999; Russell, Decoster y Enea, 2010; Sainz de Baranda y Ayala 2010; Webright, Randolph y Perrin, 1997), 6 estudios inclu�an solo hombres (Akbari, Moodi, Moein y Nazok, 2006; Ford, Mazzone y Taylor, 2005; Laroche y Connolly, 2006; Nelson y Bandy, 2004; Voigt, Vale, Abdala, Freitas, Novaes y Dantas, 2007; Yuktasir y Kaya, 2009), 6 solo mujeres (Ayala, Sainz de Baranda y De Ste Croix, 2010; Borms et al., 1987; Gribble, Guskiewicz, Prentice y Shields,1999; Law et al., 2009; Rowlands, Marginson y Lee, 2003; Sady, Wortman y Blanke, 1982) y 5 estudios no especificaban el sexo de sus participantes (Hartig y Henderson, 1999; Marques, Vasconcelos, Cabral y Sacco, 2009; Prentice, 1983; Santonja, Sainz de Baranda, Rodr�guez, L�pez y Canteras, 2007; Worrell, Smith y Winegardner, 1994).

 

La media de edad de los participantes en los estudios seleccionados no pudo ser establecida porque ciertos estudios no informan de la edad (Marques et al., 2009; Sady, Wortman y Blanke, 1982) o simplemente proporcionan un rango de edad, sin informar de la media (Akbari et al., 2006; Borms et al., 1987; Meroni et al., 2010; Prentice, 1983).

 

Tabla 4. Caracter�sticas de la muestra de cada uno de los estudios seleccionados.

Estudio

N�mero

Sexo

(hombre, mujer)

Edad

(a�os � DS)

Nivel inicial flexibilidad*

Nivel condici�n f�sica�

Akbari et al. (2006)

50

50

0

12-14

Acortados

-

Ayala, Sainz de Baranda y De Ste Croix (2010)

18

0

18

21.3�2.5

-

Deportistas (f�tbol sala)

Ayala y Sainz de Baranda (2010)

150

106

44

21.3�2.5

Normalidad

Activos

Bandy e Irion (1994)

57

40

17

26.1�5.3

Acortados

-

Bandy, Irion y Briggler (1997)

93

61

32

26.2�5.1

Acortados

-

Bandy, Irion y Briggler (1998)

68

41

17

26.2�5.6

Acortados

-

Borms et al. (1987)

20

0

20

20-30

-

Sedentarios

Chan, Hong y Robinson (2001)

40

24

16

20�3

-

-

Cipriani, Abel, Pirrwitz (2003)

23

5

18

22.8�4.7

Acortados

-

Covert et al. (2010)

32

16

16

21.9�2.6

Acortados

-

Davis et al. (2005)

19

11

8

23.1�1.5

Acortados

-

Decoster et al. (2004)

29

7

22

25.9�6.1

Normalidad

-

Feland et al. (2001)

60

14

46

84.7�5.6

Acortados

Sedentarios

Ford, Mazzone y Taylor (2005)

35

24

11

22.7�2.4

Acortados

Activos

Gribble et al. (1999)

45

-

-

19.7�1.5

Acortados

-

Halbertsma y Goeken (1994)

18

8

10

26.5

Acortados

-

Hartig y Henderson (1999)

298

298

0

20

-

Activos

Laroche y Connolly (2006)

29

29

 

31.6�15.2

-

Activos

Law et al. (2009)

30

15

15

40�12

Acortados

-

Marques et al. (2009)

31

-

-

-

Acortados

-

Meroni et al. (2010)

50

29

21

23-44

Acortados

-

Nelson y Bandy (2004)

69

69

0

16.4 �0.9

Acortados

-

Oduanaiya, Hamzat y Ajayi (2005)

60

37

23

23.5�2.6

Acortados

-

Prentice (1983)

40

-

-

18-34

-

-

Roberts y Wilson (1999)

24

19

5

20.5�1.3

-

Activos

Rowlands, Marginson y Lee (2003)

37

0

37

20�1.3

-

-

Russell, Decoster y Enea (2010)

47

22

25

21.5�2.4

Normalidad

Activos

Sady, Wortman y Blanke (1982)

31

0

31

-

-

-

Sainz de Baranda y Ayala (2010)

173

122

51

21.3�2.5

Normalidad

Activos

Santonja et al. (2007)

62

-

-

10.3�0.5

-

Activos

Voigt et al. (2007)

59

59

0

23.8�3.6

-

-

Webright, Randolph y Perrin (1997)

40

22

18

21.4�3.5

Acortados

-

Worrell, Smith y Winegardner (1994)

19

10

9

26.2�3.3

-

Atletas

Yuktasir y Kaya (2009)

28

28

0

21.8�1.9

-

-

DS: desviaci�n est�ndar; -: no especifica; *: esta variable presenta 3 niveles: acortados, normalidad, superior a la normalidad; �: esta variable presenta 4 niveles: sedentarios, f�sicamente activos, deportista (modalidad deportiva).

