CULTURA
La entrevista final

Sandra Barneda: "Me ve mucha gente, pero luego me voy sola a casa"

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Sandra Barneda: "Me ve mucha gente, pero luego me voy sola a casa"

Sandra Barneda (Barcelona, 1975) es la periodista que lleg� a Madrid para conducir informativos nacionales con 21 a�os. Es la escritora de �xito que fue finalista del Premio Planeta y acaba de publicar su quinta novela, Las olas del tiempo perdido, sobre todo aquello que so�amos ser cuando nos cre�mos inmortales y no lo �ramos. Es la antidiva que nos atiende un festivo sin poses, quejas ni maquillaje. Y es, por supuesto, la presentadora estrella que conduce, con halo de villana, La isla de las tentaciones, el reality m�s retorcido y un placer culpable para millones de espa�oles, aunque no todos lo reconozcan. �Qui�n es Sandra Barneda en realidad? "Todas esas y m�s. Romper clich�s e ir contracorriente es el sino de mi vida. Disl�xica, zurda... La tendencia social a encasillarnos nos hace mal. Lucho d�a a d�a contra los l�mites de mi propia mente y no permito que nadie me encasille desde fuera dici�ndome: 'Esto no lo puedes hacer'. �Que no puedo? Ya ver�s...", se r�e.

�Cu�nto te diviertes en ese vodevil de La isla de las tentaciones?
Yo no me hice periodista para estar al filo de la noticia, sino porque me encanta conocer las historias de la gente, las vidas de los otros. Me chifla eso. Lo disfruto porque soy disfrutona y estoy en un momento especialmente as� de mi vida. Disfruto lo mismo una cena �ntima conmigo misma, en la m�s absoluta soledad y silencio, que poni�ndome en un superplat� con millones de espectadores. Eso s�, sin cre�rtelo todo porque esa tampoco es tu realidad. Janis Joplin dec�a que en el escenario hac�a el amor con 25.000 personas, pero luego se iba sola. A m� me pasa igual: me ve mucha gente, pero luego me voy sola a casa.
�Disfrutas tambi�n de ser la mala?
No, t�o, lo paso fatal [risas]. Cuando tengo que ocultarles informaci�n y jugar con ellos, sufro. Adem�s es que se me nota todo. Es un h�ndicap que he tenido siempre, porque cuando alguien me cae mal no puedo disimularlo, y ahora me pasa en el programa: intento poner cara de p�ker y es imposible, se me convierte la cara en blandibl�, no la controlo.
�Hay un desprecio intelectual hacia el programa a pesar de su �xito o, quiz�s, debido a �l?
En este pa�s somos muy dados a juzgar lo que es masivo y he llegado a la conclusi�n de que eso es propio de mentes que necesitan vivir desde el l�mite porque ellos mismos los tienen, es la forma de protegerse de personas que tienen mucho miedo. Miedo al cambio, a que te guste algo que no esperabas, a no ser exactamente como te dicen que debes ser... Las mentes m�s avanzadas que he conocido nunca juzgan.
�Se te ha subido a la cabeza el �xito?
Pongo mi fama a dieta. La fama es una cortina de humo para tu vida privada, va directa al ego y al ego hay que controlarlo siempre porque es el gran burlador, se puede convertir en el buf�n de tu vida y a ti en buf�n con �l. La vida es mucho m�s que esto. Agradezco much�simo el cari�o de la gente y no s�lo ahora con el �xito, en la �poca de vacas flacas tambi�n me paraban por la calle a preguntarme por qu� no ten�a programa, pero me obligo a mantener los pies en el suelo. Me gusta mi barrio, mi familia, mis amigos de siempre... Y es as� como mantengo mi equilibrio y mi salud mental.
�C�mo controlas esa salud mental en una profesi�n tan vol�til y tan esclava de las audiencias diarias?
Trabaj�ndotelo mucho y haciendo terapia. Esto es muy importante en una profesi�n como esta que funciona por picos, por altos y bajos, jug�ndotelo todo en muy poco tiempo, como les pasa a los deportistas de �lite. Manejar los picos es complicado porque pasas de 200 a 0 y hay una reacci�n qu�mica corporal, tu cuerpo te pide la adrenalina que le has quitado. Una se tiene que conocer mucho y entender muy bien lo que est� pasando, especialmente cuando llega un baj�n. Y siempre llegan. Conocer qu� te va a ocurrir en esa situaci�n, qu� proceso va a seguir tu mente, es muy importante. La terapia es una ayuda fundamental en esta profesi�n. Porque cuando no te dan trabajo o un programa sale mal, te preguntas qu� pasa, c�mo es que ahora ya no me reclama nadie si soy la misma persona. Es b�sico tener la respuesta a esas preguntas para no hundirte ni rendirte.

