El cementerio José María Azael Franco (+), de Tulcán, es el primer atractivo turístico que muestra el Ecuador al mundo, en la frontera norte, pues está ubicado a 10 kilómetros del puente internacional de Rumichaca y a 146 km de Quito.
Los visitantes quedan maravillados al ver cómo más de 400 arbustos de ciprés con el tiempo fueron transformados manualmente por dos generaciones de autodidactas en verdaderas obras de arte.
Azael Franco, creativo de este escenario natural, en 1936, decidió iniciar los primeros trabajos de poda que transformaron y dieron forma a estos frondosos árboles, convirtiendo el camposanto en un santuario vegetal-cultural.
Publicidad
Único en el mundo por su belleza paisajística, arquitectónica y artística, es considerado el sitio más visitado en Carchi. Franco perfeccionó su técnica bajo la orientación científica del agrónomo y astrónomo Félix Tamayo Galárraga.
Con sus tijeras dio vida a una serie de arcos de medio punto, cariátides, ollas, figuras monolíticas, cuencos, compoteras, vasijas, cántaros, botijuelas, que son parte de la identidad de los antepasados.
En las esculturas refleja parte de la naturaleza del pueblo Pasto, Quillasinga y otras culturas del Ecuador. En estos cuadrantes están moldeadas también efigies de la cultura egipcia, hebrea y romana.
Publicidad
Francisco Franco Carranco, hijo del autor de la escultura en verde –como es conocida esta obra gigante– y autor de un libro sobre este patrimonio de la humanidad, señala que en estos trabajos interactúan la vida y la muerte del hombre.
El 28 de mayo de 1984, el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural declaró como bien perteneciente al patrimonio cultural del Estado a las gigantes esculturas en verde del cementerio de Tulcán.
Publicidad
Mientras, el 23 de agosto del mismo año, la Dirección Nacional de Turismo declaró a los jardines interiores de este recinto nativo arbóreo cipariso como sitio natural de interés nacional.
Detalles
El cementerio
Administrado por Cabildo
Publicidad
En el 2005 el Municipio de Tulcán, administrador de este espacio, resolvió –a través de ordenanza– bautizarlo con el nombre de José Azael Franco, rindiendo tributo al creador de este ícono turístico.
Obras
Una figura puede consolidarse en 10 o 12 años, cada poda se hace 4 veces al año. (I)