 

Por otro lado, de todos los art�culos finalmente seleccionados, 16 empleaban participantes con niveles reducidos de flexibilidad isquiosural (en funci�n de los diversos valores de normalidad establecidos para cada uno de las pruebas de valoraci�n utilizadas) (Akbari et al., 2006; Bandy e Irion, 1994; Bandy, Irion y Briggler, 1997; Bandy, Irion y Briggler, 1998; Cipriani, Abel, Pirrwitz, 2003; Covert et al., 2010; Davis et al., 2005; Feland et al., 2001; Gribble et al., 1999; Halbertsma y Goeken, 1994; Law et al., 2009; Marques et al., 2009; Meroni et al., 2010; Nelson y Bandy, 2004; Oduanaiya, Hamzat y Ajayi, 2005; Webright, Randolph y Perrin, 1997), 4 empleaban participantes con valores normales de flexibilidad isquiosural (Ayala y Sainz de Baranda, 2010, Decoster et al., 2004, Russell, Decoster y Enea, 2010; Sainz de Baranda y Ayala 2010) y 14 art�culos no informaron espec�ficamente del nivel inicial de flexibilidad isquiosural de sus participantes (Ayala, Sainz de Baranda y De Ste Croix, 2010; Borms et al., 1987; Chan, Hong y Robinson. 2001; Ford, Mazzone y Taylor, 2005; Hartig y Henderson, 1999; Laroche y Connolly, 2006; Prentice, 1983; Roberts y Wilson 1999; Rowlands, Marginson y Lee, 2003; Sady, Wortman y Blanke, 1982; Santonja et al., 2007; Voigt et al., 2007; Worrell, Smith y Winegardner, 1994; Yuktasir y Kaya, 2009), no existiendo (desde nuestro conocimiento) estudios que utilicen muestras con valores de flexibilidad elevados.

 

En relaci�n al nivel de condici�n f�sica de los participantes de los art�culos analizados, 24 de ellos empleaban personas sedentarias (Borms et al., 1987; Feland et al., 2001) o no informaban espec�ficamente de la realizaci�n a nivel cuantitativo de pr�ctica regular de actividad f�sica (Akbari et al., 2006; Bandy e Irion, 1994; Bandy, Irion y Briggler, 1997; Bandy, Irion y Briggler, 1998; Chan, Hong y Robinson. 2001; Cipriani, Abel, Pirrwitz, 2003; Covert et al., 2010; Davis et al., 2005; Decoster et al., 2004; Gribble et al., 1999; Halbertsma y Goeken, 1994; Law et al., 2009; Marques et al., 2009; Meroni et al., 2010; Nelson y Bandy, 2004; Oduanaiya, Hamzat y Ajayi, 2005; Prentice, 1983; Rowlands, Marginson y Lee, 2003; Sady, Wortman y Blanke, 1982; Voigt et al., 2007; Webright, Randolph y Perrin, 1997; Yuktasir y Kaya, 2009), mientras que 8 de ellos utilizaban como muestra objeto de estudio a personas f�sicamente activas (practica regular de actividad f�sica de 2-4 d�as a la semana, un m�nimo de 45 minutos cada d�a durante al menos 3 meses) (Ayala y Sainz de Baranda, 2010; Ford, Mazzone y Taylor, 2005; Hartig y Henderson, 1999; Laroche y Connolly, 2006; Roberts y Wilson, 1999; Russell, Decoster y Enea, 2010; Santonja et al., 2007), siendo �nicamente identificados 2 estudios con deportistas de alto nivel (Ayala, Sainz de Baranda y De Ste Croix, 2010; Worrell, Smith y Winegardner, 1994).

 

3.4. Calidad metodol�gica

 

La calidad metodol�gica de los estudios analizados oscil� entre los 2 y los 8 puntos, con una media de 5.2 puntos (tabla 5). Dos art�culos (6%) obtuvieron una calificaci�n de 8 puntos, 5 art�culos (15%) obtuvieron una calificaci�n de 7 puntos, 11 art�culos (33%) obtuvieron una calificaci�n de 6 puntos y 9 art�culos (23%) obtuvieron una calificaci�n de 5 puntos. Mientras que 8 art�culos (23%) obtuvieron una calificaci�n menor de 5 puntos.

