Isabel de Farnesio
1718 - 1722. Óleo sobre lienzo, 82 x 62 cmNo expuesto
Esta obra, junto con el retrato compañero de Felipe V (P7603), responde al deseo de la familia real española de poseer efigies adecuadas a su función al frente del Estado, con un carácter solemne y oficial pero al tiempo próximo y directo. A tal efecto, el pintor renuncia a los espacios palaciegos, propios del mundo cortesano, para centrarse en las facciones de los monarcas y algunos de los elementos de tipo simbólico que les rodean habitualmente, insignias en el caso del rey, así como parte de una armadura, y atuendo lujoso y joyas en lo que concierne a la reina. Ambos se inscriben en óvalos moldurados en trampantojo con fondo neutro oscuro, sobre el que resaltan con especial fuerza, lo que produce una sensación de volumen que acentúa la verosimilitud ante los ojos del espectador. Imágenes como éstas fueron frecuentes y se destinaron a ser enviadas a instituciones civiles y militares, dentro y fuera de la metrópoli, en aras de transmitir las facciones de los soberanos por todo el conjunto de territorios que configuraban el vastísimo imperio español; también se remitieron a parientes o personalidades vinculadas a la monarquía, e incluso a las distintas cortes europeas, dentro de los contactos diplomáticos que se mantenían con diferentes países. La efigie de la reina Isabel de Farnesio (1692-1766) está conseguida con menor acierto que la de Felipe V, en la medida en que resulta más convencional, poco penetrante y quizás algo rejuvenecida respecto de la edad que contaba en el momento del retrato. Despliega una elegante indumentaria cortesana, con profusión de joyas, pintadas con exquisito acabado -destacando la miniatura de su regio esposo al pecho- y se envuelve en un manto de armiño. Ostenta una alta peluca con un broche, del que destaca una gran perla pinjante en forma de pera (¿la Peregrina)?, que sujeta una lazada que prosigue en una graciosa cinta rosa cayendo desde la cabeza y caracoleando sobre los hombros. En todos los restantes conceptos se asocia al retrato de Felipe V, y el análisis estético y técnico resulta similar para ambas obras, ejecutadas de modo que sugieran la idea de que son compañeras (Texto extractado de Luna, J. J., El retrato español en el Prado. Del Greco a Goya, Museo Nacional del Prado, 2006, pp. 140-141).