�Has pensado en rendirte?
Es una carrera de fondo. Llevo desde los 19 a�os trabajando en televisi�n, he hecho de todo, ahora tengo 47 y aqu� sigo. La televisi�n ha sido bastante cruel conmigo, he pasado �pocas en las que recib� muchos m�s golpes que aplausos y lo pas� mal, pero me he sobrepuesto porque soy una currante y he tenido siempre un plan B y un plan C. He visto a mucha gente caer y perderse, no iba a permitir que me pasara lo mismo. Cuando llegu� a Antena 3 con 21 a�os, cen� con un compa�ero que era la hostia en ese momento y se me puso a llorar. Me dijo: "Que no te pase como a m�, en este mundo me siento muy solo y muy infeliz". Yo aspiraba a lograr todo lo que �l era y all� estaba cont�ndome que era desgraciado. Eso se me tatu� en la piel. Est� muy bien el �xito y creerse el oasis en el desierto, pero las bajadas siempre llegan y son duras. Muy duras. Ah� es cuando hay que sostenerse.
Ahora en la cima, �te sientes sola?
S�, la soledad del presentador es muy real. No creo que seamos los responsables de que un programa triunfe o sea un desastre, sumas o restas pero no lo defines; sin embargo, eres el rostro y a mucha gente le conviene que cuando algo va muy mal se justifique con que t� ya no funcionas. Eso genera una gran soledad porque no hay nadie en todo el equipo que est� en el puesto que est�s t� y con esa carga. Y los que critican lo hacen siempre por la espalda, pero los aduladores, que cuando est�s arriba todo te lo elogian, tampoco son de fiar. Da v�rtigo y hay d�as que siento una soledad enorme. La �nica manera de sobrellevarla es estando bien contigo misma y repetirte cada d�a que no eres como te dice tu �ltimo programa, que eres mucho m�s.
Las olas del tiempo perdido es una novela tremendamente nost�lgica. �Habemus crisis de la mediana edad?
No s� ni si llamarle crisis o es que ya soy as� [risas]. Pas� la crisis de los 30, la de los 40, ahora la de los cuarenta y tantos... Estoy en un momento muy existencialista, como cuando ten�a 15 y descubr� a Hermann Hesse, muy intensita [risas]. No es nostalgia, simplemente he decidido valorar conscientemente las cosas que me sostienen en la vida y una de ellas es la amistad. La novela es un homenaje a mis amigos de siempre porque, hablando de la soledad, ellos son el gran ant�doto. La soledad es el mal end�mico de esta sociedad y es transgeneracional. Llama a tus amigos, vete a cenar, brinda... Estoy en ese momento.
�Idealizas la juventud?
No, la valoro en su justa medida, pero al ir escribiendo, casi sin darme cuenta, fui recordando muchas cosas que a lo mejor hab�a borrado. Tambi�n lo jodido. El primer amor, qu� mal lo pas�, lo cabr�n que era y no lo ve�a... Ten�a que pasar por ah�, recordar la primera flecha de las muchas que me clavaron en el coraz�n. Hay que ver las cosas que llegamos a hacer por amor y las que llegamos a hacer porque no nos queremos lo suficiente. Al final, todo eso es lo que somos.
Hablemos de la infidelidad y el morbo que suscita, que es la clave del �xito de La isla de las tentaciones. Me parece un problema muy sobrevalorado, mata muchas m�s relaciones la monoton�a.
