¿Un cementerio de héroes?
20 de mayo de 2024 | Actualizado 6:09
Aeronaves del Museo de Aeronáutica y Astronáutica | E.M.

¿Un cementerio de héroes?

Los aviones que conforman el Museo de Aeronáutica y Astronáutica del Ejército del Aire han llegado a él con operativas logísticas complejas

Cazas que participaron en la guerra de Vietnam, el avión que recogió a los Reyes Eméritos en Grecia tras su boda, helicópteros que apagaron incendios, aviones que cruzaron el mar, avionetas de acrobacias y aeronaves que lanzan paracaidistas en zonas de conflicto… Estructuras de metal, pesadas, descoloridas y fuera de uso que guardan grandes historias entre sus chapas, ahora descansan en un gran prado verde de más de 69.000 metros cuadrados. El Museo de Aeronáutica y Astronáutica del Ejército del Aire no es un cementerio de viejas glorias, sino siete hangares repletos de historia que han necesitado de una logística muy especial para llevar hasta allí a sus 168 residentes. 

Hay que remontarse a 1948 para iniciar este viaje en el tiempo. Fue en ese año, tras la creación del Ejército el Aire, cuando se planteó la idea de contar con un museo que mostrase la evolución de la historia aeronáutica española. “El primer proyecto incluía la instalación del precedente del actual museo en los bajos del edificio del Cuartel General del Ejército del Aire en Moncloa (Madrid), aunque el Museo de Aeronáutica y Astronáutica se crea por Decreto en 1966, dependiente del por entonces ministerio del Aire”, explica el coronel y director del museo Félix Manjón. En 1975, se trasladó a la base de Cuatro Vientos (Madrid) debido a su simbolismo como cuna de la aviación militar española, abriéndose al público en 1981. Pero, ¿cómo llegan hasta allí las aeronaves? Algunas son tan grandes que han realizado vuelos internacionales y otras tienen tantos años de aventuras sobre su estructura que han colgado las alas, ¿cuál ha sido la logística necesaria para ocupar un puesto en Cuatro Vientos?

Passador

Historia del Museo de Aeronáutica y Astronáutica

Fuente: Museo del Aire y del Espacio

Algunos residentes del museo

Todos llevan la Cruz de San Andrés o de Borgoña

La cruz de San Andrés, que aparece pintada en la cola de todas las aeronaves del Ejército del Aire, representa el martirio al que fue sometido el apóstol y es el más trascendental símbolo de la vexilología militar española. El origen de su uso en España se remonta a la época del matrimonio de Juana de Castilla con Felipe el Hermoso, momento en que la primogénita de los Reyes Católicos vinculó a su propio escudo el aspa de Borgoña, región de la que San Andrés es patrón, como homenaje a su marido / E.M.
Todos llevan la Cruz de San Andrés o de Borgoña
La cruz de San Andrés, que aparece pintada en la cola de todas las aeronaves del Ejército del Aire, representa el martirio al que fue sometido el apóstol y es el más trascendental símbolo de la vexilología militar española. El origen de su uso en España se remonta a la época del matrimonio de Juana de Castilla con Felipe el Hermoso, momento en que la primogénita de los Reyes Católicos vinculó a su propio escudo el aspa de Borgoña, región de la que San Andrés es patrón, como homenaje a su marido / E.M.

En primer lugar, depende del tipo de la aeronave. En este museo cuentan con tres aeronaves teledirigidas, 122 aeronaves de ala fija, 27 de ala giratoria y 16 planeadores de variopinta procedencia y tipología: de caza y de combate, de transporte, de emergencias o de acrobacias. Por ejemplo, la aeronave destinada al transporte de mercancías, materiales y/o pasajeros militares Hércules llegó volando hasta Cuatro Vientos. Esta aeronave militar cuenta con una carga útil de 20.000 kilos y puede transportar 23 vehículos Humvee o un Blindado M113 en sus entrañas. Además, posee una envergadura de 40,41 metros, una longitud de 29,78 metros y una altura de 11,66 metros.

Por su parte, el helicóptero Bolkow fue transportado sin desmontar por carretera en un camión tipo góndola y el avión Boeing 707 necesitó el desmontaje de algunas piezas que viajaron con él. “El Boeing 707 en particular necesitó de una logística especial debido a sus dimensiones, viajó por tierra desde Getafe hasta Cuatro Vientos porque el espacio del museo no era suficiente para que llegara en vuelo. Se trasladó por la noche, hubo que arrastrarlo y eso implicó montar y desmontar señales de tráfico y semáforos para que pudiera circular. Este tipo de aeronaves son las más difíciles de mover logísticamente hablando por su gran peso y tamaño”, subraya el coronel Félix Manjón.  

