Observa la geometría perfecta de la cúpula, con un diámetro de 43,44 metros, igual que la altura del Panteón, que podría albergar una esfera perfecta en su interior. Observa su óculo, que permite que la trayectoria del sol ilumine el interior y atraviese el edificio como un reloj de sol, de forma diferente cada día del año.
Déjate conocer por el papa Bonifacio IV, que el 13 de mayo de 609 d.C. convirtió el templo en basílica y lo consagró a Santa María y a todos los mártires, protegiéndolo así del saqueo y asegurando su conservación intacta.
Recorre el pórtico, con extraordinarias columnas talladas en un solo bloque de granito rosa, traído aquí desde el lejano Egipto.
Conoce a Rafael Sanzio di Urbino, pintor, arquitecto y literato... talentoso, bello, de modales refinados, al parecer querido por todos. Descubre por qué eligió este lugar para su entierro, seguido de otros artistas amantes de la arquitectura clásica, que encontraron en el Panteón un ejemplo de majestuosa perfección y eligieron esta Basílica como lugar de descanso eterno. La reina Margarita de Saboya, que descansa con su rey, Humberto I, y con el primer rey de Italia, su suegro Vittorio Emanuele II de Saboya, en este templo que Stendhal definió como "el más bello vestigio de la antigüedad romana". Un templo que ha sufrido tan poco y que se nos presenta tal y como debieron de verlo los romanos en su época.
Averigua si el agujero del centro de la cúpula está abierto o cerrado y si llueve dentro del Panteón. Imagina el encanto de la lluvia de pétalos de rosa roja que, una vez al año, en Pentecostés, descienden del óculo para recordar el descenso del Espíritu Santo sobre la Virgen y los apóstoles.
Por último, mira hacia arriba; no te limites a contemplar las piedras, las estatuas, los mármoles, la cúpula monumental, los enigmas de la luz y el espacio con los ojos de un visitante: el Panteón es una iglesia, obsérvalo con otros ojos. Monseñor Micheletti, arcipreste rector del Panteón de Roma, te lo recordará.