Exacto, peor es la rutina, que no es otra cosa que no atreverte a afrontar tus propios miedos. Todos tenemos la necesidad de hablar de lo que ocurre dentro de nuestra pareja y el �xito de La isla de las tentaciones demuestra que no nos atrevemos a hacerlo. Gracias al programa, medio en broma medio en serio, te lanzas a comentarlo, a tirar del hilo, a ir soltando cosas. Compartimos poco el l�o que tenemos todos con el mundo de la pareja, que es muy gordo. Y nosotros m�s, porque somos de una generaci�n a la que nos han enga�ado. Nos educaron prepar�ndonos para un mundo y un tipo de parejas que, cuando llegamos a la edad de utilizar lo aprendido, ya no exist�an. Cambi� tanto el mundo de las relaciones de repente que ahora estamos desubicados. Totalmente perdidos.
�Te molesta el inter�s que despiertan tu vida sentimental?
S� en qu� mundo vivo. No le doy la espalda, no me gusta, pero forma parte del negocio de conseguir clics en internet. No me preocupa especialmente porque es algo que se queda en el mundo digital; cuando salgo a la calle, lo primero por lo que me pregunta la gente no es si tengo o no pareja. Y esa es la realidad que me importa.
Tengo la sensaci�n de que se da un trato medi�tico distinto a tus relaciones por ser con mujeres.
La verdad es que he preferido no ponerme a analizarlo porque me he propuesto intentar avanzar. Si hablo de si hay diferencias, favorezco a aquellos que las hacen. Entonces, he decidido ir a la m�a. Aunque sea criticada, voy a hablar de lo que me importa, de las cosas que nos unen, porque con esto pasa como con la pol�tica: si nos ponemos a hablar de la diferencia, no hacemos pol�tica, s�lo peleamos. No voy a dar ni un argumento a los que a�n hacen diferencias en funci�n de tu vida sexual. El mundo est� cambiando y es maravilloso que cada vez haya m�s gente que pueda y se atreva a vivir libremente su sexualidad sin ser juzgada por ello. �Qu� hay mucho trabajo por hacer? Por supuesto, pero no voy a alimentar las mentes limitantes.
Pero estamos a una semana de jugar un Mundial en Qatar, donde la homosexualidad es delito, y todos silbamos.
El mundo del f�tbol es un business y eso no va a detenerlo nadie, igual que giramos la cabeza con las empresas, el medio ambiente y la sostenibilidad. La NASA ya puede cargar un coche el�ctrico en una hora, �por qu� eso no est� en la calle? Lo econ�mico prima sobre lo colectivo y eso no va a cambiar. Es tonter�a se�alar a Qatar si no miramos las cosas que todav�a estamos haciendo mal aqu� con respecto al mundo LGTBI. Es desviar la atenci�n y la narrativa. Ya sabemos que el f�tbol es un business, asum�moslo, pero �por qu� estamos todav�a aqu� tan en pa�ales en cuestiones que s� podemos solucionar? Yo quiero centrarme en eso.
La novela habla de reinventarse. �Te queda alguna Sandra Barneda por sacar?
�Claro! �A�n estamos j�venes, joder! [risas]. Lo del reloj de oro por llevar muchos a�os en una empresa hace tiempo que se ha acabado, a nosotros ya no nos pilla, as� que hay que ser una mujer del renacimiento. Hacer muchas cosas y lograr apasionarte por ellas tengas la edad que tengas. La capacidad de reinventarse es necesaria hoy en d�a. En el trabajo, en el amor, en todo. Somos lo que nos d� la gana ser y hay que ponerlo en pr�ctica. La vida es curiosidad y disfrute, pienso seguir reinvent�ndome y redescubri�ndome hasta que me muera.

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