Dev Patel se hizo famoso pasándola mal. Muy mal. En la oscarizada ¿Quién quiere ser millonario? (2008), fue un humilde adolescente vilipendiando por la vida ante una oportunidad en el programa de juegos del título. Ocho años después, en Un camino a casa (2016) le tocó ser un joven en busca de su familia, de la que se había separado luego de haberse perdido de su madre a los cinco años. Ahora, y otra vez con un interludio de ocho años, se pone en la piel de un luchador que también perdió a su madre en una situación traumática y al que se le presenta ante sus ojos la posibilidad de concretar una venganza.

El debut en la realización de largometrajes del británico de origen indio –que también produjo y coescribió– está muy lejos de lo que sus mayormente amables trabajos como actor invitaba a presuponer. Monkey Man: el despertar de la bestia es una muy violenta y estilizada película de acción, pródiga en ambientes del submundo iluminados con neón y con varios villanos que parecen sacados de una de James Bond, que transcurre en medio de contexto de agitación social y religiosa.

Patel tiene muy claro con qué tipo de cine dialoga la mayor parte de su ópera prima, con sus escenas de acción brutales, sangrientas y en las que cualquier objeto es falible de utilizarse como arma. En los primeros minutos, luego de presentar a Kid (el propio Patel), quien usa una máscara de gorila, ganándose la vida dejándose trompear en una velada de boxeo clandestino, va a comprar un arma ilegal. Pide algo pequeño y cómodo, acorde al bajo perfil de su plan de insertarse en las élites locales para concretar su faena, a lo que el vendedor responde: “Me acaba de llegar esta, es igual a la que usa John Wick”.

Como en la saga que revivió la carrera de Keanu Reeves, Kid tiene un motivo muy concreto para odiar a todos: siendo muy chico, vio cómo una pandilla arrasó con la aldea donde vivía con su madre, quien murió quemada. Kid todavía lleva las huellas de aquella noche en la piel, las mismas que cataloga como su “currículum” cuando tiene la oportunidad de pedirle trabajo a la mujer que maneja los destinos del club nocturno donde suelen encontrarse a quienes tiene en la mira.

Con una subtrama espiritual en la Patel traza apuntes innecesarios sociales sobre la situación india, Monkey Man narrará el derrotero de Kid hacia su objetivo final, enfrentándolo con “rivales” cada vez más difíciles. Aquel chico dispuesto a todo con tal de enamorar a su amiga de la infancia en ¿Quién quiere ser millonario? muestra aquí su lado más salvaje. Bienvenido sea.



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