En cualquier caso, las aeronaves llegan en vuelo o por tierra, dependiendo de las condiciones de la misma y de las necesidades de aterrizaje que tienen. Los aviones en vuelo llegan hasta la pista de aterrizaje de la Base Aérea Militar de Cuatro Vientos, donde se encuentra el museo. Por su parte, del transporte de las aeronaves que viajan por tierra no se encarga el museo, sino otra unidad del Ejército del Aire, el Grupo de Automóviles.

En esta línea, si la aeronave está desmontada, se puede transportar en vehículos industriales pesados de distinto tipo. En cambio, si no lo está, se utilizan camiones tipo góndola. En los casos en los que las aeronaves han llegado desmontadas, se procede a su montaje en el museo por parte del departamento encargado de estas tareas, la sección de exposiciones permanente y temporal. “Son trasladadas hasta el museo gracias a la colaboración de otras entidades del Ejército del Aire dedicadas al transporte de aeronaves. La mayoría estaban en uso previamente a su traslado, pero algunas de ellas llevaban tiempo almacenadas”, apostilla el director del museo. Suelen proceder de maestranzas o de otras unidades militares en las que han estado operativas como, por ejemplo, Getafe, Albacete, Zaragoza o Tablada.

Aviones y helicópteros

El dibujo circular, similar a una diana es la escarapela, un emblema aeronáutico militar que se utiliza en las distintas fuerzas aéreas como distintivo para indicar nacionalidad en los aviones o aeronaves que, debido a la velocidad que alcanzan, no pueden enarbolar banderas en su forma tradicional / E.M.
El dibujo circular, similar a una diana es la escarapela, un emblema aeronáutico militar que se utiliza en las distintas fuerzas aéreas como distintivo para indicar nacionalidad en los aviones o aeronaves que, debido a la velocidad que alcanzan, no pueden enarbolar banderas en su forma tradicional / E.M.

Respecto a las dificultades más frecuentes en el transporte de las aeronaves, el coronel Félix Manjón destaca que están relacionadas con las infraestructuras de los lugares por los que circulan los vehículos: “Dependiendo de su tamaño no pueden acceder a algunas vías o espacios y hay que desmontar estructuras como pasó con el Boeing 707”. En ocasiones, también ha habido dificultades por la necesidad de espacio necesario para la descarga. “Se han dado casos de necesitarse elementos externos como una carretilla elevadora para salvar la distancia entre los camiones y el lugar de montaje, ya que no era posible que los camiones llegasen hasta el lugar concreto”, sostiene el coronel Manjón.

Estas complicaciones también surgen cuando se trata del transporte de aeronaves a lugares fuera del museo, ya que también realizan exposiciones itinerantes y “hay que llevar a cabo operativos en coordinación con otros cuerpos de seguridad como la policía o el ayuntamiento”. A este respecto, el director del museo explica que, en muchas ocasiones, las exposiciones se realizan en las plazas de los pueblos que suelen tener aparcamientos subterráneos y “no aguantan el peso de la aeronave y el camión que la transporta, por lo que es necesario conocer previamente la estructura del espacio para saber cómo actuar”.

Algunas de las aeronaves también parten del museo para realizar exposiciones itinerantes

En esta línea, ejemplifica que para trasladar las aeronaves Texan T6 de 1.886 kilos y la aeronave Saeta de 3.000 kilos se transportaron por piezas, que viajaron junto a su aeronave. “El transporte requirió de una góndola con cabeza tractora de 16 metros y 15.700 kilos de peso, se usaron dos por avión, además fue necesario un vehículo grúa con pluma de 24.140 kilos de peso, posteriormente se procedió al montaje en el espacio destinado para la exposición itinerante”, recuerda. 

Entre cazas y aviones de combate

Por tanto, estos héroes de metal que han sido “jubilados” o donados por haber cumplido con su servicio en otras instituciones públicas y privadas, como por ejemplo la Guardia Civil, la Dirección General de Tráfico, o Iberia, han sido arrastrados, transportados en camiones tipo góndola, desmontados y montados o han realizado su último vuelo para, al fin, descansar y mostrar al público un pedazo de historia. Ejemplo de ello es el avión más antiguo que se conserva en España y ejemplar único en el mundo, el Vilanova Acedo, de 1913, transformado de un Blériot Ble-XI, o el Phantom II que participó en la guerra de Vietnam o la Mentor T-34 en la que tuvo al rey Felipe VI su primer vuelo de suelta como piloto militar el 2 de octubre de 1987 en la Academia General del Aire de San Javier.

También aeronaves que volaron en misiones humanitarias en los años 70 para evacuar el Sahara como el Skymaster o participantes en el conflicto de la antigua Yugoslavia como el Aviocar con una carga útil de 2.100 kilos. Estructuras de metal, pesadas, descoloridas y fuera de uso que guardan grandes historias y ahora descansan en un gran prado verde del Museo de Aeronáutica y Astronáutica del Ejército del Aire. ¿Un cementerio de héroes? No, un pedazo de historia.