‘Ebenezer Scrooge’, la historia del personaje de ‘Un cuento de Navidad’

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La historia del verdadero Ebenezer Scrooge, del clásico 'Un cuento de Navidad'

Disney realizó una adaptación cinematográfica de la obra. La tituló 'Los fantasmas de Scrooge'.

Disney realizó una adaptación cinematográfica de la obra. La tituló 'Los fantasmas de Scrooge'.

Foto:Disney

Un epitafio malinterpretado y un parlamentario tacaño podrían ser fuentes de inspiración de Dickens.

Charles Dickens no inventó la Navidad, pero sí creó, tal vez, uno de los personajes más famosos, icónicos y simbólicos de esta festividad, y no precisamente por recorrer el mundo repartiendo regalos en su trineo, hacer realidad los deseos de cientos de niños y representar, a plenitud, los valores que eclipsan estas fechas; todo lo contrario, ‘Ebenezer Scrooge’ es la antítesis del espíritu navideño.
Gruñón, codicioso, egoísta y con un corazón duro, ‘Ebenezer Scrooge’ se disputa, junto con ‘El Grinch’, el título al personaje que más odia la Navidad, hasta que una experiencia tan aterradora como fantasmagórica cambia, para siempre, su manera de concebir y vivir esta festividad.
En el libro ‘Cuento de Navidad’, escrito por Charles Dickens y publicado en diciembre de 1843, ‘Scrooge’ es un anciano avaro y explotador que un buen día, por obra y gracia de la ficción, sufre un castigo mágico para enderezar su vida: es visitado por el fantasma de su antiguo socio, 'Jacob Marley' -quien se aprovechaba de las personas pobres en vida-, y luego por los fantasmas de la Navidad pasada, presente y futura.
Todos los espectros le muestran los errores cometidos en su vida y le enseñan que estas fechas deben ser vividas con generosidad y buena voluntad. El resultado de estas visitas es un torbellino de recuerdos, emociones y reflexiones que lo llevan a replantear su relación con esta festividad a la que, por años, le ha dado la espalda.

Una tumba, la inspiración de Dickens para crear a ‘Ebenezer Scrooge’

Aunque el personaje principal de su más famosa obra no lo refleja, “Dickens realmente amaba la Navidad”, explica Louisa Price, curadora del Museo Charles Dickens en el centro de Londres, para ‘BBC Mundo’.
De ahí surge la pregunta que, por años, ha eclipsado la atención de los lectores aficionados, curadores e historiadores: ¿Cómo pudo alguien tan hogareño, bondadoso y aficionado de la Navidad como Dickens crear un personaje tan cruel, egoísta y desalmado como ‘Scrooge’? Pues, todo parece indicar que el autor británico encontró su inspiración en el lugar menos esperado, el cementerio Canongate de Edimburgo, Escocia.
De acuerdo con el diario ‘Edinburgh Evening News’, antes de dar una conferencia en la capital, en junio de 1841, Dickens se dirigió al cementerio de Canongate para dar un paseo. Entre decenas de lápidas, se encontró con una en particular que llamó totalmente su atención: se trataba nada más y nada menos que de la tumba de Ebenezer Lennox Scroggie, “el hombre de la comida”.
Tal vez fue su imaginación de escritor aflorando o, más bien, unos oscuros y escondidos pensamientos que se entramaban en su interior, pero Dickens terminó malinterpretando el epitafio de “hombre de la comida” con el de “hombre mezquino”. Esto lo llevó a escribir en su cuaderno: “Ser recordado por la eternidad solo por ser mezquino parecía el mayor testimonio de una vida desperdiciada”, de acuerdo con ‘BBC’.
Dickens cometió una injusticia con este hombre. Puede que el ‘Scrooge’ original no fuese la viva imagen de la santidad y las buenas obras, pero tampoco era la encarnación de la mezquindad y el egoísmo absoluto. Según una investigación realizada por Peter Clark, Ebenezer Lennox Scroggie no era más que un comerciante de maíz -de ahí su epitafio- y vinicultor que, en alguna oportunidad, acosó a la condesa de Mansfield y se aprovechó de una de sus empleadas.
Antes de su muerte, en 1836, una fama de canalla y mujeriego se cernió sobre su nombre al dejar embarazada a una sirvienta e interrumpir dramáticamente en la Asamblea General de la Iglesia de Escocia.
Carlo de Vito, autor del libro ‘Inventing Scrooge’, dijo: “Por supuesto, mientras que el error de Dickens produjo uno de los personajes más venerados de la ficción, el mismo Scroggie fue uno de los personajes más grandes de Escocia. Porque si bien era cierto que era pecador, era codicioso, pero no de dinero”.

John Elwes, ¿otra inspiración de Dickens?

Ebenezer Lennox Scroggie podría no ser la única fuente de inspiración de Dickens para crear a su icónico personaje. John Elwes, un reconocido miembro del Parlamento Británico entre 1772 y 1784, podría montar competencia a la teoría del epitafio del comerciante y vinicultor escocés.
Dickens no solo menciona a Elwes y sus hábitos parsimoniosos en sus cartas, sino que también hace referencia a él en su novela ‘Nuestro común amigo’. De acuerdo con ‘BBC’, el escritor británico podría haber conocido la historia de Elwes a través de la biografía ‘La vida del difunto John Elwes’, escrita por Edward Topham en 1790.
“Todas las comodidades terrenales se las negaba voluntariamente a sí mismo: caminaba a casa bajo la lluvia, en Londres, antes que pagar un chelín por un carruaje, se sentaba con la ropa mojada antes que tener un fuego para secarla, comía sus provisiones en la última etapa de la putrefacción antes que tener un nuevo porro de la carnicería”, describe el libro de Topham a Elwes.
Pasando la mayor parte del tiempo en la cocina con sus sirvientes para no tener que encender otro fuego en la sala, usando ropa andrajosa, negándose a pagar dinero para el mantenimiento de su casa y comiendo alimentos mohosos, Elwes fue forjando, poco a poco, una fama de tacaño.
Curiosamente, según el amigo y biógrafo de John Elwes, Edward Topham, a pesar de ser tan increíblemente estricto con sus gastos, la generosidad de John era reconocida. “Su carácter público vive después de el puro y sin mancha. En la vida privada, era principalmente un enemigo de sí mismo”, de acuerdo con el portal ‘The Vintage News’.
A su muerte, en 1789, dejó 500.000 libras esterlinas (casi mil millones de libras esterlinas en la actualidad, es decir, casi seis mil millones de pesos) a sus dos hijos ilegítimos.

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VALERIA CASTRO VALENCIA
Redacción Tendencias
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