 

A pesar de la relativa heterogeneidad de los estudios analizados, un cierto n�mero de criterios de calidad fueron consistentes a trav�s de todos ellos. En la tabla 5 se puede observar que el criterio que con mayor frecuencia fue conseguido pertenece al �tem 9 �todos los sujetos medidos en los resultados recibieron el tratamiento o condici�n de control tal como se les asign�, o sino fue este el caso, los datos de al menos uno de los resultados clave fueron analizados con intenci�n de tratar� (97.1%), seguido del �tem 10 �los resultados de comparaciones estad�sticas entre grupos fueron reportados en al menos un resultado clave� (94.1%) y 11 �el estad�stico provee puntos y mediciones de variabilidad para al menos un resultado clave� (91.2%). Como aspectos negativos indicar que tan solo un estudio (Law et al., 2009) cumpli� el �tem n�mero 3 (la asignaci�n a los grupos fue encubierta), y ning�n estudio pudo cumplir el �tem 5 (hubo cegamiento para todos los grupos).

 

Tabla 5. An�lisis de la calidad metodol�gica de los estudios finalmente seleccionados (n = 34).

Estudio

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

11

Puntuaci�n

Akbari et al. (2006)

+

+

-

+

-

-

-

+

+

+

+

6

Ayala, Sainz de Baranda y De Ste Croix (2010)

+

+

-

+

-

-

+

�?

+

+

+

6

Ayala y Sainz de Baranda (2010)

+

+

-

+

-

-

+

�?

+

+

+

6

Bandy e Irion (1994)

+

+

-

+

-

-

+

+

+

+

+

7

Bandy, Irion y Briggler (1997)

+

+

-

+

-

-

-

-

+

+

+

5

Bandy, Irion y Briggler (1998)

+

+

-

+

-

-

+

+

+

+

+

7

Borms et al. (1987)

+

+

-

�?

-

-

-

-

+

-

+

3

Chan, Hong y Robinson (2001)

+

+

-

-

-

-

-

-

+

+

+

4

Cipriani, Abel, Pirrwitz (2003)

+

+

-

+

-

-

+

-

+

+

+

6

Covert et al. (2010)

+

+

-

+

-

-

+

-

+

+

+

6

Davis et al. (2005)

+

+

-

+

-

-

+

-

+

+

+

6

Decoster et al. (2004)

+

+

-

+

-

+

+

+

+

+

+

8

Feland et al. (2001)

+

+

-

+

-

+

�?

+

+

+

�?

6

Ford, Mazzone y Taylor (2005)

+

+

-

+

-

+

�?

+

+

+

+

7

Gribble et al. (1999)

+

+

-

+

-

-

-

+

+

+

+

6

Halbertsma y Goeken (1994)

+

�?

-

-

-

-

-

-

+

-

+

2

Hartig y Henderson (1999)

+

+

-

-

-

-

-

-

-

+

�?

2

Laroche y Connolly (2006)

+

+

-

+

-

-

-

-

+

+

+

5

Law et al. (2009)

+

+

+

+

-

-

�?

+

+

+

+

7

Marques et al. (2009)

+

+

-

+

-

-

-

-

+

+

+

5

Meroni et al. (2010)

+

+

-

+

-

-

�?

+

+

+

+

6

Nelson y Bandy (2004)

+

+

-

-

�?

�?

�?

+

+

+

+

5

Oduanaiya, Hamzat y Ajayi (2005)

+

+

-

+

-

-

-

-

+

+

+

5

Prentice (1983)

+

-

-

-

-

-

-

 

+

�?

+

2

Roberts y Wilson (1999)

-

+

-

+

�?

�?

-

-

+

+

+

5

Rowlands, Marginson y Lee (2003)

+

+

-

-

-

-

-

+

+

+

+

5

Russell, Decoster y Enea (2010)

+

+

-

+

-

+

+

+

+

+

+

8

Sady, Wortman y Blanke (1982)

+

-

-

�?

-

-

-

-

+

+

+

3

Sainz de Baranda y Ayala (2010)

+

+

-

+

-

-

+

-

+

+

+

6

Santonja et al. (2007)

-

+

-

�?

