Alex Lowe fue uno de los alpinistas estadounidenses más destacados de finales de los años noventa. Su trayectoria incluye ascensiones notables desde América del Norte hasta el Himalaya, pasando por los Andes, los Alpes, el Pamir o la Antártida. De hecho, en 1995 fue galardonado por el American Alpine Club con el Underhill Award, el máximo honor alpinístico del país. Tras su muerte, la revista Outside lo calificó como «el mejor alpinista del mundo».
En otoño de 1999, partió junto con su inseparable Conrad Anker en una expedición que pretendía el primer descenso americano en esquís del Shisha Pangma, por la cara sur. El 5 de octubre, Alex Lowe, Conrad Anker y David Bridges fueron barridos por una enorme avalancha de 150 metros de ancho provocada por la caída de un gran serac unos 1.800 metros más arriba. Conrad Anker salió milagrosamente vivo con varias heridas; de Alex Lowe y David Bridges, nunca más se supo.
Con dos costillas rotas y heridas en la cara, Conrad Anker lideró la infructuosa búsqueda durante dos días, junto a otros compañeros de la expedición. Según sus recuerdos, él había salido corriendo de la avalancha hacia la izquierda, mientras Alex Lowe y David Bridges lo habían hecho hacia abajo y ligeramente a la derecha… o quizás se habían refugiado en una grieta.
Una historia de película que se cierra ahora
Después del trágico accidente, Conrad Anker comenzó a ayudar a Jenni, la viuda de Alex Lowe, a criar a sus tres hijos. Un par de años más tarde, en 2001, se casaron. Jennifer Lowe-Anker firmó en 2008 unas memorias tituladas Forget me not en las que recuerda la vida que compartió con Alex Lowe, su muerte y cómo reanudó su vida al lado de Conrad Anker. El libro recibió incluso algún premio literario. También Anker lo contaba en el famoso documental Meru.
Sin embargo, al guión le faltaba un capítulo que se ha escrito la semana pasada. Casi 17 años más tarde, el pasado 27 de abril, la historia se cierra con la localización de los cuerpos de los dos desaparecidos, encastados en un bloque de hielo azul que ha empezado a emerger del glaciar de la vertiente sur del Shisha Pangma. Los responsables de encontrar los cuerpos han sido Ueli Steck y David Göttler, quienes esta primavera se hallan en la cara sur del Shisha Pangma con el objetivo de ascender una nueva ruta.
La llamada de la Máquina Suiza a Conrad Anker sorprendía a la pareja en Nepal, donde trabajan a menudo en proyectos de la Fundación Alex Lowe. «Resulta de alguna manera apropiado que sean alpinistas profesionales quienes lo hayan encontrado», señalaba Conrad Anker a la revista Outside, «no fue un pastor de yaks; no fue un senderista; David y Ueli están cortados por el mismo patrón que Alex y yo». Por su parte, Jennifer Anker-Lowe reconocía que «nunca me hice a la idea de la velocidad a la que se derritiría… pensé que quizás no sería en mi vida».
Conrad Anker y Jennifer Anker-Lowe planean regresar a Tibet en verano junto con sus tres hijos para recuperar el cuerpo de Alex Lowe y darle sepultura según las tradiciones locales.