El impactante experimento del bebé Albert

El experimento del bebé Albert

Verificado Redactado por Maria Gabriela Canelon el 27 noviembre 2020. Artículo revisado, actualizado y verificado por nuestro equipo de psicólogos el 18 mayo 2023.
El experimento del bebé Albert: ¿Es posible implantar el miedo a través del condicionamiento? Un proyecto científico de John Watson en 1919.

En 1919, el psicólogo de orientación conductista John Watson decidió iniciar un proyecto científico para saber si era posible implantar el miedo a través del condicionamiento. Para esto, tomó como sujeto de experimentación a un bebé de 9 meses conocido como “El pequeño Albert”.  Así, el bebé fue sometido a estímulos aversivos, como ruidos fuertes, mientras tenía contacto con animales peludos. Por tanto, fue condicionado de manera experimental a tener temor a ciertos animales. Posteriormente, este miedo se generalizó a otros elementos peludos como la barba de Santa Claus o un abrigo de piel. Y, lamentablemente, Watson nunca se interesó por deshacer el miedo generado.

Conductismo y condicionamiento

El conductismo es una corriente de la psicología desarrollada a principios del siglo XX en Estados Unidos. Este modelo psicológico se enmarca dentro de una perspectiva positivista de la ciencia, según la que solo tendría validez lo que es posible de medir y verificar. Los sentimientos, emociones y pensamientos son imposibles de observar y difíciles de cuantificar, por eso, el conductismo se basa en la idea de centrarse en la conducta como objeto de estudio. De acuerdo con las ideas conductistas, la psicología debería ser una ciencia que permita predecir y controlar la conducta. Para lograrlo, diversos autores conductistas se encargaron de desarrollar técnicas y herramientas que permitan moldear el comportamiento. Entre ellas, nos encontramos con el condicionamiento.

El condicionamiento se trata de un tipo de aprendizaje que implica la asociación de dos estímulos y genera algún efecto en la conducta. El fisiólogo Iván Pavlov inició una serie de experimentos en los que condicionaba a un grupo de perros a sentir hambre. Su método se basó en hacer sonar una campana cada vez que a los perros se les proporcionaba el alimento. Finalmente, los perros terminaban salivando solo con el sonar de la campana, lo cual era una señal de hambre. Como conclusión, se había logrado asociar el estímulo de la campana con la sensación de hambre, sin necesidad de que el alimento estuviera presente.

El experimento del pequeño Albert

Tomando como antecedente el importante descubrimiento de Pavlov, el psicólogo conductista John Watson decidió hacer su propio estudio sobre el condicionamiento. Así, en 1919 tomó como sujeto a un niño de 9 meses llamado Albert con el objetivo de ver si era posible condicionarlo a sentir miedo. Escoge un bebé con el fin de tener una “tabula rasa” en la cual experimentar, consideraba que tendría que tratarse de un sujeto que no hubiese tenido muchos estímulos.  Además, Albert era de un niño tranquilo y sereno que apenas lloraba, por lo que parecía ser un candidato perfecto para este experimento.

Aprendizaje vicario y sus 4 factores

La idea de Watson era aplicar un ruido fuerte mientras  presentaba un animal peludo al bebé para hacer que el animal le generase miedo. El experimento se realizaría con una rata blanca que, inicialmente, no generaría ningún temor. Pero,  cuando Albert intentaba acercarse a ella para acariciarla, Watson golpea fuertemente una vara de metal. Esta situación hacía que el niño llorara y sintiera ansiedad, por lo que al presentarse nuevamente a la rata, sentía miedo sin necesidad de escuchar el ruido. Al poco tiempo, el bebé desarrolla un fuerte temor a Santa Claus y a chaquetas de piel, ya que el miedo fue generalizado a cualquier estímulo peludo.

La ética en la experimentación científica

El experimento del pequeño Albert cumplió su cometido, es decir, probó que era posible condicionar a un sujeto a sentir miedo. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que en la época actual este experimento no podría repetirse, ya que sería considerado un crimen. En primer lugar, un pequeño fue afectado física y psicológicamente, se le implantaron temores y ansiedades que al final no se retiraron. Desde la ética de la comunidad científica, no es correcto realizar experimentos que puedan afectar negativamente al  sujeto de estudio.

Por otra parte, este experimento tiene baja validez externa y sus resultados no se pueden generalizar a otras personas. El estudio de Watson fue realizado en un solo sujeto, haciendo difícil probar que estos resultados puedan ser iguales en otra persona. Por si fuera poco, Albert había sido criado en un ambiente hospitalario desde su nacimiento ya que el personal que lo cuidaba nunca lo había visto exteriorizar miedo o rabia. Por ende, sería considerado un individuo inusual, habría que repetir el mismo procedimiento en varios sujetos para comprobar su efectividad.

Años después de este experimento, se reveló que el verdadero nombre de el pequeño Albert era Douglas Merritte. Este niño tuvo un destino bastante trágico, ya que falleció el 10 de mayo de 1925, a la edad de seis años, ya que sufría de hidrocefalia. En 2012, Beck y Alan J. Fridlund expusieron que Watson conocía muy bien la condición de salud del pequeño, pero hizo grandes esfuerzos en ocultarlo. Todo esto, para que su experimento tuviese validez en su momento para la comunidad científica.

Watson y el Condicionamiento Clásico

Referencias

  • Arosemena, R. (2016). Aprendizaje por condicionamiento: de Pavlov a Albert B. 
  • Público. (2021). El cruel experimento del pequeño Albert. 
  • Vergara, C. (2020). John Watson y los límites de la investigación en psicología. Actualidad en Psicología.
Maria Gabriela Canelon Psicologa

Licenciada en Psicología mención Clínica (Universidad Arturo Michelena), psicoterapeuta de enfoque psicodinámico y voluntaria en acompañamiento psicológico a personas LGBTIQ+ (Asociación civil por Todes).