-

-

+

+

+

+

+

6

Voigt et al. (2007)

+

-

-

+

-

-

-

+

+

+

+

5

Webright, Randolph y Perrin (1997)

+

+

-

+

-

-

-

+

+

+

+

6

Worrell, Smith y Winegardner (1994)

+

-

-

+

-

-

-

-

+

+

+

4

Yuktasir y Kaya (2009)

-

+

-

+

-

-

+

�?

+

+

+

6

Los n�meros de las columnas corresponden con los siguientes �tems de la escala PEDro.

1.     Criterios de elegibilidad fueron especificados (no se cuenta para el total).

2.     Sujetos fueron ubicados aleatoriamente en grupos.

3.     La asignaci�n a los grupos fue encubierta.

4.     Los grupos tuvieron una l�nea de base similar en el indicador de pron�stico m�s importante.

5.     Hubo cegamiento para todos los grupos.

6.     Hubo cegamiento para todos los terapeutas que administraron la intervenci�n.

7.     Hubo cegamiento de todos los asesores que midieron al menos un resultado clave.

8.     Las mediciones de al menos un resultado clave fueron obtenidas en m�s del 85% de los sujetos inicialmente ubicados en los grupos.

9.     Todos los sujetos medidos en los resultados recibieron el tratamiento o condici�n de control tal como se les asign�, o sino fue este el caso, los datos de al menos uno de los resultados clave fueron analizados con intenci�n de tratar.

10.  Los resultados de comparaciones estad�sticas entre grupos fueron reportados en al menos un resultado clave.

11.  El estad�stico provee puntos y mediciones de variabilidad para al menos un resultado clave.

La puntuaci�n final estuvo determinada por la suma de los �tems que cumplen los criterios establecidos, con la salvedad de que el �tem n�mero 1 no se tuvo en consideraci�n.

+ indica que el �tem fue cumplido claramente, - indica que el �tem no fue cumplido, �? indica que no est� claro si el �tem fue cumplido o no, en cualquier caso no suma.

 

4.    Discusi�n

 

Es importante que los profesionales del �rea de la educaci�n f�sica, entrenamiento deportivo y medicina deportiva sepan reconocer la calidad metodolog�a de los estudios cient�ficos que llegan a sus manos, ya que esto les permitir� la selecci�n justificada de aquellos m�todos de trabajo m�s eficientes y seguros para sus pacientes, alumnos y/o deportistas. En este sentido, los estudios con una mayor calidad metodolog�a proporcionar�n una mejor evidencia cient�fica sobre que par�metros de la carga de estiramiento son m�s adecuados para la mejora de la flexibilidad.

 

Labelle et al. (1992) consideran que una puntuaci�n de al menos 7 puntos debe ser conseguida para considerar un estudio cl�nico como v�lido. Si se utiliza esta referencia, se observa como tan solo 7 estudios cient�ficos cumplen este requisito (Bandy e Irion, 1994; Bandy et al., 1998, Decoster et al., 2004; Feland et al., 2001; Ford, Mazzone y Taylor, 2005; Law et al., 2009; Russell, Decoster y Enea, 2010). Sin embargo, dada la naturaleza longitudinal de los estudios que eval�an el efecto cr�nico de programas de estiramientos, y la gran dificultad que entra�a conseguir ciertos criterios de calidad, la marca de 7 puntos podr�a ser demasiado exigente. En este sentido, es dif�cil conseguir que los sujetos sean �ciegos� en cuanto al grupo de tratamiento, adem�s de lograr que los sujetos desconozcan los distintos grupos de trabajo. Sin embargo, es necesario mejorar en la evaluaci�n ciega por parte de los exploradores, as� como el establecer la reproducibilidad del proceso de valoraci�n empleado (Decoster et al., 2005).

 

Otro aspecto relevante sobre la metodolog�a de los estudios analizados, es el hecho de que los dise�os con medidas repetidas son escasos y pr�cticamente in�ditos los dise�os longitudinales ininterrumpidos de medidas repetidas. Por ello, son necesarios estudios cient�ficos rigurosos que empleen dise�os que permitan analizar la evoluci�n de la flexibilidad durante la realizaci�n sistem�tica de los programas de estiramiento, y con ello establecer la duraci�n m�nima y m�xima de cada uno de ellos.

 

Las poblaciones m�s empleadas como objeto de estudio por los diversos autores han sido adultos j�venes con restricci�n del ROM articular y adultos j�venes con valores normales de movilidad, siendo muy escasos los estudios que emplean sujetos f�sicamente activos y/o deportistas de alto nivel (Tabla 3).

 

No se han encontrado estudios cient�ficos que realicen comparaciones directas entre sujetos con distinto grado de movilidad y/o nivel de condici�n f�sica. Por ello, resulta imposible determinar si el grado de movilidad (restricci�n, valores normales, elevados valores) y el nivel de condici�n f�sica (sedentario, f�sicamente activo, deportista de alto nivel) pueden ser variables que influyan en la eficacia de los programas de estiramiento. Este conocimiento podr�a ser de vital importancia para entrenadores, preparadores f�sicos, m�dicos del deporte y dem�s miembros del �mbito de la actividad f�sico-deportiva, ya que puede permitir modular la carga de entrenamiento en funci�n de las necesidades individuales de los deportistas.

 

Lo que s� parece claro, es que el sexo del participante no es una variable que altera la eficacia de los programas de estiramientos, tal y como han informado estudios previos (Etnyre y Lee, 1988; Meroni et al., 2010).

 

Si extendemos el an�lisis de la eficacia de los programas de estiramiento a todos aquellos estudios que emplean sujetos con cortedad o sujetos con valores normales, y no se tienen en cuenta las diferencias metodolog�as, al comparar ambas poblaciones se observa c�mo no parece existir una diferencia cuantitativa importante (tabla 6). En esta l�nea argumental, los participantes con cortedad isquiosural parecen ser ligeramente m�s receptivos a conseguir mayores incrementos en el ROM (D16.56�) que aquellos con valores normales de movilidad (D13.16�) tras la aplicaci�n de un programa sistem�tico de estiramientos. Sin embargo, dada las inherentes limitaciones metodol�gicas de esta hip�tesis, es importante considerarla con cautela.

 

Tabla 6. Estudios que emplean diferentes poblaciones (criterio: nivel de flexibilidad inicial) para cada una de las pruebas de valoraci�n de la flexibilidad de la musculatura isquiosural.

Prueba de valoraci�n

Estudios (n)

Rango de ganancias medias (grados)

Media de las ganancias del mejor grupo (grados)*

Posici�n de estiramiento

AP / adultos con cortedad

11

3.8�-23.7�

13.5�

AP / adultos sin cortedad

8

4.5�-19.2�

9.9�

EPR / adultos con cortedad

4

5.3�-35.8�

19.6�

EPR / adultos sin cortedad

10

3.0�-33.6�

16.4�

AP: prueba del �ngulo popl�teo; EPR: prueba de elevaci�n de la pierna recta; * media de los grupos con mayores ganancias en cada estudio

 

Por lo tanto, son necesarios estudios cient�ficos que comparen directamente el efecto de un programa sistem�tico de estiramientos sobre distintas muestras objeto de estudio, empleando como criterio de distinci�n: (a) el nivel inicial de flexibilidad (restricci�n, valores normales, elevados valores) y/o (b) el nivel de condici�n f�sica (sedentario, f�sicamente activo, deportista de alto nivel).

 

5.    Limitaciones y futuras l�neas de investigaci�n

 

Una de las posibles limitaciones de esta revisi�n yace en el hecho de que un solo autor realiz� la b�squeda bibliogr�fica y la categorizaci�n como aptos o no aptos de los t�tulos y res�menes de los art�culos encontrados. Otra fuente de sesgo podr�a ser el conocimiento de los autores, revistas y afiliaci�n de los art�culos analizados durante la b�squeda bibliogr�fica (Clarke & Oxman, 2001). Adem�s, la gran heterogeneidad de los estudios analizados y la calidad metodol�gica de los mismos imposibilit� la realizaci�n de un meta-an�lisis de los resultados as� como el c�lculo de la magnitud del efecto que permitiese la comparaci�n inter-art�culos. Adem�s, los resultados de esta revisi�n sistem�tica no deber�an ser extrapolados a otros grupos musculares distintos de los isquiosurales.

 

6.    Conclusiones

 

La calidad metodol�gica de los estudios analizados oscil� entre los 2 y los 8 puntos, con una media de 5.2 puntos. El an�lisis de la literatura cient�fica pone de manifiesto la necesidad de estudios cient�ficos con una mayor calidad que analicen el efecto cr�nico del estiramiento sobre la flexibilidad de la unidad m�sculo-tend�n empleando: (a) dise�os longitudinales de medidas repetidas; (b) poblaciones con distinto nivel de condici�n f�sica y flexibilidad inicial; y (c) evaluadores ciegos ajenos al estudio.

 

7.    Referencias bibliogr�ficas

 

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Rev.int.med.cienc.act.f�s.deporte- vol. 13 - n�mero 49 - ISSN: 1577-0354